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Coronavirus

1 de Diciembre de 2020

¿Estamos bien parados frente a una segunda ola de coronavirus?: Expertos en salud analizan plan del Minsal que incluye “catastrófica” proyección

Foto: Agencia UNO

El Minsal proyecta tres escenarios para los días posteriores a las fiestas de fin de año. Los tres son malos, asumen un explosivo aumento de los contagios y uno es particularmente catastrófico. Sin embargo, las autoridades han insistido en anuncios que apuntan hacia la reapertura, como el retorno a las clases presenciales en marzo, la abertura de fronteras y la reactivación de los viajes para el adulto mayor. En The Clinic conversamos con tres expertos para analizar qué tan preparado está el sistema de salud para enfrentar una eventual segunda ola de contagios y qué medidas debería tomar el Gobierno de cara a este sombrío verano que se asoma en el horizonte.

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El Ministerio de Salud está proyectando una segunda ola de contagios para el mes de enero. El propio ministro Enrique Paris explicó a El Mercurio que están trabajando sobre tres escenarios matemáticos basados en el comportamiento del virus en Europa.

El peor de ellos podría llegar a alcanzar los 9.560 contagios diarios y tener a 4.562 pacientes en unidades de cuidados intensivos. En ese sentido, sería incluso peor que el peak que registró el país el pasado 14 de junio, cuando se registraron 6.938 casos positivos en 24 horas.

El Minsal ya adelantó que está trabajando en nuevas medidas para controlar la movilidad, los traslados y el aforo de cara a las fiestas de Navidad y Año Nuevo. Sin embargo, hasta ahora se mantiene vigente la reapertura de las fronteras, se ha esbozado un retorno a clases presenciales en marzo y recientemente la Primera Dama anunció la reactivación del programa de viajes para adultos mayores.

Esto último recibió la dura réplica de la presidenta del Colegio Médico, Izkia Siches, quien manifestó que “estos mensajes contradictorios confunden a la ciudadanía, después no le echemos la culpa a las personas. Debemos enmendar el rumbo y reforzar el mensaje de mantener medidas para evitar contagios”.

The Clinic le realizó dos preguntas a expertos en el área de la salud para revisar las proyecciones que hacen desde el Minsal y conocer los reales efectos que puede tener una segunda ola de coronavirus en el país.

¿QUÉ TAN PREPARADOS ESTAMOS?

El dr. José Manuel Manríquez, académico del Instituto de Salud Pública de la U. Austral, plantea dudas respecto a los escenario proyectados por el Minsal. A su juicio, “las proyecciones, incluso cuando son modelos matemáticos, se basan en la situación epidemiológica de otros países. Y la verdad es que eso nos sirve para tener una idea, pero es imposible sólo con eso anticiparse a una situación epidémica”.

“No podría decir que en enero va a haber una situación catastrófica como plantea el Ministerio. A mí me da la sensación que esa proyección permite poder estimar una carga de la red asistencial en el verano. Dicho eso, lo que deberíamos esperar es que se produzca una segunda ola pandémica, pero más avanzado el verano, a fines de febrero o principios de marzo”, intuye.

En ese sentido, la dra. Erika Retamal, directora del departamento de Salud Pública de la U. de Talca, explica que una de las principales dificultades para enfrentar esta segunda ola de contagios es la fatiga del personal de salud y advierte que si bien “los integrantes del sistema sanitario van a tener mucha más experiencia, también van a tener meses de sobrecarga laboral”.

Misma opinión tiene el dr. Juan Carlos Said, experto en salud pública del Imperial College de Londres, quien si bien reconoce que “no hay tanta incertidumbre” como a principios de año, es importante resaltar que durante la primera ola de contagios “el sistema estuvo prácticamente al límite de ser sobrepasado”.

“Hay una fatiga natural del personal de salud. Hay personas que han fallecido, otros que han quedado con secuelas graves, y también personas que han tenido dificultades para tomarse vacaciones o días de descanso”, subraya.

Además, el médico internista apunta que aún hay deudas pendientes en materia de trazabilidad. Por ejemplo, el diagnóstico precoz sigue estando alrededor de un 45% y 50%, cuando la meta es alcanzar un 80%. El promedio de contactos ubicados por enfermo gira en torno al 2.5, cuando tendría que estar sobre 5. “La trazabilidad sigue siendo algo que, si bien tuvo una mejoría con la llegada del ministro Paris, en los últimos meses se ha estancado”, puntualiza.

¿QUÉ MEDIDAS DEBE TOMAR EL GOBIERNO?

Para el dr. Said, uno de los principales problemas del Gobierno frente al riesgo de una segunda ola de contagios es comunicacional, en especial por los “mensajes contradictorios” que van lanzando las distintas autoridades.

“Por un lado el Presidente Piñera sostiene que llevamos seis meses de continua mejoría, lo cual no es real. Nos encontramos en una endemia estable con un número elevado de casos, sin ninguna baja significativa hace meses. Por otro lado, se han alimentado excesivas expectativas en torno a una vacuna”, señala.

El médico internista recalca que “es importante que todas las autoridades estén alineadas en un sólo discurso, que la pandemia no ha sido controlada y el riesgo de rebrote es alto”.

Misma opinión tiene la dra. Retamal, quien subraya que “es fundamental comprometer a la población, por lo tanto, el mensaje tiene que ser absolutamente claro”.

Para la epidemióloga, aún hay dudas sobre los mecanismos de transmisión al virus y en los datos de trazabilidad, lo que siembra desconfianzas para medidas como la reapertura de las fronteras y gatilla haya “poca adherencia a medidas de prevención que deberíamos ya tenerlas incorporadas”.

El dr. Manríquez le añade un nuevo condimento a este problema: “Hay que entender que estamos en medio de una crisis social y política, por lo tanto, las autoridades gozan de muy poca credibilidad. Hay un cuestionamiento permanente a las medidas, principalmente porque no tienen pertinencia territorial ni cultural”.

En ese sentido, hace un llamado a mantener bajo monitoreo todas las medidas de reapertura para evitar “entrar a una situación epidemiológica crítica que nos obligue a retroceder en las fases y llegar a una cuarentena”.

De todas maneras, el epidemiólogo sostiene que hay medidas de reapertura que son necesarias “no desde el punto de vista sanitario, sino personal, familiar y social. En salud pública hablamos de otra epidemia que hay que enfrentar: la de las enfermedades mentales”.

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