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Coronavirus

9 de Febrero de 2021

¿Qué pasa si un paciente se inyecta una de las vacunas robadas que ha roto su cadena de frío?

Foto: Agencia UNO

Tras los hurtos registrados en Curicó y Calbuco, The Clinic conversó con Marcelo Alarcón, doctor en biología molecular y académico de la U. de Talca, sobre los peligros que hay si una persona se inocula una fórmula que no tiene los resguardos de temperatura.

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Un total de 40 dosis de Coronavac, la vacuna contra el Covid-19 elaborada por el laboratorio chino Sinovac, fueron robadas desde el Centro de Salud Familiar (Cesfam) de Curicó.

Una situación similar ocurrió en Calbuco, donde el alcalde Rubén Cárdenas aseguró que fueron sustraídas dos dosis del Cesfam comunal.

El gobernador Roberto González hizo un llamado a no inyectarse las vacunas robadas, puesto que “no sabemos qué consecuencias puede traer a la población”. Asimismo, la PDI alertó sobre los peligros de inocularse una fórmula que ha perdido su cadena de frío.

En ese sentido, Coronavac es precisamente una de las vacunas que menos exigencias ambientales tiene. Al igual que la fórmula de AstraZeneca y Oxford, sólo requiere de un refrigerador estándar con temperaturas que oscilen entre los 2° y 8° C.

La fórmula china es particularmente resistente. Puede llegar a durar hasta 42 días a temperatura ambiente. Eso sí, una vez transcurrido este tiempo, la fórmula se degrada.

Por otro lado, la vacuna de Pfizer y BioNTech requiere ser almacenada en cámaras ultrafrías que alcancen temperaturas similares a las del invierno antártico, es decir, entre -70° y -80° C.

LAS CONSECUENCIAS

The Clinic le preguntó a Marcelo Alarcón, doctor en biología molecular y académico de la Facultad de Ciencias de la Salud de la U. de Talca, sobre los efectos que podría causar en un paciente una vacuna que ha perdido su cadena de frío.

“Lo más importante es que la vacuna pierde su efecto. Finalmente, el material que tiene la vacuna y que busca generar una respuesta inmune, generalmente se degrada. Es como si nos inyectáramos agua”, explica.

Sin embargo, también existe la posibilidad de daño o intoxicación. Alarcón detalla que a algunas vacunas “les agregan preservantes o estimuladores de la respuesta inmune que, en general, cuando se degradan pueden ser pirogénicos. Es decir, al estar descompuestos, pueden producir fiebre o algún daño a la persona”.

Además, si las vacunas se almacenan por mucho tiempo sin las condiciones de temperatura apropiadas, Alarcón subraya que “incluso pueden crecer bacterias. Imagínate, ahí la persona podría llegar con septicemia o alguna patología asociada a una infección bacteriana”.

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