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30 de Enero de 2022Tiembla Sensual Spiderman: Israel de Souza Junior es el hombre más elástico del Metro
Israel Junior es un bailarín de Río de Janeiro que vino a Chile escapando de los peligros la favela donde creció. Aquí intento sustentarse cantando canciones de amor en el Metro, pero no le fue bien. Sin embargo, en las calles conoció el breakdance, el que hoy practica con una destreza inusual en pasos como "La Culebra", "La Ranita" y "La Araña".
La elasticidad y destreza fantástica del brasilero Israel de Souza Junior bailando hip-hop en los vagones del Metrode Santiago son tan inusuales que la mejor manera de comenzar este artículo es mostrarlo. Dale, ponle play.
Impresionante, ¿no? Y bueno, eso es lo que provoca el show de baile y acrobacias de Junior en las líneas 3 y 4 del tren subterráneo de Santiago. Su espectáculo, que dura 5 minutos, dos canciones y tres estaciones, es llamativo para los pasajeros, los mismos que frecuentemente son indiferentes a los actos artísticos del Metro, escudándose en sus audífonos e intentando no hacer contacto visual con los showman y las showoman.
En el caso de Junior, es completamente diferente. Los usuarios hastiados y bostezantes -en su mayoría- se transforma en un público entusiasta, que celebra sus piruetas y le entrega monedas, billetes y también aplausos, los que como como todo usuario de Metro debe saber, son esquivos.
Los aplausos del Metro son más genuinos que los de un teatro y sólo están reservado para unos pocos artistas. La aprobación popular del baile de Junior es una demostración de un talento excepcional. Y eso no lo dice este reportero, sino que también la cara de este niño:
De una Favela a Puente Alto
Junior llegó a Chile desde Río de Janeiro hace siete años. Fanático del Flamengo, de Neymar y oriundo de una favela carioca, decidió venirse a Chile por la inseguridad que se vivía en su tierra.
“Me vine porque en Brasil había mucha violencia. Vi gente muriendo. Yo nací en las poblas de allá que se llaman favelas. Un día me crucé entre un enfrentamiento de (unos vecinos) con la policía. Casi me llegó una bala, pensé que iba a morir. En Brasil además tuve muchos problemas y dramas con mi familia, pero me alejé de ellos”, cuenta Junior entre medio de dos de sus shows en la línea 3 del Metro.
Dos años después de su llegada a Santiago, Junior comenzó a hacer shows músicales en el Metro. Partió mostrando algunas de sus canciones. Se trataba de composiciones propias cantadas en ritmos de rap y reggae. Un show que repiten varios artistas del Metro y que, en su mayoría, no logra convocar al público.
“Al principio yo no bailaba; yo llegué cantando temas míos. Era rap, reggae y rock. En esas canciones hablaba del amor, de mi tristeza, pero sobre todo del romance, porque tuve penas de amor. Pero con eso me iba más o menos nomás con las colaboraciones”.
Las penas cantadas por Junior no podían llenar sus bolsillos, pero no se desanimó. En paralelo a su experiencia como cantante callejero, conoció el breakdance. Primero lo miraba, luego lo aprendió de otras personas que también lo practicaban. Incluso se llegó a inscribir en una academia llamada Quimera y ubicada en El Llano.
Allí aprendió algunos de los pasos que están en su show. Y también comenzó a desarrollar algunos propios, como la “Araña” y el “Sapito”, destrezas que aprendió en Youtube y que, según cuenta, muy pocos pueden lograr.
“Mi baile es diferenciador porque hago cosas que no son muy comunes. Uno de los pasos más celebrados es “La Araña”, es un paso muy difícil que yo entrené y elongué durante mucho tiempo para poder lograrlo. Pocos pueden hacer “La Araña” porque duele mucho. Recuerdo que los que me enseñaron me preguntaron que cómo lo había hecho, yo lo vi en Youtube, ahí vi cómo lo hacían y eso sólo se logra elongando. Me demoré como 5 días en lograr la flexibilidad”, cuenta con orgullo.
Israel Junior, que hoy vive en Puente Alto, cuenta que su cambio de la canción al baile le significó un aumento de ganancias.
“Hago mis shows en varias lineas del metro, pero principalmente en la 3 y la 4. A la gente le gusta mucho mi baile, trato de poner música conocida, hip-hop de los 90, eso para que la gente me apoye con música que conocen. La gente muchas veces me graba y lo suben a sus redes sociales y me felicitan o me critican”, cuenta.
Junior agrega que al dejar las canciones de amor por el movimiento corporal además le significó llevar una vida más feliz.
“Yo creo que el baile me salvó. Yo cuando me metí, fui viendo películas y videos sobre el baile y eso me emocionó y me llegó a mi cuerpo, el movimiento que veía en la televisión. Además es una actividad sana, cuando veo a los niños disfrutar mi baile me lleva la alegría. Además con el baile ya no canté más, el baile es más entretenido, el baile da más alegría“, cuenta antes de volver a bailar en la línea 3, recibir una nueva ronda de aplausos y monedas y bajarse en Plaza Egaña.
