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12 de Noviembre de 2019

Kevin Gómez Morgado: El músico al que le dispararon por la espalda

Tocaba el tambor mayor en una orquesta de guerra y era padre de una niña de dos años. El 20 de octubre, durante la primera noche de toque de queda, en medio de los saqueos que afectaron a la cuarta región, salió a la calle y recibió un tiro de escopeta por la espalda. El militar que le disparó está en prisión preventiva. Su defensor asegura que cuando se encontró con Kevin llevaba 72 horas sin dormir y confundió el polerón que llevaba en la mano con un explosivo.

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Por Marisol Olivares*

Dos días antes de que se supiera que Kevin Gómez Morgado era una de las cuatro personas que murieron por balas militares durante el Estado de Emergencia, un grupo de amigas, asomadas por el balcón de una casa en Coquimbo, grabaron un video que subieron a las redes sociales. En las imágenes captadas el 20 de octubre a las 23:30 horas, en pleno toque de queda, se ve que tres jóvenes cruzan la Avenida Francisco Bilbao corriendo, justo cuando dos camiones del Ejército patrullan en la misma calle. 

—¡Apúrate, te van a atrapar! —dice una de las amigas, al ver que un joven sube al zigzag, como le dicen en esa ciudad a las esquinas que se empinan marcando la subida del cerro. 

—Lo atraparon —se escucha en el registro. 

Luego, un grito y un disparo.

—¡Ya no grita… lo mataron, pero cómo lo mataron! —dice una de las voces, y empieza a llorar.

La cámara hace zoom a la calle Bilbao. Entonces se observa cómo tres militares se bajan de los autos y se reúnen en torno a un cuerpo. Las mujeres en el balcón no saben que acababan de presenciar los últimos instantes de la vida de Kevin Gómez, un joven de 23 años, que era técnico en mecánica de profesión y músico de una banda de guerra.

***

Cuatro años antes del disparo y en la misma calle Bilbao, el joven, padre de una niña de dos años, ensayaba junto a una destacada orquesta de guerra de la IV región. Compuesta por 63 músicos que estudiaban en distintos liceos de la ciudad porteña, Los Halcones de Coquimbo sumaban diez años de trayectoria y acumulaban varios premios.

Pablo Galleguillos, instructor de la banda, cuenta que 2015 fue especialmente importante para Kevin, pues por fin lo dejaron a cargo del tambor mayor: el percusionista que se instala delante de todos y que toca el instrumento con una mano, mientras con la otra maneja la guaripola.

No le había sido fácil llegar hasta esa posición. Los compañeros que tuvo en la Escuela Básica Aníbal Pinto de la IV región, cuentan que primero aprendió a tocar la caja —la que hace redobles en las bandas del Ejército—, y que recién en primero medio, cuando se cambió al Liceo Técnico Bernardo O`higgins para estudiar Mecánica, pudo inscribirse en Los Halcones de Coquimbo. Con ellos llegó a presentarse ante varios regimientos militares en su ciudad, así como también en las calles del Valle del Elqui y en la costanera de Viña del Mar. 

Galleguillos destaca su perseverancia. Durante cinco años lo vio ensayar todas las tardes, a sólo unos metros del zigzag donde la noche del 20 de octubre se cruzó con los militares:

—Esa quizás es la mayor contradicción de Kevin —dice con tristeza—. Nosotros tocábamos marchas de guerra, y a él terminó disparándole un militar a quemarropa.

***

Sus familiares no saben con certeza por qué Kevin se encontraba, el 20 de octubre, a las 23.30 de la noche, a pocos metros de la sala donde ensayaba con la orquesta. Pero sí se sabe que el ambiente en Coquimbo estuvo agitado esa tarde, y que la gente se volcó en masa a las calles. Su tío paterno, Vladimir Gómez, subió a Facebook videos de la abuela de Kevin marchando con cacerola y cuchara de palo, mientras la televisión regional transmitía los disturbios que ocurrían en ese momento en el Norte Chico. 

Una de las noticias más difundidas era lo que estaba pasando en La Polar. La tienda de retail iba a cumplir 24 horas de saqueos sucesivos, y es desde allí —de un forado de la tienda— de donde el fiscal Adrián Vega sostiene que los militares vieron salir a Kevin la noche en que lo mataron. 

En la audiencia del 22 de octubre, donde se formalizó al militar de iniciales C.I.C.C —coquimbano, 32 años—, se leyó la declaración que éste le entregó al fiscal Juan Pablo Aguilera, de turno esa noche, sobre lo ocurrido:

 Iba sentado en la puerta trasera derecha del camión institucional, patrullando por una calle que no sé su nombre, cuando me percaté que, del interior de la tienda, por una puerta, venía saliendo un sujeto masculino joven. Vestía un polerón con cierre color gris, levantó ambas manos con un bulto que no logré precisar qué era… circunstancia en que sentí que me iba a agredir a mí o al equipo, por lo que efectué un disparo con mi escopeta marca Ryot repetidora calibre 12 mm, en dirección a dicho sujeto y al suelo….

Kevin Gómez, celebrando el Amigo Secreto en 2012 con los compañeros de banda Los Halcones de Coquimbo.

El abogado de C.I.C.C, Alejandro García, repitió esa misma versión en la audiencia, y agregó que su defendido no había dormido desde que fue llamado a acuartelarse, al decretarse del Estado de Emergencia. Llevaba, dijo, 72 horas sin dormir. Era el único de los siete militares en ese auto —señaló García— que portaba una escopeta Rayot de 12 milímetros. Luego aseguró que C.I.C.C vio a Kevin con un bulto negro entre sus manos cruzando la calle, y que pensó que era algún tipo de explosivo.

El fiscal regional de Coquimbo, Adrián Vega, quien también investiga el caso, dijo que el bulto que Kevin traía en sus manos era una bolsa que contenía ropa y una caja de zapatillas Adidas. Y que mientras cruzaba la calle Bilbao con Aldunate, se encontró de frente, a unos cinco metros de distancia, con una patrulla militar. Entonces giró la espalda intentando escapar.

—Fue en ese momento que recibió un tiro en la espalda de una escopeta y cayó al suelo —sostuvo.

Vega agregó que el militar le dio primeros auxilios y llamó al SAMU para pedir una ambulancia, pero el operador que le contestó no le creyó y exigió que llamara a un carabinero. Recién cuando un policía llegó al lugar, se pudo llamar a la ambulancia que trasladó a Kevin al Hospital San Pablo.

Según detalla la Fiscalía, a las 00:08 de esa noche, el doctor que recibió el cuerpo, Joel González, trató de reanimarlo durante 13 minutos, pero Kevin ya no tenía pulso. Presentaba heridas en su espalda y pecho. Murió a las 00:21 del 21 de octubre. 

Por orden del Juzgado de Garantía de Coquimbo, y luego por la Corte de Apelaciones de La Serena, C.I.C.C se convirtió en el primer militar detenido por homicidio simple en Estado de Emergencia, y pasará los próximos 120 días cumpliendo prisión preventiva en el Regimiento 21 de la Serena. El mismo lugar en el que, recuerda el instructor Pablo Galleguillos, años atrás se presentaron Los Halcones de Coquimbo, con Kevin en uno de los tambores. 

***

Los familiares de Kevin no supieron de su muerte hasta varias horas después de lo sucedido, porque el joven no salió con sus documentos ese día. Cuando vieron que no regresaba a casa, comenzaron a llamar a sus amigos para saber de él, pero ninguno tenía noticias.

Desesperados, a la mañana siguiente fueron a la comisaría a poner una denuncia por presunta desgracia. También difundieron en redes sociales un afiche con su foto: Kevin Gómez: Desaparecido desde ayer, después de los disturbios de La Polar. Por favor llamar o hablar en privado, se lee en la imagen. 

La espera se acabó con el sonido del teléfono: “Nos llamaron de la PDI para ir a reconocer a un NN”, dijo su hermano Víctor al canal regional de Televisión Nacional de Chile. El certificado de defunción da cuenta de que Kevin Patricio Gómez Morgado de 24 años, murió a causa de “Herida Tóraco Pulmonar por arma de fuego/ sin salida de proyectiles/ homicidio”. 

—Era mi guagua. Y me lo mataron —dijo Víctor frente a las cámaras de TVN. 

Carolina, una vecina que vive justo en la esquina donde murió, aún no puede creer que hayan matado a Kevin, a quien conocía desde chico. Tras escuchar los disparos y los gritos de sus vecinos, intentó socorrerlo esa noche, pero no pudo.

—Bajamos para ver qué pasaba pero los militares dispararon al aire y nos entramos —dice—. Lo daban vuelta con la misma escopeta para ver las heridas y la sangre. 

Consternada, cuenta que Kevin siempre iba a su casa cuando tocaba en la banda.

—Aquí ensayaban, comían y se quedaban a dormir si se hacía tarde. A veces pienso que tuvo tanto miedo que quizá venía a mi casa para esconderse del toque de queda… 

Cuatro días después de la muerte de Kevin, el 24 de octubre, un grupo de jóvenes vestidos de negro tocaron una marcha militar con tambores, flautas traversas y trompetas afuera de la Iglesia San Pedro de Coquimbo.

Del templo salió un grupo de hombres cargando un ataúd cubierto con flores y un trofeo ganado por Los Halcones en una competencia de bandas de guerra, que le entregaron a la familia de Kevin. Dentro de una carroza, el féretro recorrió Coquimbo hasta llegar al cementerio, en medio de gritos que aplaudían y pedían justicia.

Allí iba Kevin Gómez. Allí comenzaba el último desfile del tambor mayor.

*La lista de muertos durante las manifestaciones sociales y disturbios no ha parado de crecer con el paso de los días. Cuerpos encontrados en edificios en llamas o baleados en las protestas en distintos puntos del país, en circunstancias poco claras, son parte de la realidad chilena. De ellos, sólo cuatro de los fallecidos hasta ahora han sido reconocidos por el gobierno como víctimas de balas militares. Esta serie de perfiles, elaborados por un grupo de periodistas independientes y alumnos de la Universidad Alberto Hurtado, organizados durante el Estado de Emergencia, pretenden dejar registro de quiénes eran las personas que perdieron su vida en estos días de esperanza y violencia, y en qué circunstancias ésta les fue arrebatada.

El equipo es coordinado por Gabriela García B. Edición de textos: Gabriela García y Nicolás Alonso.

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