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28 de Febrero de 2022

5 elementos clave para entrar a la mente de Putin

Vladimir Putin Agencia EFE

Un hombre que se inspira más en el imperio zarista que en la URSS; que considera la traición como el mayor de los pecados y que ha pasado de ser un líder pragmático a tener una visión autocrática. Aquí, diferentes expertos entregan cinco claves para comprender la mente de Putin, el político detrás de la invasión a Ucrania.

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Mucho se ha oído hablar de Vladimir Putin, el hombre detrás de la invasión rusa a Ucrania. El líder detrás de la guerra que ha desatado una ola de protestas, temores y despedidas que copan las páginas de los diarios. El ser humano cuya vida es prácticamente una incógnita.

Se sabe que Vladimir Putin tuvo una infancia difícil. El politólogo Stanislav Belkowski, fundador y director del Instituto Nacional de Estrategia, afirma en su libro “Putin” que la clave para comprender al jefe del Kremlin es la ausencia de amor familiar durante su infancia: enviado por sus padres biológicos a una pareja de San Petersburgo que se convirtió en su familia oficial, él habría pasado toda su vida sintiéndose solitario y buscando, una y otra vez, ser reconocido.

Así habría sido al graduarse con honores en Derecho en la Universidad Estatal de Leningrado; al ingresar al servicio de espionaje de la KGB y ser enviado a Alemania Oriental. También al haberse sumergido cada vez más en la política rusa tras la caída del Muro de Berlín.

Pero, más allá de sus orígenes, ¿cómo podemos explicar la mente de un mandatario tan controversial como Vladimir Putin? Aquí, algunos elementos clave para comprenderla y reflexionar sobre cómo se mueve en el mundo.

1 – La verdadera inspiración

Aunque muchos creen que Vladimir Putin es un nostálgico de la era soviética, él mismo ha dado señales de que esto no es así. “El que no lamenta la desaparición de la URSS no tiene corazón, pero aquel que desea su restauración no tiene cabeza”, suele decir el presidente ruso.  

En realidad, afirma el investigador Taras Kuzio, de la Sociedad Henry Jackson de Londres y autor de “El nacionalismo ruso y la guerra ruso-ucraniana”, “el colapso soviético fue una catástrofe para Putin porque dejó a su país dividido e incompleto”.

Putin amplió esta idea en diciembre del año pasado, al describir la caída de la URSS como “la desintegración de la Rusia histórica bajo el nombre de la URSS. Nos convertimos en un país completamente diferente y lo que se había construido durante 1.000 años se perdió en gran parte”.

Por esto, explica Taras Kuzio, “la verdadera inspiración de Putin no es la URSS nominalmente internacionalista, sino el imperio zarista ultranacionalista”. En opinión del experto, su rechazo a la condición de Ucrania como un Estado independiente está firmemente arraigado en el pasado zarista, donde se “rusonificaron” una serie de territorios, entre ellos el en que hoy se ubica Ucrania.

Lo que ahora llamamos Ucrania, dijo Putin recientemente, “fue enteramente creado por Rusia o, para ser más precisos, por la Rusia comunista bolchevique”. Siguiendo esta narrativa, el mandatario ruso ha sostenido que la creación de Ucrania y las demás repúblicas soviéticas fue un intento de ganar el apoyo de “los nacionalistas más celosos” de toda la Unión Soviética, a expensas de la idea histórica de Rusia.

2 – La traición, el mayor de los pecados para Putin

A lo largo de su mandato, Vladimir Putin ha sido blanco de una serie de ataques. Pero ha minimizado el significado de todos ellos asegurando que es el costo de trabajar en lo que trabaja.

Sin embargo, hay una amenaza que, como exespía, no puede pasar por alto: la traición. “Es el único pecado que nunca puede ser perdonado”, ha sostenido.

Una investigación británica sobre la muerte en 2006 del exespía ruso Alexander Litvinenko por envenenamiento con polonio concluyó que la misión probablemente fue aprobada por el propio Putin. Otro espía ruso traidor, Sergei Skripal, fue envenenado en 2018 con Novichok, un agente nervioso, parte de un plan de venganza que se ha relacionado con la agencia de espionaje militar de Rusia.

Y aunque Rusia ha negado su participación en estos incidentes, durante una actividad pública en la que se le preguntó sobre la muerte de Skipal, dejó emerger su opinión más sincera: “Era simplemente un traidor a la patria que se murió”, dijo.

3 – Del pragmatismo a una visión autocrática

Cuando Vladimir Putin llegó al poder en 1999, habló ideológicamente, pero actuó racionalmente: le cortó el gas a Ucrania, desató hackers en Estonia, y envió tropas a Georgia, pero se aseguró de afirmar que los costos de la hegemonía regional eran limitados, soportables, y a corto plazo.

Sin embargo, sostienen Mark Galleotti y Andrew Bowen en un artículo del Foreign Policy, desde 2014 Putin ha dejado de lado el pragmatismo para convertirse en un líder cada vez más autocrático. Un claro ejemplo es que su círculo de aliados y asesores se ha reducido a los que sólo comparten sus ideas exactas y que uno de los aspectos fundamentales de la política rusa hoy es la fusión de la lealtad hacia al Kremlin con el patriotismo.

“Tal vez el mundo debió haber prestado más atención cuando Putin lanzó el “Año de la Cultura”, en el cual se celebró su identidad única con énfasis en las raíces culturales, el patriotismo y los valores y la ética. Es decir, el inicio de un nuevo excepcionalismo ruso que Putin impondría”, dicen los autores.

De este modo, Putin invoca un patriotismo con lealtad, donde una vez más apela a la idea de que su país siempre se encuentra asediado por fuerzas hostiles (militares, políticas, económicas o culturales), y, por lo tanto, la civilización rusa necesita unirse en torno a un líder fuerte que la defienda.

4 – Despiadado, pero no imprudente

Aurel Braun, académico experto en Rusia de la Universidad de Toronto y profesor asociado del Centro Davis de la Universidad de Harvard, sostiene que Putin es “un líder despiadado, pero no imprudente”.

“Invariablemente busca objetivos fáciles y parece impulsado tanto por la tentación como por la ambición”, comenta Aurel Braun al reflexionar acerca de la invasión a Ucrania y otras acciones rusas del pasado, como la anexión de Crimea.

Lee Meyers, autor de “The New Zar: The Rise and Reign of Vladimir Putin”, coincide: “Putin intenta proteger en su mente la noción de esta gran Rusia que existe más allá de las fronteras rusas. Pero sabe muy bien a quién atacar y a quién no”.

Eso se evidenció en una serie de discursos que ha dado Putin. Recientemente, por ejemplo, sostuvo: “Ucrania no es solo un país vecino para nosotros. Es una parte inalienable de nuestra propia historia, cultura y espacio espiritual. Desde tiempos inmemoriales, las personas que viven en el suroeste de lo que históricamente ha sido tierra rusa se han llamado a sí mismas rusas”.

5 – Ser flexible

Como maestro judoka, afirma el autor del libro “Tenemos que hablar de Putin”, Mark Galeotti, Putin “es un oportunista. Tiene una idea de lo que constituye una victoria, pero no tiene un camino predeterminado hacia ella. Confía en aprovechar rápidamente cualquier ventaja que ve, en lugar de tener una estrategia cuidadosa”.

El propio Putin reconoció su “judo geopolítico” en algunas entrevistas realizadas entre 2015 y 2017. “Debes ser flexible. A veces puedes ceder el paso a otros si ese es el camino que conduce a la victoria”, dijo en una de ellas, agregando que los presupuestos más pequeños de Rusia para defensa e inteligencia lo hacen más efectivo y creativo que sus rivales. “La cuestión no es tener mucho poder.  Se trata de usar el poder que tienes de la manera correcta”, afirmó.

También puedes leer: El papa Francisco pide paz para preservar al mundo “de la locura de la guerra”


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