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Política

30 de Abril de 2023

Desinterés, desinformación y juicio crítico a la política: expertos analizan el adverso clima que enfrenta el nuevo proceso constituyente

Foto: Agencia Uno.

Tanto las encuestas como los expertos apuntan a que el desinterés será lo que marcará la próxima elección de consejeros constitucionales del próximo 7 de mayo. The Clinic quiso profundizar en las razones detrás de este desinterés ciudadano, marcado por una fuerte rutina de asistir a las urnas, un cambio en las urgencias del país y el fallido intento de la Convención por escribir una nueva Carta Magna.

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Para la elección de consejeros constitucionales del próximo 7 de mayo, Chile habrá completado un ciclo electoral de 9 procesos electorales desde el plebiscito de entrada para el anterior proceso constituyente del 25 de octubre de 2020.

Por lo mismo, recurrir a las urnas se ha transformado en algo casi cotidiano e incluso agotador para muchos chilenos. Según la última encuesta Criteria Research, sólo un 31% de los chilenos está interesado en el nuevo proceso constituyente. Según la encuesta Cadem publicada la última semana de marzo, por su parte, sólo 1 de cada 10 personas conoce los nombres de alguno de los candidatos de su región.

Este desinterés general en la próxima elección del 7 de mayo llevó al gobierno a anunciar el pasado sábado -a dos semanas de la elección- la realización de una campaña informativa respecto del proceso.

Sin embargo, la evaluación de los expertos indica que el desinterés no pasa por falta de alcance de las campañas electorales o informativas. Para Nerea Palma, académica de la escuela de Ciencia Política de la Universidad Diego Portales, “este es un problema multicausal, pero es indiscutible que el proceso anterior tiene un efecto directo”.

En esa línea, enfoca la culpabilidad en la política, tanto en al derecha como la izquierda. “La izquierda, por tener una actitud avasalladora en la Convención pasada, y la derecha por replicar esa actitud en el Congreso y la agenda política actual. No hay espacio para discutir una eventual nueva Constitución”.

El sociólogo y director de la encuesta Data Influye, Axel Callís, asegura que “las personas en general no están muy motivadas con la elección, pero hay un cierto interés en el proceso”.

Así, dice que en ciertos grupos de chilenos hay “una frustración de ver que la política no resuelve los problemas. Que la Convención anterior fuese una posibilidad de resolver anhelos futuros y que no pudo, es una frustración”.

Cristián Valdivieso, experto electoral y director de Criteria Research cree que el desinterés se debe a un tema de relato. “Hay un contexto social y político que cambió radicalmente. Antes se veía como urgente disminuir las brechas de desigualdad, lo que se asociaba con un cambio constitucional. Hoy día lo más urgente tiene que ver con seguridad y eso no se asocia a la Constitución”.

Además, Valdivieso apunta al sistema político: “La frustración tiene que ver con el proceso anterior y de ahí viene una culpabilida de las élites políticas, porque ellas diseñaron el proceso que no resultó. Entonces, la frustración está con la falta de solución de la política a los problemas del estallido social, ya que lo que se intentó no resultó”.

Callís, por su parte, apunta a un periodo más largo de tiempo. “El fracaso es del sistema político de hace 20 años. El problema no es de una élite, sino de una clase política, en general, que no ha logrado resolver cómo hacer para que el sistema político opere bien”.

“El desinterés y el voto obligatorio favorecen a candidatos previamente conocidos”

A diferencia de elecciones por candidatos anteriores, la del 7 de mayo tiene la característica de ser con voto obligatorio. El mismo formato que se utilizó en el triunfo del Rechazo, del pasado 4 de septiembre.

Pero, para Cristián Valdivieso, el diagnóstico sobre la participación en esta elección es tajante. “Si esta elección fuese con voto voluntario, lo más probable es que tendríamos una de las participaciones más bajas en la historia”, asegura.

La dificultad del voto obligatorio para intentar predecir los resultados de la elección, según Callís, tiene que ver con que “no tenemos cómo compararnos. Porque no se puede comparar con el pasado plebiscito, esto es distinto porque es por candidatos”.

En esa línea, el sociólogo prefiere hacer la comparación con países que utilizan este tipo de votos, como Argentina, Perú y Brasil. “En esos países se tapa la crisis de representación con el voto obligatorio, que tiene una participación de cerca del 70%. Eso no quiere decir que las personas en general estén interesadas. En Chile, el grupo que suele estar interesado en votar está entre los 9 y 10 millones”.

La participación que pueda tener esta elección -que más allá de la asistencia las urnas, tiene como centro el desinterés- es lo que está en duda.

Nerea Palma asegura que “tanto el diseño electoral, el desinterés y el voto obligatorio favorecen a candidatos previamente conocidos por la ciudadanía, como exministros. Se pierde la oportunidad de conocer a rostros políticos menos conocidos, pero con experiencias e ideas interesantes de ser representadas”.

Valdivieso, por su parte, asegura que “es dudoso pensar a quién beneficia”. De todos modos, asegura que “para el plebiscito se vio que la gente que no tenía historia electoral tenía una patrón más bien conservador. Además, como cambió el relato político social en Chile, es muy posible que se vea beneficiada la derecha”.

En esa misma línea, asegura que “en esta elección se juega una dimensión política hacia adelante”. En el caso de los partidos de gobierno, dice que “se va a ver cómo queda parado el oficialismo. Más allá de la derrota que puedan sufrir, se juega el liderazgo de las coaliciones”.

Para Valdivieso, “en la derecha se juega la hegemonía del sector. Ahí está en mayor riesgo Chile Vamos, porque es más probable que los partidos que no han gobernado o que no son incumbentes, como Republicanos y el PDG, les vaya bien”.

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