[EN LA B] Columna de Carlos Chavez: Sudamérica linda y querida, como te querré

La vida da oportunidades, de esas que no se repiten. Para los futbolistas esa chance se aprovecha y se estira el mayor tiempo posible. La carrera es corta, ya a los 34 la gloria, los gritos de guerra, la presión por ser el mejor, por destacar, por demostrar las habilidades pasa a un segundo plano. Muchos solo quieren disfrutar de su pasión, de eso que los hace feliz, que los llena, que los hace despertar contentos. Si a los 24, 22, 21, 26 años o cualquier etapa de su carrera tienen la posibilidad de ir al extranjero lo hacen, viven en otra cultura, otro país, tienen mejores sueldos… ¿Quién pensaría entonces en volver a Sudamérica? Últimamente a varios les ha picado el bichito por dejara atrás la Champions, la Copa de la liga, la Copa FA y varias otras competiciones por la Copa Libertadores, por la liga argentina, colombiana, brasileña. Dani Alves, Daniele de Rossi, Filipe Luís, Antonio Valencia y posiblemente Mario Balotelli están rompiendo el mercado de esta parte del mundo. Dijeron si, acepto un nuevo desafío, sí, quiero ir a jugar a un continente que ofrece mucho más que grandes competencias, mucho más que el dinero. ¿Qué les puede gustar?

Una hinchada fiel. De esas que cantan a todo pulmón, de las que exigen que sus figuras destaquen en el campo, que brillen y muestren sus habilidades no por ellos, sino que por el escudo, por la institución. En Sudamérica todos forman parte de un equipo, todos son partes de una familia y eso se nota. Si un jugador demuestra ser un aporte, no es porque sea el mejor del mundo y es que en nuestro fútbol no hay un dineral, ningún equipo gasta 120 millones de euros en refuerzos, ni paga 80 millones de dólares por un defensa. Los fanáticos lo saben y por eso cuidan a sus jugadores pero ojo, también les exigen, porque el juego es más esforzado, las canchas no siempre están en las mejores condiciones, los estadios no tienen la última tecnología, pero la barra canta igual, en cualquier condición. Por eso, acá no existe un número 10 que gane solo los partidos cada fin de semana, acá hay una escuadra que con los gritos de su fanaticada entra al campo de juego.

Amor… Sí, amor. Dani Alves se convirtió en el jugador sudamericano mejor pagado en la actualidad. 4.2 millones de euros por temporada. Del 2001 al 2002 estuvo en Bahía. Siempre había querido volver a Brasil. Incluso expuso su intención de encontrar trabajo a través de twitter. En algún momento de su carrera insinuó que le gustaría jugar en un grande de su lugar de origen. Llegó a nuestro continente y se enamoró de todo, a tanto, que lanzó la frase “Acá se respira más fútbol” Palabras categóricas para un hombre que estuvo en Barcelona, Sevilla, Juventus y PSG. Los  hombres que muestran su amor por este lado del mundo son varios. A Daniele de Rossi siempre le llamó la atención la Bombonera y los hinchas de Boca, prometió que algún día jugaría ahí y ya está pronto a debutar. Carlos Tévez no aguantaba sus ganas de volver al cuadro xeneize. Cada vez que le preguntaban respondía lo mismo, incluso siendo la gran figura de la Juventus, allá por el 2013. Volvió y está feliz, ya hizo lo suyo, ya ganó el dinero que quería, no le importó seguir ganando más y más, quiso llegar donde se sentía cómodo, donde era feliz, al club de sus amores. Incluso con dos grandes chilenos hemos visto el mismo resultado ¿Se acuerdan cuando Iván Zamorano y Marcelo Salas volvieron a Colo Colo y Universidad de Chile? Ídolos totales, grandes figuras que nunca olvidaron sus raíces. Uno veía el azul en cada lugar al que iba, el otro el blanco y el negro cada fin de semana.

Zona de confort. Duda para algunos, para otros una oportunidad de mejora y calidad de vida. El ambiente, las calles, la gente, el idioma, la paz, la tranquilidad, el lugar. Todo suma, sino que lo diga Mauricio Pinilla, David Pizarro o Ronaldinho. Si, el mismo que brilló en Barcelona y que terminó demostrando en Flamengo, Atlético Mineiro y Fluminense que podría haber jugado perfectamente más tiempo en Europa. ¿Por qué no volver a los orígenes y deleitar al público? ¿Por qué no ser la estrella y hacer que la gente de tu propio país disfrute contigo? Para muchos, el europeo es frío, es más distante, cree en el crack correcto, en aquel que ve en la calle y no puede saludar por respeto. Quizás dinho se cansó de la exposición, de ser el hombre perfecto y se vino a Sudamérica a recibir el cariño de todos. Es que un extraterrestre como él en la cancha es como ver a Lionel Messi en primera fila en el Camp Nou.

Desafío Chile. Lo hombres no son los únicos que se dan una posibilidad en el fútbol, las mujeres también se dan sus gustitos. Santiago Morning dio el batacazo y contrató a María José Rojas, Karen Araya y Su Helen Galaz. Deportistas con trayectoria, que marcaron un antes y un después en nuestro país participando de varios hitos de la Selección Chilena femenina. Es más, las tres estuvieron en el último mundial de Francia de la categoría. Acá hay factores distintos a los de los hombres, motivaciones diferentes, dinero y exposición de por medio que no es igual. El sueldo, por ejemplo, de las mujeres es infinitamente menor al de los hombres, por lo mismo, las opciones de prueba son mayores, los proyectos seducen más y la opción de quedarse fuera del país, lejos de tu gente, no es tan atractivo como para un hombre. Brechas que esperemos algún día no sean tema de conversación y que se conviertan en aplausos por ser la futbolista la protagonista de alguna portada de videojuego, o de un rostro de una importante marca. Rojas, por ejemplo, vivía en República Checa, el país número 20 más feliz del mundo en el ranking de la ONU. Decidió venir a Chile y ayudar al chaguito, uno de los equipos con más historia en el fútbol nacional. Un gustito que la Cote se pudo dar, un gustito para el hincha, un gustito para sí misma, un avance en la lucha por lograr que el fútbol femenino alcance la importancia que merece. Su llegada no es un simple refuerzo, es la cara visible de las figuras que luchan por hacer del balompié un espacio más reconocido, más abierto y dispuesto a apostar por una liga femenina que puede llegar a ser mejor que la de los hombres, con más energía, más entretenida.

David Trezeguett, Diego Mardona, Juan Román Riquelme… en fin… La lista suma y sigue y los hombres y mujeres que decidieron dejar las comodidades de Europa por llegar a Sudamérica y simplemente disfrutar del fútbol son cada vez más. Larga vida a nuestro continente.