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3 de Mayo de 2021

La doctora Maritza Navarrete y su cruzada en Valdivia: “Empezamos analizando 20 muestras PCR y hoy hemos procesado hasta 2.200 en un día”

Foto: Gentileza Maritza Navarrete

¿Qué hay detrás del número de tests de coronavirus que se procesan día a día en nuestro país? Mucho tiempo y esfuerzo. Así lo asegura la jefa del Laboratorio de Biología Molecular en el Hospital Base de Valdivia, Maritza Navarrete, quien junto a su equipo trabajan de lunes a domingo en esta tarea desde marzo del año pasado.

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En un rincón del Hospital Base de Valdivia se ubica el Laboratorio de Biología Molecular, donde se realiza el diagnóstico de coronavirus a partir de tests PCR tomados día a día en distintos establecimientos de salud de la zona. Una labor que realizan sagradamente desde el inicio de la pandemia y que la microbióloga clínica, Maritza Navarrete, tiene el rol de dirigir. 

Antes, el laboratorio se dedicaba exclusivamente al diagnóstico de síndromes infecciosos asociados a pacientes inmunosuprimidos. Pero con la llegada del coronavirus al país, éste tuvo que reorganizarse para poder responder a la emergencia localmente y ofrecer una detección oportuna.

“Para este laboratorio, el coronavirus demandó contratación de personal adicional y compra de equipamiento que pudiera automatizar el trabajo rutinario de diagnóstico. De esa forma, pudimos continuar también con nuestras otras líneas de investigación, porque si bien ésta es la patología principal actualmente, no dejan de existir los otros cuadros que nosotros veníamos diagnosticando, como el cáncer”, explica Navarrete. 

Foto: Gentileza Maritza Navarrete

¿Cuándo iniciaron el trabajo relacionado con el coronavirus en el laboratorio?

-Empezamos el 19 de marzo del año pasado con el diagnóstico de coronavirus y el primer caso se presentó el 3 de marzo. En febrero, nosotros ya habíamos implementado la técnica, entonces ya estábamos preparados cuando el Instituto de Salud Pública (ISP) solicitó a los laboratorios de los hospitales u otras entidades que realizaran el diagnóstico.

¿Cómo fueron esos primeros días?

-En febrero comenzamos a tener reuniones con la dirección del establecimiento y el servicio de salud y ahí planteamos que como laboratorio estábamos en condiciones de realizar el test, que íbamos a implementar la técnica y adquirir equipamiento que nos permitiera afrontar un diagnóstico masivo. Fuimos apoyados por las autoridades regionales y se compraron equipos para automatizar sobre todo la técnica de extracción. 

“Esa fue la parte inicial del trabajo, que al principio era manual. Trabajar dos mil muestras manuales requiere un esfuerzo importante, entonces se compraron equipos que permitieran trabajar de 96 muestras por vez para facilitar el rendimiento del laboratorio. Se construyeron nuevos espacios y se contrató más personal para que la estrategia de diagnóstico fuera acorde a la necesidad de la región. Fue un proceso planificado y el incremento fue notorio. Empezamos analizando 20 muestras PCR y hoy hemos procesado hasta 2.200 en un día”.

¿Cómo fue ese reclutamiento de los distintos laboratorios?

-La red de laboratorios está comandada por el ISP y ésta tenía montado un sistema de vigilancia de enfermedades respiratorias, orientados principalmente a la influenza. Cuando comenzaron a darse las primeras luces del coronavirus, había seis centros que hacían vigilancia de enfermedades de ese tipo y se les comisionó hacer su diagnóstico también. 

“Al principio no se pensaba que la pandemia iba a ser tan aguda en nuestro país y cuando comenzó a verse que la situación necesitaba la implementación de más laboratorios, le presentamos a las autoridades regionales nuestra capacidad y que estábamos en condiciones de realizar el diagnóstico. Luego el ISP, a través del Minsal, solicitó que formáramos parte de esa red de laboratorios. Se hizo un sistema de verificación y validación y nosotros fuimos incorporados oficialmente a la red de diagnóstico el 24 de marzo”.

“Trabajar dos mil muestras manuales requiere un esfuerzo importante, entonces se compraron equipos que permitieran trabajar de 96 muestras por vez para facilitar el rendimiento del laboratorio”.

Miembros del equipo del laboratorio. De derecha a izquierda: Israel Giacaman, Pamela Garrido, Maritza Navarrete y Gabriel Espinosa. Foto: Gentileza Maritza Navarrete

¿Cómo es el proceso de recepción de las muestras hasta obtener los resultados? 

-Las muestras son transportadas desde los centros de salud donde se toman hacia la recepción del laboratorio central de nuestro hospital y ahí son codificadas, identificadas, para mantener la trazabilidad. Luego son derivadas a nuestro laboratorio de biología molecular para hacer el análisis, lo que implica un proceso de entre tres y cuatro horas, donde finalmente se determina el resultado. Generalmente, estamos entregándolo antes de 24 horas desde que llega la muestra a nuestro laboratorio, lo que favorece la trazabilidad de las muestras.

¿Qué dificultades han encontrado a lo largo de este período? 

-Creo que para todos los laboratorios que estamos en esta función, ha sido una tarea de largo aliento. Ha sido agotador. Desde que partimos, no hemos parado de lunes a domingo. Es un trabajo que ha sido súper constante y no ha estado exento de cansancio personal. Se necesita de fortaleza para mantenerse activos todo el tiempo y dar resultados acorde. También ha habido problemas de abastecimiento a nivel nacional que se han ido solucionando a medida que marcha el sistema. 

¿Cómo cuáles?

-Al principio hubo un problema con las tomas de muestras y había déficit de medios de transporte y de tórulas nasofaríngeas. Pero se han ideado nuevas estrategias de trabajo por los problemas de abastecimiento en relación a los insumos necesarios para hacer el diagnóstico. Ahora, el ministerio ha desarrollado un sistema coordinado de entrega de reactivos hacia hospitales y laboratorios y ha habido apoyo para poder contar siempre con los implementos necesarios para continuar el diagnóstico. Ese ha sido un desafío: irse adaptando a las crecientes exigencias que ha demandado la pandemia y adaptarse a lo masivo del diagnóstico. 

“Creo que para todos los laboratorios que estamos en esta función, ha sido una tarea de largo aliento. Ha sido agotador. Desde que partimos, no hemos parado de lunes a domingo. Es un trabajo que ha sido súper constante y no ha estado exento de cansancio personal”.

Parece ser un montón de trabajo…

-Sí, es harto en realidad. De hecho, hay una publicación que salió en la Revista Chilena de Infectología que habla sobre el rol de los laboratorios públicos y la red que se ha armado para el diagnóstico de coronavirus. Existían laboratorios a nivel del sistema público que sí tenían una historia de estar ejecutando técnicas de diagnóstico y eso favoreció también a que se pudiera relativamente implementar el del coronavirus a nivel local. 

Foto: Gentileza Maritza Navarrete

¿Cómo han sido las jornadas de trabajo en el laboratorio?

-Poder dar una respuesta al diagnóstico dentro de 24 horas creo que ha sido posible por cómo organizamos nuestro flujo de trabajo. Tenemos dos grupos de trabajo: uno que entra a las 8 am y sale a las 5 pm y otro entra a las 4 y sale a las 11. Esos turnos se mantienen el fin de semana. Yo trabajo de lunes a viernes, pero los sábados y domingo la interpretación de exámenes y el apoyo a distancia continúa. Estamos todos los días viendo los resultados en conjunto. Ningún resultado sale sin que exista un análisis grupal primero. Eso es lo que yo hago también los fines de semana. 

Tiene que estar atenta siempre entonces…

-Sí, es cierto. En la casa me tienen que tener paciencia (ríe). 

Una cazadora de microbios

Cuando todavía iba en el colegio, Navarrete leyó “Los cazadores de microbios”, del médico estadounidense Paul de Kruif, y supo que quería convertirse en uno de ellos. Y lo ha logrado: ha dedicado su vida profesional a estudiar e investigar sobre las enfermedades infecciosas producidas por virus.

Esta no es la primera vez que se enfrenta al estudio de un virus desconocido. En los 90, fue la primera en aprender las técnicas para detectar otra enfermedad que afecta al sistema respiratorio: el hanta. Pese a que hoy el diagnóstico de coronavirus demanda la mayor parte de su tiempo, sigue trabajando en sus proyectos como investigadora de la Facultad de Medicina de la Universidad Austral.

Desde 2019 estudia el desarrollo de un test rápido para detectar el hantavirus que ahora está en su recta final y que podría detectar en 15 minutos si una persona está infectada. En este proyecto, trabajaba codo a codo con la bioquímica Carola Otth, que fue por años su compañera de investigación hasta su muerte en enero de este año.

Maritza Navarrete y Carola Otth. Foto: Gentileza U. Austral de Chile

¿En qué consiste su investigación sobre hantavirus?

-Desde que se inició el tema de hantavirus, desde la universidad mantuvimos estricta coordinación con los grupos del Instituto de Microbiología e Instituto de Biotecnología para ir desarrollando herramientas diagnósticas para el hanta. Hemos hecho varios estudios sobre la transmisión de hantavirus e implementación del diagnóstico serológico, es decir, de detección de anticuerpos. Esa tecnología fue transferida al ISP, para que mantuvieran el diagnóstico a nivel nacional.

¿Qué le hizo interesarse por la microbiología?

-Mi especialidad, la microbiología clínica, apunta a ser una herramienta de apoyo a las enfermedades infecciosas. Ese vínculo entre las ciencias aplicadas y la clínica permite estar siempre atento a innovar en tecnologías y buscar respuestas a cosas que necesitan soluciones locales rápidas. Acá en el hospital, tenemos mucha sincronización con las diferentes especialidades, lo que permite tener buenos enfoques de tratamiento y diagnóstico. 

“Mi especialidad, la microbiología clínica, apunta a ser una herramienta de apoyo a las enfermedades infecciosas. Ese vínculo entre las ciencias aplicadas y la clínica permite estar siempre atento a innovar en tecnologías y buscar respuestas a cosas que necesitan soluciones locales rápidas”.

Considerando que la crisis sanitaria aún no acaba y ustedes bien lo saben, ¿qué mensaje le daría a la comunidad respecto a la pandemia y las restricciones sanitarias? 

-Ya vemos que el área de salud no puede controlar esto sola. Debe haber un trabajo conjunto entre las diferentes disciplinas de un país: salud, economía, lo social. Muchos ven al virus como algo distante y hay gente que todavía no cree que existe, pero quienes trabajamos en el área hospitalaria lo palpamos a diario. Vemos el sufrimiento de los pacientes, sus familiares y también del equipo de salud de nuestra región, que está terriblemente tensionado. Cada uno debe ser responsable, porque salir de esta situación será posible por el trabajo conjunto. 

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