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Selección Nacional

20 de Agosto de 2020

Gonzalo Vega y el suplemento alimenticio que entró al mercado chino en plena pandemia

Foto: Registro personal

Es director técnico de Nutrartis, la empresa que produce una solución de fitoesteroles solubles en agua y otras comidas. Los nutrientes que contiene podrían fortalecer el sistema inmune sumándose a las medidas de mitigación de Covid-19. Una tecnología avanzada que durante los meses de pandemia se ha abierto a los grandes comercios del mundo.

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“El primero de marzo yo estaba en California porque íbamos a lanzar Cardiosmile en Estados Unidos. Después de 10 años de trabajo, estaríamos en la principal feria de alimentos saludables del mundo para acercarnos al retail con nuestros socios gringos. Pero un día antes la cancelaron”, dice Gonzalo Vega (36), actualmente director técnico en Nutrartis, empresa que produce este suplemento alimenticio en base a fitoesteroles.

“Son el análogo del colesterol, pero en los vegetales”, explica Vega. A través del consumo de frutas y verduras los humanos adquirimos fitoesteroles para nuestro organismo, pero no es sino consumiendo dos gramos de estos compuestos naturales al día que estos otorgan realmente efectos médicos, tales como: la mejoría y control de enfermedades cardiovasculares y obesidad, además del equilibrio del sistema inmune.

La particularidad de la tecnología que desarrollaron, dice Gonzalo, es que lo convirtieron en un producto que se puede cocinar y es soluble en diversos tipos de alimentos como agua, ensaladas, yogurt, etc. 

A pesar de que la cuarentena los obligó a que su planta funcionara solo con dos operadores, han podido abrirse paso en otros mercados del mundo y han llamado la atención, por estos días, por las propiedades preventivas para el contagio de distintos virus, debido al fortalecimiento del sistema inmune. Gonzalo siente la “felicidad de crecer sabiendo que es algo que creamos con tanto cariño para nuestras familias y para nosotros mismos”.

“¿Te los muestro?” dice Gonzalo al otro lado de la videollamada. Acepto, y él trae un vaso de agua y un pote de dónde saca un sachet que contiene 2 g de fitoesteroles. Lo echa en el vaso de agua y se convierte en un líquido blanco, parecido a la leche. “Con tres semanas tomando esto ya se reduce entre un 10 y 15% el colesterol LDL y los triglicéridos, marcadores de lípidos en la sangre y que están altamente correlacionados con la salud cardiovascular”, cuenta orgulloso.

La cuarentena los obligó a que su planta funcionara solo con dos operadores, han podido abrirse paso en otros mercados del mundo y han llamado la atención, por estos días, por las propiedades preventivas para el contagio de distintos virus, debido al fortalecimiento del sistema inmune.

EMPRENDER DESDE CERO

Gonzalo Vega es oriundo de Valparaíso y estudió ingeniería civil bioquímica en la Universidad Católica de esa ciudad. “No somos suficientemente buenos ingenieros ni bioquímicos, pero sabemos un poco de las dos”, bromea. Cofundó Nutrartis apenas egresó y llegó a ser gerente general en 2017. “Me dejaba barba para verme más viejo, porque viajaba por el mundo negociando con grandes empresas y me veían como cabro chico”.

Tras un poco más de 10 años de investigación, lograron una forma de extraer estos fitoesteroles de residuos de la industria celulosa. “Partimos trabajando en un tarro de 200 ml y ahora tenemos reactores de más de 500 litros que nos permitieron masificar el producto”, cuenta Vega. En todo este tiempo han logrado hacer estudios clínicos y lograron patentar el invento: “Somos los únicos en el mundo que podemos hacer esto, pero tuvimos que inventar todo de cero para poder producirlo industrialmente”.

Maquinaria de la planta que crearon Gonzalo y su equipo desde cero para lograr el producto final. Créditos: Gentileza Gonzalo Vega

Antes de Cardiosmile, la única forma de comer la cantidad suficiente de fitoesteroles al día para lograr una alimentación más nutritiva era consumiendo la porción de tres pelotas de ping pong de margarina al día. “En Europa hay como trece millones de personas que hacen esto todos los días. Agarran un pan y métale margarina. Es una locura. Esa fue la motivación principal, de generar una tecnología que los incorporara en agua” dice.

“Partimos trabajando en un tarro de 200 ml y ahora tenemos reactores de más de 500 litros que nos permitieron masificar el producto”, cuenta Vega. En todo este tiempo han logrado hacer estudios clínicos y lograron patentar el invento.

ENTRAR AL MERCADO CHINO

Cuando volvió de California hizo la cuarentena respectiva en su casa en Olmué, donde vive con su señora y su hija de seis. Dice que en EE.UU. alcanzó a ver que ya había casos “intrazables” y debió ponerse en estado de alarma para pensar rápido cómo iba a funcionar de ahora en adelante el negocio.

Gonzalo y su familia – Resgistro personal

¿Lograron adaptarse?

– Sí, por suerte. Organizamos bien con nuestros proveedores, vimos cómo mover toda la cadena de farmacias con la que trabajamos y en la planta quedaron dos operarios ‘superestrella’. El resto, todos con teletrabajo.

De forma remota, Nutrartis ha logrado lanzar su producto estrella en países como Estados Unidos, Inglaterra y Bolivia, “acomodándonos al mundo, porque esto tenía que continuar”, dice Gonzalo. 

En EE.UU. alcanzó a ver que ya había casos “intrazables” y debió ponerse en estado de alarma para pensar rápido cómo iba a funcionar de ahora en adelante su negocio.

No se equivocaron. Durante este año ProChile, institución encargada de la promoción de la oferta exportable de bienes y servicios chilenos, eligió este producto natural para comercializarlo en China. “Es un mercado muy grande que significa un desafío y una oportunidad”, dice Vega al respecto, y añade sentirse “cómodo y tranquilo con lo que ofrecemos, porque no es que estemos sacando cosas de un sombrero de magos. Son años de trabajo que llevamos para generar cambios en la vida de las personas, y mientras más sean las que accedan, genial”. 

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