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Salud

10 de Septiembre de 2019

Olga Toro, experta en salud mental: “No sirven los grandes establecimientos de salud donde las personas se encierran”

Las movilizaciones de los estudiantes, el debate sobre las 40 horas y las preocupantes cifras de suicidio, han prendido la alarma sobre una posible crisis de salud mental en Chile ¿Qué tenemos que hacer? La psicóloga y Magíster en Salud Pública de la Universidad de Chile, nos cuenta hacia dónde tienen que avanzar las políticas públicas para tener una sociedad más sana.

Por

*Ilustraciones por Milena Hachim publicadas en “10 cosas de la #CrisisSaludMental en Chile que usted no sabía” de Alberto Larraín.

¿Qué es salud mental?

Es la capacidad de tener relaciones sociales y afectivas que te nutren, es la capacidad de identificar las emociones, las buenas y las malas, las que te gustan y no te gustan y no esta falsa idea de que tienes que estar siempre feliz o si no, no vales.

Hay una discusión respecto a los derechos en esta sociedad que es muy importante, a ser escuchado, a tener opinión. En el caso de las personas que sufren trastorno mental esos derechos se ven rápidamente opacados, por eso se invisibiliza a las personas que tienen trastorno mental. 

Desde de la academia, ¿qué se puede hacer para concientizar sobre la importancia de este tema?

Históricamente la locura siempre estuvo asociada a los manicomios y por mucho tiempo los sistemas de salud se crearon para vulnerar derechos en el caso de los trastornos mentales. Sin embargo, hay una tendencia mundial a transformar esa forma de responder a los problemas de salud mental. Entonces uno de los aportes que ha sido sustancial, es la evidencia de que los modelos de atención tienen que estar cerca de las comunidades, tienen que ser construidos con las personas. No sirven los grandes establecimientos de salud donde las personas se encierran. 

El gran problema del sufrimiento, del malestar subjetivo, tiene que ver con las condiciones de vida y aquellos países donde hay más desigualdad, más contextos de violencia, son los países que tienen peores indicadores de salud mental. Por lo tanto, la academia puede contribuir generando evidencia científica respecto de qué es lo mejor para las personas y también formando profesionales de la salud que contribuyan a estos modelos. 

¿Cuáles son las políticas públicas que se tienen que implementar para mejorar la salud mental en Chile? 

Políticas en torno al desarrollo social, políticas de vivienda, de urbanización. Pretender que solo el sistema de salud va a resolver las demandas de salud mental, es reducir el problema. 

No es extraño que las prevalencias de los problemas de este tipo sean más frecuentes en las zonas urbanas que en las rurales, ¿que te dice eso?, algo pasa en los estilos de vida de las grandes ciudades.

Otro tema que ha sido muy importante es el envejecimiento y la soledad en que empiezan a vivir los adultos mayores. Hoy día hemos ido transitando a familias con escasa red de apoyo, donde el abuelo empieza a perder el rol que históricamente tenía. 

Cuando yo te digo que el tener buenas relaciones sociales es uno de los grandes factores protectores de la salud mental, es porque tenemos mucha evidencia científica que refleja eso. Así como en algún momento los estudios demostraban que las leyes duras contra el tabaco con altos impuestos, eran más efectivas que la educación sobre los daños del cigarro, con esa fuerza te puedo señalar que el tener redes sociales, tener hartos amigos, pololear, tener contacto con la familia, son factores protectores muy importantes para una buena salud mental. 

¿Y qué medidas de gobierno pueden facilitar estas relaciones?

Políticas públicas que apunten a tener mejor contacto con el barrio, a construir viviendas sociales dignas que consideren uso de espacio común, con plazas, con  juntas de vecinos, que favorezcan la organización social. Políticas de calidad en la educación son fundamentales, porque es uno de los factores protectores para la salud mental en todo el mundo. 

“Cuanto nosotros sintamos que Chile nos quiere, nos cuida, que a mi país le importo, es porque estamos sintiendo que tenemos un país con una alta cohesión social”

Hay toda una discusión hoy día respecto a cuántas horas se debe trabajar. Lo relevante de este debate para la salud mental, más que una hora más, una hora menos, cuánta productividad más o menos, es si en esa discusión está la persona, no solo el desarrollo económico del país. Porque hace rato que está demostrado que el trabajo no es solo un medio de supervivencia. 

Todas aquellas políticas que pongan a la persona al centro, son las que van a apuntar a que seamos personas más contentas, independiente de lo rico o pobre que seamos como país. 

Cuanto nosotros sintamos que Chile nos quiere, nos cuida, que a mi país le importo, es porque estamos sintiendo que tenemos un país con una alta cohesión social, un país en que valoramos la paz. 

Tú planteas que las políticas públicas debieran apuntar hacia construir una sociedad más sana. 

Eso no significa que Chile no tenga todavía mucho por hacer para poder tener servicios de atención cuando personas lo requieran, lo que pasa es que la política que ya está definida yo creo que es la correcta, que es un modelo de salud mental comunitaria. 

¿Qué es un Centro de Salud Comunitario?

Son centros que están constituidos por psicólogos, trabajadores sociales, terapeutas ocupacionales, médicos psiquiatras de adulto y niños, en algunos hay enfermeras, técnicos en rehabilitación, entre otros, donde solo atienden problemas de salud mental cuando tienen una severidad de moderada a grave. 

Están preparados para atender psicosis, trastornos depresivos severos, trastornos bipolares, violencia intrafamiliar, consumo de drogas, entre otros y proveen de los medicamentos que son de mayor especialización, realizan acciones grupales, terapias de grupo, psicoterapia, etc. Es decir, son centros especializados ambulatorios. 

Ese debiera ser el corazón que ordena el sistema de atención. Ese centro ordena los problemas de salud mental comunes y la prevención y promoción que deben hacer los Cesfam y además, modera cuando una persona requiere una hospitalización, que debe estar en los servicios de psiquiatría de los hospitales generales. En este modelo no necesitamos hospitales psiquiátricos. 

Hace 20 años todavía en Chile se construían hospitales sin servicios de psiquiatría. Hoy día, el modelo ha influído en que sea inconcebible construir un hospital sin que tenga hospitalización en esta área. 

Entonces la idea es reemplazar los hospitales psiquiátricos por centros comunitarios…

Exacto y afortunadamente la política de ambulatorizar la atención, que corresponde a un modelo comunitario, ha permanecido en Chile. Esa es la forma acertada, eso es lo que dice el mundo. 

Italia fue uno de los países precursores en el mundo en hacer reformas en el ámbito de la salud mental. Hace 40 años tenía 70 hospitales psiquiátricos con alrededor de 100.000 personas internadas y la única alternativa era terminar con tu proyecto de vida porque tenías que estar encerrada. 

Hoy día es un país que no tiene ningún hospital psiquiátrico y tiene los indicadores de salud mental que yo ya quisiera para nuestro país, envidiables. Entonces todos estos miedos que nosotros tenemos, que los locos matan a la gente, que son peligrosos, los tienen absolutamente superados. 

En Chile todavía tenemos unidades de psiquiatría, hospitales psiquiátricos, todavía tenemos unidades forenses y ese camino es errado, hay que ir por el camino comunitario. Más atención de salud mental en los centros de atención primaria, más centros comunitarios de salud mental, más apoyo a las organizaciones de usuario, más trabajos comunitarios.

Las políticas de salud mental deben hablar y reflejar a las personas, no a los edificios ni a las instituciones. Todavía se está discutiendo, ya vamos en el tercer año, una ley de salud mental. 

“En Chile todavía tenemos unidades de psiquiatría, hospitales psiquiátricos, todavía tenemos unidades forenses y ese camino es errado”

Desde el punto de vista de mis convicciones hay cosas que ya no pueden ser discutibles. Las personas con trastorno mental tienen derecho a participar de la sociedad, tienen derecho a opinar y a construir sus propias vidas, no podemos estar estancados en discutir si eso es posible o no. 

¿Cómo se hace una sociedad más abierta a la salud mental? Porque estamos acostumbrados a escuchar al tío, la abuelita, decir que la gente que va al psicólogo está loca, hay cierto desconocimiento y prejuicios.

La salud mental lamentablemente está llena de estigmas, porque si a ti te dicen que tienes hipertensión, tú no te aíslas ni te consideras raro, pero si te dicen que tienes una depresión o un cuadro ansioso, eres loco. 

La enfermedad mental es una de las posibilidades que tiene la biología humana. Sería sorprendente encontrar un ser humano que vuela, porque nuestra biología no nos permite volar, pero sí a los pájaros. Sin embargo, nuestra biología nos permite sufrir, tener pena, tener rabia, enojarnos y pareciera que en la cultura chilena tenemos dificultades para navegar en las formas de ser imperfectos, porque tenemos el mensaje social de que hay que ser exitoso, entretenido, tienes que tener hartos likes en tus redes sociales. 

Lo interesante es que cuando democratizas el conocimiento y pones un tema en la agenda pública, obligas a la sociedad a hablar sobre este tema y tienes una oportunidad, aunque sea pequeña, de desestigmatizar. Y ahí nos hemos estado preguntando en la academia: ¿sobre qué debe investigar el mundo científico, cuáles son los temas reales que le preocupan a los chilenos? 

¿Tu sientes que se ha instaurado en la sociedad chilena la idea de que es importante tratarse cuando se tiene un problema de salud mental? Porque además, es un servicio que es muy caro. 

Tener un trastorno mental en chile y tener que tratarse en el sistema privado es muy caro  y lamentablemente es para empobrecer a las familias. En eso el sistema de salud público ha avanzado mucho más porque a pesar de todas las dificultades y las carencias, una persona tiene mucho más oportunidades de ser acogido sin que eso signifique empobrecerse. Si bien nos falta, la verdad es que se ha avanzado en servicios públicos y la demanda está aumentando mucho. 

Probablemente han tenido mayor demanda las mujeres, porque tienen menos temor a mostrar que tienen algún problema emocional que quieren resolver.

En nuestra sociedad hay tanto estigma de que los hombres no pueden sufrir, no tienen sentimientos porque sino, son poco machos, y eso les hace terrible. Y probablemente muchas de las enfermedades de alcoholismo, de adicciones, que son más frecuente en el sexo masculino, tenga que ver con esta dificultad de manifestar sufrimiento. 

¿Cómo sacamos esta idea de que la salud mental es subjetiva?

La salud mental es una característica de todas las personas y por lo tanto se habla del concepto de bienestar subjetivo como un concepto muy real, a pesar que de uno diga ¿cómo se mide, si es subjetivo?. Quizás sea difícil medirlo, pero las personas pueden declarar con mucha certeza si se sienten en un estado de bienestar o si están sufriendo. 

“Tener un trastorno mental en chile y tener que tratarse en el sistema privado es muy caro  y lamentablemente es para empobrecer a las familias”

Otra cosa es la enfermedad mental y hoy día es posible medirla y diagnosticarla a través de ciertas técnicas clínicas y con biomarcadores. 

Lo que pasa es que hay mucho sufrimiento o malestar subjetivo que no llega a ser una enfermedad mental. Por ejemplo, la muerte de un ser querido que genera un duelo, es un signo de salud mental, porque lo extraño sería que no tuvieras dolor, pena o no tuvieras algún grado de trastorno del sueño o alimenticio.

Pero hay ciertos límites de ese sufrimiento que te empiezan a demostrar que ya no es adaptativo, que ya no es sano para ti y que probablemente tenga que ver con tus condiciones de vida. 

Es decir, si tu sufres porque vives situaciones de alta vulnerabilidad, de abuso, de pobreza, es un signo de que la vida que estás llevando, no es sana. Hay mucho mensaje social de que tienes que adaptarte a la pobreza, al abuso. Es una discusión social que se tiene que dar y yo creo que lo han señalado los estudiantes al decir: bueno, ¿por qué tenemos que adaptarnos a una sociedad que no está sana? . 


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