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Actualidad

20 de Noviembre de 2020

Lluvia de críticas por discurso de odio y homofobia: Así se palpita el retorno del mal llamado “Bus de la Libertad” a las calles de Chile

De cara a su segundo paso por el país, el mal llamado "Bus de la Libertad" se topará con un Chile muy distinto al del 2017, estallido social mediante y con un proceso constituyente en ciernes, donde conceptos como la familia, la educación, el Estado y la sexualidad, sin duda, serán parte de la agenda de discusión. Organizaciones feministas y LGBTIQ+ ya se preparan para evitar por la vía política, judicial y administrativa que el vehículo vuelva a circular por las calles de Santiago y Valparaíso. De fracasar, se podría repetir un escenario de violencia similar al vivido hace tres años.

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La directora del Observatorio Legislativo Cristiano, Marcela Aranda, anunció que la próxima semana volverá a circular por las calles el autodenominado “Bus de la Libertad”.

En diálogo con 24 Horas, la vocera del grupo conservador sostuvo que a partir del lunes 23 de noviembre, el vehículo recorrerá las calles de Santiago y Valparaíso. “Esperamos que en Chile se respete y resguarde la libertad de expresión y desplazamiento”, disparó.

Marcela Aranda, vocera del mal llamado “Bus de la Libertad”. Foto: Agencia UNO

Frente a esto, la bancada de diputados de Convergencia Social (CS) oficiaron al Ministerio del Interior para que prohíba que el “Bus de la Libertad” vuelva a circular por las calles del país promoviendo mensajes de odio.

La diputada Gael Yeomans acusó que el vehículo “promueve una discriminación gravísima en contra de personas por su identidad de género u orientación sexual (…) El Gobierno debe oponerse o se transformará en cómplice de quienes vulneran los derechos de la población LGBTI+ y por eso oficiamos, para conocer todas las medidas administrativas u otras que se tomarán”.

También alzó la voz la defensora de la Niñez, Patricia Muñoz, quien acusó que hace tres años el mismo bus difundió “consignas que desinformaban a la comunidad” y que vulneran “el principio de igualdad y no discriminación”, que obliga al Estado y a la sociedad chilena a “garantizar que ningún niño, niña o adolescente sea víctima de actos discriminatorios por motivos de raza, color de piel, identidad de género, expresión de género, idioma, religión, opinión política o de otra índole, nacionalidad, origen étnico o social, condición económica, discapacidad”.

Más dura fue la presidenta ejecutiva de Fundación Iguales, Alessia Injoque, quien en su cuenta de Twitter manifestó que “tras la derrota del rechazo, los fanáticos religiosos regresan recargados de odio a luchar porque otras personas no tengan los mismos derechos que ellos ya tienen. Miedo a la libertad ajena en un intento de usar al estado para que la sociedad no cambie”.

En la misma línea, la ex presidenta de la Fech y activista trans, Emilia Schneider, calificó el retorno del bus como un “tremendo descaro de la ultraderecha conservadora” y agregó que “este tipo de manifestaciones no deberían permitirse ni difundirse”.

Independiente de la decisión del Gobierno, el grupo de Abogadas Feministas (Abofem) interpuso un recurso de protección y orden de no innovar en las Cortes de Apelaciones de Santiago y Valparaíso, para impedir el paso del bus. Asimismo, también se le envió una carta a ambas intendencias para que denieguen los permisos donde los organizadores solicitan escolta policial, según detalla El Mostrador.

Además, el Movilh ha convocado a una nueva edición del llamado “Bus de la Diversidad”, convocando a una contramanifestación pacífica en contra del llamado “Bus del Odio”.

EL ORIGEN DEL “BUS DEL ODIO”

El nombre de Ignacio Arsuaga es clave en el origen del “Bus de la Libertad”. Este abogado español de 47 años se declara en Twitter como “activista de los derechos humanos”, es CEO de CitizenGO y presidente de la agrupación ultraconservadora, Hazte Oír.

Ambas organizaciones le han servido como plataforma para impulsar su agenda contra lo que él llama “ideología de género”, que consiste en una oposición a los avances legislativos en materia de aborto y derechos civiles para la comunidad LGBTIQ+.

Debido a su discurso misógino y homofóbico, en varios países el “Bus de la Libertad” ha sido rebautizado por sus detractores como “Bus del Odio” y ha generado protestas en su paso por España, Estados Unidos, Colombia y México.

Así fue el paso del “Free Speech Bus” por Nueva York. Video: NBC

El bus arribó a Chile en 2017, en el marco de la discusión del proyecto de ley que creaba un Sistema de Garantías de los Derechos de la Niñez, que incluía la autonomía progresiva, derecho reconocido por la Convención de Derechos del Niño y que le permite a niños, niñas y adolescentes ejercer, con grados crecientes de independencia, sus derechos frente a los adultos. En su momento, Aranda calificó la iniciativa como una “reforma moral y antropológica nunca antes vista”.

La fachada del bus en nuestro país tenía tres consignas: “Con mis hijos no te metas”, “Menos Estado, más familia” y “Nicolás tiene derecho a un papá y una mamá”. Esta última hacía referencia al libro para preescolares “Nicolás tiene dos papás”, impulsado por el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) y que -tal como sugiere su título- relata la historia de un niño que crece en el seno de una familia homoparental.

El vehículo logró realizar algunos movimientos frente a La Moneda, la Municipalidad de Santiago y el Congreso de Valparaíso. Sin embargo, dejó varios incidentes a su paso, provocando enfrentamientos a golpes e insultos entre la multitud. Algunos detractores se aventuraron a rayar el bus con esvásticas nazis.

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