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Entrevistas

16 de Septiembre de 2019

[Podcast] Aquí se respeta: No somos privados

Cuánto se respeta a una persona, tiene que ver, dentro de muchas cosas, con cuánta privacidad se le reconoce. Esto de decirle vecino a una persona que vive en Las Condes y poblador a alguien que vive en La Pintana, no solamente tiene que ver con el vocablo, también tiene que ver con el comportamiento. Si hay un terremoto o cualquier tragedia, los periodistas van y sin pensar se meten a sacar entrevistas de las personas en pijama, con la bacinica flotando en el agua, sin ningún tipo de preocupación y de resguardo de la privacidad de la personas, como si no la tuvieran. La forma en la que la invasión a la privacidad en el aspecto tecnológico también es desigual en Chile. El RUT para los descuentos, la tele con la novedad de la conexión para internet, y los teléfonos, también violan nuestra privacidad, pero solamente algunos son conscientes de ello.

Por
Escucha el segundo capítulo de Aquí se respeta con Alejandra Matus y Estefanía Labrín

El 4 de mayo del 2018, la madre biológica de la menor Ámbar, llegó a su funeral en Los Andes. Decenas de cámaras registraron cómo fue sacada a patadas del lugar, atacada por una multitud que la acusaba de ser la responsable de la muerte de la pequeña de un año y siete meses, que fue violada por el esposo de su tía. En el lugar, los periodistas presentes contaron poco menos de 30 reporteros y gráficos de distintos medios de comunicación, nacionales e internacionales, que registraron este momento con una cercanía casi peligrosa.

Este es uno de los tantos aspectos de la privacidad en Chile que impacta a la sociedad, la mediática. Pero existen varios otros espacios en los que, quizás, sin una cámara, sin un reportero detrás o sin una acreditación de prensa, la privacidad de las personas sigue siendo vulnerada. 

EL FAMOSO CELULAR

En un mundo tecnologizado, ya se ha hablado en numerosas ocasiones sobre la venta de datos personales a grandes compañías, que suman estos datos a sus algoritmos publicitarios. Recientemente, Google admitió escuchar a sus usuarios mediante sus aplicaciones móviles de voz y en Chile, en mayo de este año, se aprobó una ley de protección de datos del usuario que consigna el respeto y protección a la vida privada y honra de las personas, en conjunto con sus datos personales, pero no garantiza ni crea instituciones que puedan fiscalizar que este derecho efectivamente se cumpla.

¿ME DA SU RUT?

El 29 de enero de 1969, mediante un decreto con fuerza de ley, se estableció el rol único tributario como medio de identificación nacional. Esta sigla, más conocida actualmente como RUT, es un rol asignado a cada persona natural o jurídica, y se mantiene durante toda su existencia legal. La relevancia de este número es legalmente muy potente. Es un número que nunca vuelve a ser asignado a nadie más, además de la persona que lo obtiene. Es un rol que sirve como identificador ante todos los organismos del Estado, incluyendo el Servicio de Impuestos Internos. ¿Por qué entonces es un número tan constantemente solicitado en multitiendas, supermercados, farmacias, locales pequeños e incluso, mediante cuentas oficiales de redes sociales de distintas marcas para poder ingresar solicitudes? La exigencia del RUT al pagar en una multitienda es una práctica ilegal. Se puede solicitar a juicio del cliente sobre si lo entrega o no, pero el vacío legal permite a las tiendas hacer válidos ciertos descuentos, solamente entregando el número o se permite, incluso en algunos casos, una garantía extendida de los productos comprados. A veces simplemente, bajo el famoso pretexto de sumar puntos para canjear una tostadora.

Pero realmente, ¿qué se hace con este RUT tan solicitado? Estudios apuntan a que con esta información se puede modificar desde el orden de los productos dentro de las tiendas, por ejemplo, de acuerdo a lo más comprado; el tipo de ofertas instalados en cada día, de acuerdo a público, sexo y edad de la persona que compra en distintos bloques horarios; e incluso, se utiliza para campañas grandes lanzadas en los medios. Todo esto, con la información que nosotros mismos entregamos al comprar. No se requieren más datos, investigaciones de mercado ni una agencia que asesore para encontrar el perfil del comprador. 

ENTONCES

Actualmente en el Senado se discute la ley de protección de datos personales; una de las pocas que se han tramitado sobre la materia desde el regreso a la Democracia. Lo que este proyecto busca, es básicamente encontrar el límite entre la privacidad del usuario, y la circulación de la información comercial que se entiende como el principal motor de la economía digital. 

¿Las cosas buenas? Tiene párrafos que aluden a que aunque se de consentimiento, no se considera base legal suficiente para el tratamiento incorrecto de los datos personales. Esto quiere decir que sin importar cuántos “He leído y acepto” los Términos y Condiciones; si estos términos son abusivos, la ley los perseguirá.

¿Las cosas no tan buenas? Esta ley sigue enfocada bajo las leyes del comercio, y ahonda en lo tecnológico solamente mediante la regularización de los motores de búsqueda (que en comparación con las Redes Sociales, es una de las herramientas menos usadas). No excluye la venta de datos relacionados con la salud a farmacéuticas y al menos, no de manera explícita limita al comercio respecto al uso de la información del cliente.

¡Escanea con la aplicación Spotify de tu celular y escucha!

Alejandra Matus conversó sobre este tema con el abogado Francisco Javier Leturia, doctor en derecho de la Universidad de Salamanca, actualmente miembro del Consejo para la Transparencia. 

Normalmente en Chile, cuando se habla de privacidad, se habla de la privacidad de ciertas personas. Se supone que está más bien considerado para ciertos grupos sociales o personas con fama, con algún reconocimiento público. ¿Cómo ves tú el tema?

El tema es super complicado y es super interesante al mismo tiempo y, efectivamente, estamos super subdesarrollados en todo lo que es la comprensión de los derechos, pero no solamente pasa con la privacidad, yo diría que pasa con muchos otros derechos. Este tema en general, es un tema nuevo, que se ha incorporado al sistema y se ha internalizado en forma paulatina. Los mismos tribunales tampoco lo han entendido muy claramente, qué significa o hasta dónde llegan. Los derechos, pasa además, que compiten unos con otros, o sea, la libertad de expresión o el derecho a estar informado compite con la privacidad, y hay que, un poco políticamente o con una decisión que es muy valórica, que es muy personal, fijar el justo equilibrio, que para algunas personas va a ser más de un lado que de otro lado. No hay unanimidad sobre qué significan y hasta dónde llega cada uno. Y eso es un telón de fondo en Chile y en todas partes del mundo, pero más intensamente en Chile. Yo creo que hay un tema importante de qué medios tengas tú para resguardarte, pero eso obedece más bien a privilegios post coloniales que todavía tenemos, o algunas personas tienen en Chile, que les da más capacidad para defenderse. Cuando tú me dices “no se dejó entrar a nadie al funeral de tal persona”. Yo te preguntaría quién es el señor C. 

El problema es que en internet cada vez que uno quiere ver una película, bajar algo, aparece el típico cuadradito de “acepta los términos y condiciones”, y como uno quiere ver pronto el siguiente capítulo de la serie, uno lo apretó rápido diciendo bueno, ¿qué tanto?

Francisco Javier Leturia

Quién es el guardian…

Recién estamos planteándonos ese tipo de problemas. Estos problemas hace 10, o 20 años, no existían. Hace 10 años estábamos luchando por la libertad de expresión, que es como el número 1. Esto es el 2.0 o el 3.0. Y hay un montón de situaciones que son nuevas. Todo lo que tiene que ver con problemas de bases de datos, toda la mega información que se puede ir acumulando en forma que uno no se sospecha. Cuando las farmacias te preguntan por el RUT, dice ¿tiene RUT de descuento? En realidad, te están siguiendo todos los medicamentos que tomas, los problemas de salud que tienes, tu vida personal. ¿Cuántas píldoras del día después has comprado en el último año? ¿O cuántas licencias has tenido? Eso para un empleador puede ser información super crítica y super delicada. 

Y para las empresas de seguros, isapres. 

Y que además muchas veces toca que son los mismos dueños, entonces si el banco tiene información vía farmacia de quiénes son sus clientes o quiénes son sus potenciales empleados y una persona toma mucho antidepresivo y ha tenido muchas licencias…

No le va a dar un crédito. 

O no la va a contratar. Y efectivamente es información que habría que proteger. Pero esas son problemáticas nuevas que obedecen a un mundo de internet. Ahora está toda una polémica con esto del Face App, esta página que envejece, que te rejuvenece, que no sabemos muy bien que significa, que dicen que los dueños son rusos, entonces se mezcla con toda esta paranoia tipo guerra fría, como si los gringos nos dieran mucha más seguridad de qué es lo que está pasando. 

Los gringos te sacan una foto cada vez que vas a la embajada. 

Además de eso, pero no todo el mundo va siempre a las embajadas. Pero Google dijo que sí, que escuchaba las conversaciones, lo reconoció abiertamente. Lo que puede hacer la CIA, el FBI, etc; mejor no nos enteremos. 

¿Por las intromisiones?

Intromisiones, errores, entre comillas, porque hay veces en que la línea divisoria entre editorializar o darle una cierta mirada a las cosas o, sencillamente, desinformar y mentir es tan grosera el traspaso, que las van a empezar a sacar al pizarrón y les van a empezar a exigir cosas. Creo que se ha llegado a situaciones bastante límite y me parece también que el hecho que estemos hablando de esto significa que ya la temperatura del ambiente subió lo suficiente como para empezar a plantearnos estas cosas en serio.

Otra temática relacionada con privacidad que está en el ojo del debate es el uso de cámaras de seguridad, o por ejemplo, drones en ciertos sectores de Chile.

Es que habiendo una gran pluralidad de preferencias de qué es más importante, si la privacidad o no, nos enfrentamos a situaciones como la de los drones, por ejemplo, en Las Condes y Lo Barnechea. Ahora se van sumando comunas. A mí me sorprende muchísimo cómo la gente está dispuesta a ceder privacidad, a que les espíen lo que pasa en sus dormitorios, en sus casas, en sus jardines, a cambio de “seguridad o de una sensación de seguridad”. Y me sorprende cómo es muy mayoritaria la gente que prefiere seguridad a privacidad. Para mí es algo que yo digo quién va a estar a favor de esto, pero resulta que los alcaldes no son tontos, estas cosas las mides y lo hacen porque la gente quiere. 

Entonces ¿cuántas aristas se pueden identificar respecto del problema de la privacidad?

Es un problema complejo. En internet cada vez que uno quiere ver una película, bajar algo, aparece el típico cuadradito de “acepta los términos y condiciones”, y como uno quiere ver pronto el siguiente capítulo de la serie, uno lo apretó rápido diciendo bueno, ¿qué tanto? ¿Qué van a saber de mí que sea tan delicado? Yo en el caso mío estoy tranquilo, pero la gente es un consentimiento real pero falso. Tú aprietas click y dices acepto los términos y condiciones. No conozco nadie que se haya leído, pero la empresa te puede decir usted firmó, sabiendo que en dos segundos nadie lo puede revisar.

Y que el estímulo está puesto en que tú quieras el producto rápido, el servicio. 

Y que la gente confía de que el mundo no va a colapsar, de que Google, algunos límites tendrá. Pero parece que no es tan así, parece que nos espían bastante más. Parece que no es tan difícil hackear. La verdad es que estamos ante una situación de bastante incertidumbre.

LA SEGURIDAD Y LA PRIVACIDAD

“Cada vez que sale un operativo policial, estos operativos espeluznantes de patadas en la puerta, bien cinematográfico, y tú dices adentro de la cuca venía un equipo de un canal de televisión. Y por qué de ese y no de otro. ¿Habrá habido plata de por medio? No estoy diciendo que haya habido, pero uno tiene el legítimo derecho a sospechar de que eso es un privilegio comercial”, comenta el abogado Francisco Javier Leturia abriendo una nueva arista en la que la privacidad parece ser un problema con muchas puntas.

¿Cuáles son las reglas de engagement? Como dicen los gringos. 

Sí, o sea, ¿por qué tú invitas a un canal y no a otro? O sea, porque eso te da más rating y eso te da más plata. 

El estímulo es también a obtener el resultado que se buscaba, tener detenciones y hay menos atención a si la persona era inocente. 

Morboso, a que sea la cuatro de la mañana, que aparezca Claudio Spiniak en calzoncillo y ojalá haciendo alguna cochinada, ¿te fijas?

Hablemos de seguridad en los celulares; la jurisdicción de las redes sociales, por ejemplo, mediante las cuales circulan fotos íntimas de personas (basta una pareja despechada) está basado en Los Ángeles, California. 

De hecho, eso es lo que pasa. El famoso caso de Google, que fue un tema de derecho al olvido, que es más largo de explicar. Pataleta de Europa y Google diciendo bueno, lo lamento, en Estados Unidos no entendemos las cosas de esta manera. En Estados Unidos la libertad de expresión es lo más importante y usted se friega. Después llegaron a una solución un poco intermedia, que yo creo que es lo que va a ir pasando, o sea, las grandes empresas de internet no van a hacer guerras, no van a transformar estos temas en problemas planetarios. Entonces, establecieron un sistema de mediación y conciliación, que funciona más o menos, que es más que no tener nada, pero efectivamente todos estos temas están desafiando a los sistemas legislativos, a las jurisdicciones. Nos están enfrentando a una realidad nueva, donde los conceptos de país, soberanía, se están quedando un poco chicos. 

¿Cuál sería un concepto de privacidad que a ti te parecería que debiera regir? ¿Qué es lo que debiéramos proteger si protegemos la privacidad? Porque tal como tú señalas, muchas veces las legislaciones se han hecho para proteger a ciertas figuras de que no se metan en su actividad pública, básicamente. Nunca se han hecho las leyes pensando realmente en una mujer que su ex pareja le va a difundir fotografías íntimas en Twitter.

Te voy a decir tres cosas. Primero, solo permitir ciertas invasiones, pero medidas, a la privacidad o a la honra, cuando haya un tema de interés público. Y un tema de interés público real, que no sea mera curiosidad. Creo que hay que establecer también áreas que son íntimas, más allá de cualquier cosa que pase. O sea, para mí la ficha ginecológica de una mujer es sagrada, más allá de que se esté postulando al cargo que se esté postulando. 

O que haya sido víctima de un crimen, como se han difundido en el caso de Nabila Riffo o de otras personas. 

Yo en eso no haría matices. Pero como los conceptos vagos, como interés público que te dije recién, que hay cierto consenso al respecto, son efectivamente vagos, creo que no se puede avanzar sin establecer regulaciones más precisas y más autoritarias y más claras respecto de los mínimos. Por ejemplo, fichas médicas, no. Ciertas enfermedades, para qué decir VIH, no. Infancia, no. Establecer algunas cosas concretas. Antecedentes penales después de 20 o 30 años, no. Olvídese, la persona si no ha vuelto a cometer delito, no la molesten. Salvo que sean, claro, el cosas como el caso Spiniak, Karadima, casos que han… O Manuel Contreras. Pero si son alguien que por una pelotudez lo metieron preso, hay casos… Manejar con licencia B autos o fotocopiar un libro entero, tonterías que han habido con el tiempo, creo que sería… Yo avanzaría en normas súper precisas. Creo que también habría que establecer sistemas mejores de responsabilidad de los medios. En este famoso proyecto de ley que estamos desde el año 90 esperando que avance, por ejemplo, si eliminaban la injuria y la calumnia como delitos y pasaban a ser delitos civiles, sin cárcel, pero a un medio de comunicación le es bastante más… No vamos a meter a nadie preso, pero si usted miente…

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