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20 de Octubre de 2022

Cojín corazón: el proyecto solidario de Karla Moraga que ayuda a mujeres con mastectomía

Tras la realización de una mastectomía, las pacientes pueden presentar efectos secundarios. Muchos de ellos están asociados al dolor, a la adaptación del cuerpo a esta nueva fisonomía, o de carácter emocional. A raíz de esto, en el mundo se ha levantado la creación de un cojín terapéutico que la chilena Karla Moraga ha impulsado aquí en Chile.

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En medio del primer año de pandemia, Karla Moraga (41) fue diagnosticada con un cáncer de mama triple negativo, uno de los más agresivos entre los tumores. Sin mucho tiempo para digerir la noticia, tuvo que comenzar una quimioterapia.

«(Con el diagnóstico) yo me encerré para mi familia. Me cerré para mi marido, me cerré para todo el mundo», recuerda Karla sobre cómo vivió los primeros meses tras enterarse de la enfermedad. Para iniciar su tratamiento le dieron un esquema de cuatro quimioterapias rojas y cuatro quimioterapias blancas. A esto le siguió una mastectomía radical de su mama derecha y posteriormente una quimio oral con pastillas.

Cuando en enero de 2022 tuvo que realizarse un exámen PET para verificar si había células cancerígenas en otras partes de su cuerpo, el resultado indicó que tenía nódulos en sus pulmones. «Lo había pasado tan mal antes que yo me dije que no podía vivir otro año así». Para esto fue importante la presencia de una terapeuta oncológica que le dijo: «Si tú quieres vivir, yo te ayudo a vivir lo más sana espiritualmente que se pueda». Con eso en mente comenzó una nueva manera de relacionarse con su enfermedad: una para sanar heridas emocionales y estar más tranquila.

En medio de esta búsqueda por estar mejor anímicamente, Karla se inscribió en un curso de costura en febrero de este año. Nunca había tomado un hilo antes, confiesa en conversación con The Clinic. En su primera clase creó un estuche, pero ella ya tenía en mente cuál sería su segunda confección: un cojín especial para mujeres con mastectomía. 

Un cojín corazón para acompañar y sanar 

Cuando Karla se hizo la mastectomía le pidió a una amiga que le creara un cojín con forma de corazón para su post operatorio. Había visto que en España era un objeto que se entregaba en casi todos los hospitales tras una intervención de este tipo, para así ayudar a reducir la presión que hace el brazo en el sector de la cirugía.

«El tener un cojín así hace que uno levante el brazo en forma automática. También ayuda con el drenaje porque al cien por ciento de las mujeres que se le hace mastectomía, ya sea parciales o radicales, le sacan ganglios. Esto reduce tu capacidad linfática y se busca evitar inflamaciones en el brazo».

Pero además este cojín cumple una función emocional. No solo tiene forma de corazón para calzar el brazo, sino que también es un proyecto solidario completamente gratuito. La idea original de este apoyo nació en Estados Unidos, se ha expandido hacia otros países como España y Karla lo quiso replicar acá en su taller de costura. 

«Esto es un regalo que uno hace. En su confección tratamos de que sean de colores animados, cosa de que quien lo reciba diga ‘pucha, esto fue hecho por gente que está en el mismo camino que yo, entonces hay personas que me entienden y comprenden mi dolor’. Es un acompañamiento’», detalla Moraga.

Así partió el proyecto cojín con corazón (@cojin_con_corazon) de Karla y comenzó a confeccionar para regalar a sus compañeras del centro de rehabilitación cardio-oncológica al que asiste. Un día se hizo un Instagram, grabó un video y recibió $80.000 en donaciones. Con eso fue a comprar telas para entregar corazones a mujeres que le pedían para sus post operatorios. 

 «Yo siempre digo que es un regalo, pero funcionamos con un aporte voluntario. Ahora, por ejemplo, si yo te entrego un cojín y tú me quieres hacer un aporte, sigue siendo un regalo porque para confeccionarlo alguien más me dio plata, entonces siempre es una cadena».

El sueño de Karla: «quiero que el proyecto esté de Arica a Punta Arenas»

Partió regalando uno o dos cojines a la semana, pero a través de sus redes sociales la gente comenzó a pedirle más. Karla era una sola persona haciendo todo y no alcanzaba con la demanda. Por eso es que ahora realiza talleres a través de la Fundación Mujeres por un Lazo para sumar voluntarias en la creación de cojín con corazón.

«Hoy día estoy entregando cerca de 13 por semana. Entonces necesitaba ayuda y las chiquillas de la fundación me dijeron ‘oye, veamos cómo lo podemos hacer’, y me consiguieron estas voluntarias».

Además de los cojines, también utiliza todos los residuos de género para crear marcadores de libros y llaveros con el fin de reutilizar al máximo los materiales y que sea un proyecto amigable con el medioambiente.

Karla le dice a su marido que quiere que este proyecto llegue a todo Chile, de Arica a Punta Arenas. Esa es su meta: «Yo empecé con ganas de ayudar a las chiquillas que pasaban por esto y terminaron ellas ayudándome a mí. Entonces la verdad es que ha sido súper lindo».

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