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Opinión

3 de Julio de 2019

Columna de José Antonio Neme: El femenino fácil

"Hablar de la inestabilidad emocional de Fernanda Maciel y cruzarlo con su muerte violenta es básicamente volver a matarla, es estrangularla de nuevo con esa asfixia social que no hace nada más que alejarnos de la justicia y permitir la dictadura mental de ese aberrante femenino fácil".

José Antonio Neme
José Antonio Neme
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“Nunca habíamos recibido tantas denuncias. Creo que la sociedad y las audiencias son hoy mucho más conscientes de la dignidad de las personas” decía la presidenta del CNTV Catalina Parot sobre el reportaje de TVN que expuso la sicología de la asesinada Fernanda Maciel. El trabajo se basaba en un perfil adjunto a la carpeta de investigación, a la cual el medio tuvo acceso exclusivo. Hasta esta semana el reporte tiene más de dos mil denuncias ante el organismo regulador.

Desde su inestabilidad emocional hasta una supuesta obsesión por un padre ausente. Ahí estaba expuesta en televisión y asesinada otra vez la joven Maciel Correa, mientras frente al ojo público se alimentaba el monstruo de la simpleza colectiva y de paso se reforzaba la idea de ese femenino vulgar, inmaduro, desequilibrado, emocionalmente descontrolado y finalmente barato. El femenino fácil que generaliza, engloba y resume todo lo que la mujer ha sido para parte del occidente capitalista: un producto que cuando molesta es susceptible de ser eliminado con permiso social.

Sin embargo, la siniestra visa con la cual la violencia de género viaja por nuestros países parece ser un timbre doloroso y crudo. Este verano el gobierno mexicano abrió una profunda investigación por una ola de secuestros de mujeres en la red de metro de la capital mexicana. El modo de operar de los secuestradores era un misterio hasta hace meses, pero más el hecho que cuando las denuncias explotaron los casos eran cientos. La razón muy simple: la banda de hombres se acercaba a las pasajeras víctimas simulando ser su pareja, cuando la mujer empezaba a gritar el delincuente le hacía parecer al resto del público que era su novia descontrolada y manipuladora y así lograba sacarla de la estación. En los primeros casos reportados a la procuraduría de la nación nadie hizo absolutamente nada…“Las mujeres son escandalosas inestables y manipuladoras” habrá pensado más de alguno.

Los mismos que en Alto Hospicio hablaban de redes de prostitución, de droga, de escolares de vida fácil, flojas, desorientadas, fiesteras. Pero en Iquique la realidad partió por darnos una cachetada dolorosa. El caso sicopático de un asesino serial de mujeres y su ola de muerte juvenil es una de las vergüenzas más grandes en la historia policial chilena. Un caso que golpeó duro a los investigadores con bajas en las policías y una falta de costo político que hasta el día de hoy muchos echan de menos. Estamos hablando de errores brutales en el proceso y una falta de respeto por las víctimas y sus familias que nos traslada del pudor a la angustia más intensa.

Pero en Chile aprendemos lento, somos de memoria corta y pequeña. Los restos de la contadora Haeger arrumados en el techo de su casa en Puerto Varas no nos recordó en nada el desafío colectivo de ser algo más astutos, algo menos idiotas, mucho menos prejuiciosos; en definitiva más sensatos y nada de estúpidos. Volvieron tantos más a hablar de problemas matrimoniales, infidelidades, problemas vinculares y de celos entre la víctima y su absuelto marido, el señor Anguita. Y mientras esta conversación colectiva e inútil ocurría las policías buscaban la caricatura de la mujer madura, inestable y atormentada. Viviana Haeger jamás dejó su casa, al menos no lo hizo viva ni por voluntad propia: había sido asesinada y tirada como un mueble en altillo de su casa.

Ahora es Fernanda Maciel y su hija de 7 meses de gestación quienes golpean con el mismo desafío no resuelto en términos sociales. Estrangulada bajo escombros y capas de cal y cemento, el cuerpo de la joven embarazada es el objeto de la rabia que provoca nuestra aproximación cruelmente miope a su sexo. Porque hablar de su inestabilidad emocional y cruzarlo con su muerte violenta es básicamente volver a matarla, es estrangularla de nuevo con esa asfixia social que no hace nada más que alejarnos de la justicia y permitir la dictadura mental de ese aberrante femenino fácil.

TVN recibió más de 600 denuncias tras reportaje sobre Fernanda Maciel y su perfil psicológico

El canal señaló que “pedimos las disculpas a todos quienes pudieron sentirse ofendidos y afectados con el contenido de esta nota y reafirmamos el compromiso de este departamento de prensa con la igualdad y combate a la violencia de género”.

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