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30 de Septiembre de 2019

El inabarcable legado de José Aldunate, el cura obrero que hizo frente a la dictadura

Fueron 102 años y muchos de ellos dedicados al compromiso férreo de promover y luchar por los derechos humanos. José Aldunate Lyon, el cura obrero, fue el aliento que muchas personas necesitaron para vencer el miedo y hacer frente a la dictadura chilena a través de la no violencia activa, pero su legado no quedará solo ahí. Su postura crítica frente al régimen eclesiástico y su clara posición a favor del aborto en ciertas causales, del matrimonio igualitario o la adopción homoparental pusieron sobre la mesa la enorme necesidad de cambio que urge al interior de la iglesia católica.

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Este sábado 28 de septiembre se dio a conocer la noticia del fallecimiento de quien fuera una de las personalidades que lideró la resistencia pacífica y no violenta contra la dictadura pinochetista, el sacerdote jesuita José “Pepe” Aldunate. Este domingo, previo a su funeral, un velorio ciudadano en el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos le dio el último adiós a este obstinado defensor de la vida y los derechos humanos.

Foto: Daniel Barahona

De la mano del padre Alberto Hurtado, con quien comenzó a colaborar en el trabajo sindical en los años ‘50, a través de la Acción Sindical Chilena (ASICH), Pepe Aldunate conoció el mundo obrero, del que se hizo parte incluso a través del ejercicio práctico. Desde entonces se sumergió en la lucha por los derechos de trabajadores y trabajadoras, hecho que potenció su preocupación y compromiso social y por el cual pasaría a ser conocido, con el paso del tiempo, como el cura obrero. Para el propio Aldunate, la herencia que le dejó el padre Hurtado tuvo que ver con dos cosas fundamentales: la importancia de la justicia y la opción por los pobres.

El 11 de septiembre de 1973 se produce el golpe de Estado en Chile y la Junta Militar toma el control del país por la fuerza. Ese día Aldunate se encontraba en su segunda jornada de trabajo como ayudante de carpintero de una empresa constructora en la ciudad de Concepción. Los militares allanaron la población en la que vivía y se llevaron detenidos a otros curas y obreros que luego fueron liberados. Libros y publicaciones que levantaron sospecha frente a los uniformados fueron requisados, entre ellos ejemplares de la revista Mensaje, fundada por el padre Hurtado en 1951.

Ya instalada la dictadura en Chile, Pepe Aldunate comienza una enérgica lucha contra los abusos cometidos por el régimen. En 1975, ante el dolor, la censura y el miedo que imperaba en las calles, comienza a escribir la revista No podemos callar, publicación clandestina de denuncia que entregaba aquella información que los medios oficialistas buscaban ocultar. Hacia los ‘80 continuó el ejercicio a través de la revista Policarpo, donde depositaba sus reflexiones sobre lo que ocurría en el país o lo que se daba a conocer por parte de los organismos de derechos humanos. Ambas publicaciones fueron donadas al Museo de la Memoria por el propio sacerdote; la revistas No podemos callar desde el n° 1 de septiembre de 1975 al N°57 en diciembre 1980, y Policarpo desde el n° 1 en julio de 1981 al n° 98 en diciembre de 1995.

Movimiento Contra la Tortura Sebastián Acevedo

En los ‘80 comienzan a articularse las protestas masivas contra la dictadura y los testimonios de las personas detenidas y torturadas comienzan a ser conocidos públicamente. Frente a los hechos, Aldunate funda el Movimiento Contra la Tortura Sebastián Acevedo, grupo de denuncia que utiliza la no violencia activa (o sistema Gandhi) para hacer frente al régimen dictatorial liderado por Augusto Pinochet.

En septiembre de 1983 realizan la primera manifestación, que tuvo lugar en las afueras del Cuartel Borgoño, entonces centro de detención y torturas de la Central Nacional de Informaciones (CNI), policía secreta de la dictadura pinochetista. Allí, un grupo de más de 50 personas desplegó un lienzo con la leyenda “AQUÍ SE TORTURA”, deteniendo el tránsito y cantando la canción “Yo te nombro libertad“, que tiempo después se convertiría en un himno del movimiento. Pese a lo pacífico de la manifestación, varias personas fueron detenidas con todo el peso de la represión policial.

Archivo Museo de la Memoria y los Derechos Humanos. Fondo Vicaría de la Solidaridad

Poco a poco el Movimiento Contra la Tortura Sebastián Acevedo, cuyo nombre rendía homenaje a un padre que se inmoló exigiendo la liberación de sus hijos, fue sumando cada vez más adeptos. Bajo este escenario, el cura Aldunate se convirtió en el aliento que muchas personas necesitaron para vencer el miedo y hacer frente a la dictadura chilena a través de la no violencia activa.

Aborto, matrimonio igualitario y adopción homoparental

Ya en democracia, su postura crítica frente al régimen eclesiástico y su clara posición a favor del aborto en ciertas causales, del matrimonio igualitario o la adopción homoparental pusieron sobre la mesa la enorme necesidad de cambio que urge al interior de la iglesia católica.

En una entrevista con The Clinic realizada en agosto de 2014, Aldunate manifestó estar a favor del aborto en determinadas condiciones. “Es un derecho de la madre defender su vida cuando está en peligro por un feto inviable. También lo estoy con el aborto en caso de violación. Hay mujeres que al ser violadas quedan tan traumatizadas que no pueden tener un niño que para ellas les recuerda a su violador. Uno no puede obligarlas a pasar por ese calvario. Una violación es un trauma muy grande. Pero con el aborto terapéutico no debiera ser tema. Soy de la idea de que si una mujer puede morir por un embarazo, que vaya y se le opere. Y punto. No debería haber problemas. Tanto que le dan vuelta al asunto. Y que el médico vea lo que es mejor para la salud de esa mujer. Y si es un peligro para la madre, apliquen el aborto terapéutico”, señaló.

Sobre el matrimonio igualitario lo mismo. Estaba de acuerdo. “El homosexual tiene derecho a amar y compartir su vida con otra persona. Si la naturaleza le pide una relación homosexual entonces bueno, es lo que pide la naturaleza y es legítimo. Me ha tocado verme con padres de hijos homosexuales, que cuando comprueban que su hijo es homosexual se les viene el mundo abajo. Pero yo les digo: ¿pero por qué? Si no es malo serlo”.

Archivo Museo de la Memoria y los Derechos Humanos. Fondo Vicaría de la Solidaridad

Y respecto a la adopción homoparental, de nuevo lo mismo. Su postura era clara y manifestó sentir vergüenza cuando la iglesia condenaba el hecho de que parejas homosexuales quisieran adoptar un hijo o hija. “En toda adopción no se trata de beneficiar a la pareja, sino que al niño. Entonces, hay que juzgar si esta pareja es capaz de dar a este niño una vida positiva. Pero ese mismo criterio hay que aplicarlo a una pareja de homosexuales que quieran adoptar y a una pareja de heterosexuales. Ver si los homosexuales son capaces de ser padres cariñosos de sus hijos. Y, bueno, algunos dicen que en principio una pareja homosexual no puede ser padre, pero no estoy de acuerdo con eso: eso es juzgar antes de tiempo, es juzgar en teoría y no en la práctica. Y hay veces que resulta. Se dan casos en que la pareja homosexual cuida muy bien a sus hijos”.

José Aldunate fue y será parte de una generación de sacerdotes que marcó con su pensamiento y acción el sello social de la iglesia católica, donde sus reflexiones sobre la justicia y el respeto por los derechos humanos en toda su dimensión sin duda dejará innumerables huellas.

Daniel Barahona
Daniel Barahona
Daniel Barahona
Daniel Barahona
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