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Especial The Clinic

14 de Marzo de 2023

Rosalía frente a Rosalía: la camaleónica transformación desde su primera visita a Chile

Rosalía AgenciaUno

La española debutó en el país marcada por la propuesta rupturista y conceptual de su segundo disco, “El Mal Querer”, que entrelaza el flamenco con r&b, pop e incluso trap. Cuatro años después, su música, sus letras y su show fluyen gracias a un atrevido estilo propio que coronó en su tercer disco, “Motomami”, y con el que regresa a Chile, ahora a Lollapalooza, después de su concierto en agosto pasado.

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Han pasado poco más de seis meses desde que Rosalía explotó cada rincón del Movistar Arena en agosto pasado. Fueron 32 canciones, dos horas de repertorio y un espectáculo coreado hasta el cansancio gracias a éxitos como Despechá, Saoko o La noche de anoche.

Este sábado regresa a Chile y a Lollapalooza, escenario en el que debutó en el país en 2019. Allí, durante casi una hora de espectáculo, deleitó a sus fanáticos con una propuesta muy distinta a la actual.

En ese entonces, Rosalía estaba mucho más cerca del flamenco, con su disco El mal querer. Aunque anclada también al acercamiento con el género urbano con su hit Con altura, junto a J Balvin.

¿Cómo ha evolucionado la artista desde su primera visita a Chile?

En 2018, Rosalía descolocó a la escena musical cuando estrenó su disco El mal querer. En 30 minutos, la catalana lució una propuesta rupturista que le valió catapultar su fama internacional –Los Ángeles, su disco debut, había sido escogido mejor álbum en 2017 dentro de España–, con éxitos como Malamente o Pienso en tu mirá.

La catalana conceptualizó su álbum inspirada en Flamenca. Se trata de una novela española del siglo XIII que narra la historia de un amor tóxico. En él, una mujer que se casa con un hombre y termina prisionera producto de eso. En los 11 temas, Rosalía invita a explorar cada capítulo del libro que parte con el enamoramiento. Luego cruza por el sufrimiento y el dolor, y concluye con el empoderamiento. Todo esto, bajo su propia tesis universitaria, pues la catalana se graduó de la Escuela Superior de Música de Cataluña.

Pero la clave que posicionó a la artista fue entrelazar su propuesta moderna de flamenco con otros ritmos. En el disco en el que ejerció de compositora y productora, logró conjugar las palmas, tambores, coros y compases propios del flamenco. Además supo combinar elementos del pop y el trap, como sintetizadores, teclados y samples. Tanto así que la revista Rolling Stone consideró el disco como el décimo mejor álbum conceptual de la historia, un ranking liderado por Kendrick Lamar, Pink Floyd, The Who y Frank Sinatra.

Su fama creció como la espuma: a los pocos meses de su lanzamiento consiguió unos 785 mil seguidores en su cuenta de Instagram. Un año después ya llevaba más de 5 millones.

Al poco tiempo, su acercamiento a ritmos urbanos fue más rápida. Fue entonces cuando comenzó a colaborar con iconos del reggaetón, uno de ellos fue J Balvin. Con él grabó Con altura, una canción que marcó un hito en su carrera para despegar a un ritmo vertiginoso.

Su primera visita a Chile

Así llegó por primera vez a Chile en 2019, a Lollapalooza. La catalana se asomaba en el cartel del festival internacional como una de las más prometedoras. En el escenario cumplió con creces ante sus fanáticos durante casi una hora de show. Arrancó con Pienso en tu mirá, acompañada de bailarinas, cuatro coristas y El Guincho, coproductor del segundo álbum, a cargo de las percusiones y el teclado en vivo.

Así, cautivó con su prodigiosa voz, que encendía y apagaba según la canción que interpretaba. También fueron esenciales sus coreografías de baile, que estuvieron tan bien ejecutadas como sus líricas.

De las 17 canciones que interpretó, sólo Catalina era parte del primer disco, Los Ángeles. El resto fue mayoritariamente del revolucionario y complejo disco El mal querer, como Bagdag o De aquí no sales. Eso sí, también interpretó algunos sencillos como Barefoot in the park, junto a James Blake, De madrugá, que trabajó junto a Pharrell Williams, y Te estoy amando locamente, un cover de Las Grecas, entre otras.

Su espectacular giro artístico

Desde 2019 en adelante, la carrera de Rosalía ha tomado rumbos impensados. Ha sorprendido tanto por los artistas con los que ha colaborado, como también por los ritmos que ha conseguido plasmar en sus éxitos. Llegaron Ozuna (Yo x ti, tú x mi) y Bad Bunny (La noche de anoche) y luego Travis Scott (Highest in the Room (remix), TKN). Le siguieron The Weeknd (Blinding lights remix, La fama) y Billie Eilish (Lo vas a olvidar).

Durante los cuatro años siguientes, la artista española jugó sus fichas más arriesgadas y la joya de la corona llegó con Motomami. Un disco atrevido y minimalista con el que se inclinó por elementos mucho más urbanos y distantes del flamenco, producto de esa constante experimentación de géneros musicales que terminó dándole un sello personal y confirmando su constante evolución.

Fueron tres años de trabajo para Rosalía Un período determinado por la decisión de tomarse el tiempo necesario para dar con un material genuino, sumado al factor pandemia que la forzó a quedarse en Estados Unidos grabando lejos de España. “No quería hacer un disco solo por hacerlo. No trabajo así”, dijo en una entrevista con Apple Music.

Aunque dejó demostrada su destreza sobre cualquier ritmo, también cayeron sobre ella críticas de apropiación cultural –adicionales a las que acarreaba por cantar flamenco– por aventurarse con ritmos propios de países caribeños como Puerto Rico, República Dominicana o Cuba.

El sonido de Motomami

En esa nueva entrega cambiaron los ritmos, pues ambicionó con beats de pop mucho más urbano con elementos electrónicos y experimentales, aunque siempre con el reggaetón entremedio. Así pasa sin problemas Rosalía de una samba con sonidos distorsionados como en “CUUUUuuuuuute” y arreglos en la voz, a una balada lenta y melódica con sonidos de ametralladoras como en “Hentai”. O incluso a sonidos electrónicos mezclados con reggaetón como en Candy o Saoko, una interpolación de “Saoco” de Wisin y Yandel estrenada en 2004.

Otro de los saltos determinantes de su evolución musical quedó plasmado en el concepto de Motomami en comparación a su predecesor es respecto de sus letras: pasó de escribir sobre una pieza del siglo XIII representada en capítulos basada en una mujer prisionera a una mujer empoderada con un fuerte toque autobiográfico.

“Motomami tiene un punto de vista personal. Siento que no había hecho esto en los otros discos. También eran más serios y con este yo quería encontrar una forma de que mi sentido del humor esté presente”, dijo en la entrevista con Apple Music. De hecho, en Bulería hace frente a los detractores que la critican por haberse alejado del flamenco.

Así, también Rosalía estrenó otro de sus grandes hits del último tiempo, Despechá, que está dentro de la versión extendida de Motomami junto a otras ocho canciones.

Tal ha sido el éxito de su última entrega, que fue transversalmente alabado por su propuesta experimental. Esto le significó ganar el premio al álbum del año en los premios Billboard de música latina, además de cuatro Premios Grammy Latinos (Mejor álbum del año, Mejor álbum de música alternativa, Mejor ingeniería de grabación, Mejor diseño de Empaque) y un Premio Grammy al Mejor álbum alternativo o rock latino.

El show de Rosalía en Lolla 2023

Así regresa Rosalía Vila Tobella a Lollapalooza Chile, envuelta en un manto de genialidad y fama mundial, y bajo el Motomami Festival Tour 2023, con el reciente lanzamiento de su sencillo LLYLM, donde vuelve a mezclar rasgos del flamenco y del pop.

Y aunque su última visita fue reciente, bajo el Motomami World Tour que significó 46 conciertos en total, se espera una propuesta distinta para la decena de conciertos que tiene agendados para 2023.

Las últimas presentaciones de la barcelonense estuvieron orientadas fuertemente a la música latina con la aparición de flamenco. También incluyeron un show visual cargado al uso de los dispositivos móviles y las redes sociales.

Ahora, la artista tiene enfrente una agenda con mucha presencia en festivales. Por lo que, en la hora y 15 minutos que tendrá de espectáculo, deberá reducir el setlist que llevó (y que implicaban más de 30 canciones). Junto a lo anterior, deberá incluir su nuevo sencillo o incluso otros hits que no interpretó, como, Bagdag, A Palé o Di mi nombre.

De todos modos, Rosalía ha dejado en claro que no deja elementos al azar y sus shows responden a su estatus de estrella mundial.

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