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Actualidad

7 de Febrero de 2020

Ex funcionaria de Providencia demanda al municipio por obligarla a infiltrarse en “primera línea” de Plaza Dignidad: “Nos recomendaron hablar medio flaite”

Agencia Uno

La demandante indicó que desde el municipio "nos recomendaron hablar medio flaite, con garabatos y mostrando ser chora". Añadió que "por dentro, me sentía pésimo. No quería sapearlos. Claro, al principio, decía puta, están dejando la cagá en todos lados. Y después yendo para allá, me di cuenta que la Primera Línea era súper valiente, porque han estado enfrentándose por nosotros. Y estoy con ellos".

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Una ex funcionaria de Providencia demandó al municipio por obligarla a infiltrarse en la “primera línea” en medio de las protestas que a diario se realizan tras el estallido social en Plaza Dignidad.

Se trata de Evelyn Quezada, quien por 7 años trabajó a contrata como inspectora municipal fiscalizando obras y áreas verdes, además de gestionar contratos con empresas externas, consignó El Desconcierto.

Sin embargo, sus labores dieron un giro radical a un mes de iniciado el estallido. Según denunció, el 19 de noviembre el encargado de planificación del municipio, Felipe Frez, le dijo que debía infiltrarse en la denominada “Zona Cero”.

Asustada ante la exposición que eso implicaría a balines y gases tóxicos, manifestó explícitamente que no quería hacer lo solicitado, recordando incluso que se encontraba con fuero maternal por su hijo de 1 año y 7 meses.

Sin embargo, al hablar con la directora de fiscalización, María Ivonne Johansen, incluso habría sido amenazada con perder el trabajo.

“Me dijo que tenía que jugármela, demostrar que hacía bien esta pega y que considerara que mi contrato acababa pronto. En otras palabras, me amenazó con despedirme si no hacía la pega. Como necesitaba trabajar, le dije que cuidaría mi trabajo. Soy sola y vivo con mis cuatro hijos. No puedo no trabajar”, relató.

Así, debió partir hasta el centro de las protestas sin ningún elemento de seguridad como gafas o máscara antigases; ni tampoco un cambio en su sueldo por la exposición.

“Esto se tradujo, en la práctica, en enviarme a distintas zonas que fueran foco central de la contingencia nacional, principalmente Plaza Baquedano (hoy conocida como Plaza de la Dignidad), con el fin de que yo me infiltrara en la Primera Línea entre los manifestantes para obtener información”, relató la ex funcionaria en la denuncia.

“Nos recomendaron hablar medio flaite”

Su jefe directo le pidió a ella y dos compañeros que se vistieran de forma distinta para no ser reconocidos como funcionarios. La información recopilada, comentó Evelyn, “iba directo a la alcaldesa”.

“Yo iba con jeans, el pelo amarrado, me sacaba los aros y jockey. Súper desarreglada, se suponía que así se vestían los encapuchados. Uno de mis compañeros iba con la camiseta del Colo. Mis jefes tenían la peor impresión de los encapuchados y los manifestantes. Pensaban que eran puros delincuentes o flaites, lo peor. Tenían una mirada muy despectiva. Y uno tenía que fijarse en esos estereotipos. El nivel de prejuicios que tenían era tremendo. Por ejemplo, pedía que nos fijáramos en los vendedores de la calle, pero para ver si eran extranjeros o no. A ese nivel. Por eso mismo, nos recomendaron hablar medio flaite, con garabatos y mostrando ser chora. A mí me costaba mucho actuar, porque no soy así”, comentó.

Sobre el detalle de lo solicitado, precisó que “nos pidió recabar información de cómo se organizaban, quién era el líder de los encapuchados, para cuándo se programaba la siguiente marcha, la cantidad de vendedores ambulantes, quiénes vendían drogas, si eran estudiantes o no, si eran flaites, si andaban con banderas, si vivían en la calle, todo servía”.

Punto fijo

Contentos con los resultados del espionaje, desde el municipio le pidieron a la funcionaria que se quedara de punto fijo en Plaza Dignidad, sin baño ni horario de colación.

Junto a una infección urinaria por aguantarse ir al baño, la funcionaria comenzó a sufrir un cuadro de angustia al sentir que traicionaba a quienes se manifestaban.

“Por dentro, me sentía pésimo. No quería sapearlos. Claro, al principio, decía puta, están dejando la cagá en todos lados. Y después yendo para allá, me di cuenta que la Primera Línea era súper valiente, porque han estado enfrentándose por nosotros. Y estoy con ellos. Al final, les tomé cariño a las personas con las que estaba ahí. Mis compañeros tampoco estaban bien. Se cuestionaban. Yo estudio trabajo social en la noche y me enseñan a ayudar a las personas, contenerlos, y yo estaba acusándolos, hablando de ellos para que después los vayan a cagar”.

Tras presentar una licencia por estrés la funcionaria se autodespidió y presentó una denuncia contra la municipalidad por vulneración de derechos fundamentales, despido indirecto y cobro de prestaciones laborales.

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