Quién mató a Anna Cook: una muerte sin resolver y un podcast de investigación periodística que sacude el formato del true crime en Chile

No es exagerado decir que en el universo de los podcasts hay un antes y un después de Serial, una producción que debutó en 2014 revisando, y de cierta forma reabriendo, el caso de un joven que decía estar encarcelado por un asesinato que no cometió.

El podcast de investigación periodística, además de convertirse en el primer gran fenómeno del formato en Estados Unidos y otros países de habla inglesa, dio un aviso sobre una veta de la que no se tenía plena conciencia hasta el momento: la gente quiere escuchar y ver historias de casos de crímenes reales y actuales, y quiere también subirse al viaje de una investigación que no sólo puede dar respuestas donde no las hay, sino que incluso volverse una pieza que mueva el aparato judicial.

Y si bien Chile y Latinoamérica han tomado nota de esto, sacando diversos podcasts de revisión de casos históricos, la apuesta por la investigación en profundidad de un caso actual es inexistente o hasta el momento no ha sido relevante.

Pero eso está, quizás, a punto de cambiar, con el estreno de Quién mató a Anna Cook, un podcast de Podium Studios que ya tiene sus dos primeros episodios disponibles en diversas plataformas, entre ellas Spotify.

El periodista Rodrigo Fluxá, autor de Solos en la noche. Zamudio y sus asesinos y Usted sabe quién. Notas sobre el homicidio de Viviana Haeger (que luego fue adaptada a la serie de Netflix 42 días en la oscuridad) es el guionista y uno de los investigadores de esta producción (junto a los periodistas Sebastián Palma y Valentina Millán), que se adentra en un caso aún sin respuesta sobre la muerte de Ana María Villarroel, también conocida como Anna Cook.

Cook fue una DJ y diseñadora que murió en circunstancias que si bien oficialmente son confusas, para su madre, amistades y grupos de activistas, sobre todo de la comunidad lesbofeminista, que se han unido en la causa de #JusticiaPorAnnaCook, no hay confusión alguna: esto fue un asesinato, los culpables están identificados y andan libres y por alguna razón las policías, Servicio Médico Legal y fiscalía no ha hecho lo necesario para resolverlo.  

Ana María Villarroel González fue ingresada al Hospital del Salvador el 2 de agosto de 2017, luego de haber pasado la noche con amigos en la casa en la cual arrendaba una pieza. La familia y amigos de la DJ han apuntado a los tres hombres que compartieron con ella en su última noche de vida como sospechosos. En esta ocasión, los tres indicados dieron su testimonio, por primera vez, para el podcast. Actualmente la muerte de Anna Cook es investigada por la Fiscalía Oriente y no hay ningún formalizado.

“Yo me enteré como todo el mundo: con la denuncia de la mamá”, recuerda Fluxá, explicando cómo fue que hace cinco años llegó al caso y lo empezó a investigar. “Fue súper chocante. Vivía cerca y además, si bien no conocía a la gente acusada, sí los ubicaba. (…) Me parecía un caso increíble, en el sentido de que parecía haber mucha inmovilidad del aparato judicial”.

Con el correr de los años esta investigación, que partió siendo pensada para un libro, terminó convertida en un podcast con más de 100 entrevistas con todos los involucrados y la revisión de más de 400 páginas de archivos judiciales, con una apuesta por un formato novedoso, en que dos narradoras, una en el rol de una periodista y otra de su editora, van teniendo reuniones semanales en las que revisan los avances y discuten sobre cómo avanzar en el proceso.

“Lo primero es que yo no quería presentarlo. Trato de hacerle el quite a eso de personalizar las investigaciones”, explica Fluxá sobre esta decisión. “Pero la verdad es que el formato requiere como que alguien te hable al oído, que te lleve de la mano por la investigación. Le di vueltas a cómo tener esa intimidad con quien escucha, pero sin tener que ser yo el narrador, y llegamos a esto. Además, es un caso que tiene muchas versiones encontradas y al tener dos narradoras permite súper bien enfrentar esas versiones”.

Con todo y esas versiones encontradas, el periodista asegura que al final de los 11 episodios hay respuestas claras e inequívocas. “Nosotros pensamos que no es un podcast que aborde un misterio. Pienso que el podcast da la solución a la pregunta que plantea. Pero no es nuestra labor exculpar, inculpar o meter preso a nadie. Es el aparato judicial el que tiene que hacer eso. Nosotros nos juntamos con la fiscalía y saben que tenemos material que ellos no tienen. La mamá de la Ana también sabe que tenemos material que ella no tiene… Entonces que pase lo que tenga que pasar”, indica.

En los episodios se dan a conocer a quienes estuvieron la noche de la muerte de Anna Cook y sus personalidades, (Simón, Arantxa, El Gato, Viena), y qué hizo Anna durante esas horas. El relato cuenta parte de su infancia y adolescencia. Hasta su llegada a la casa de calle Tranquila, entre Los Leones y Suecia, en las cercanías de la avenida Francisco Bilbao. Un lugar donde mucho antes de la muerte de Anna Cook vivieron Benjamín Vicuña, Gonzalo Valenzuela y Diego Muñoz, como se narra en el primer capítulo del podcast.

El universo del true crime

Sólo en el mundo anglo, se calcula que en los últimos seis años han debutado cerca de 200 podcasts sobre crímenes -género conocido como true crime– y en una encuesta del año pasado la mitad de los estadounidenses declaró disfrutar de estas producciones.

Y claro, como sucede cuando hay un género tan exitoso, los subgéneros empiezan a aparecer. Así, existen los podcast, como Quién mató a Anna Cook, que son de investigación periodística, con entrevistas e investigación propia, mientras que hay muchos otros que son de recuento de casos, con uno o más anfitriones hablando frente a un micrófono sobre historias pasadas.

Uno de los más populares de este último estilo es True Crime Obsessed, que se financia por donaciones de sus oyentes y que genera mensualmente más de US$ 130 mil dólares (unos $102 millones de pesos).

Si bien el periodista Rodrigo Fluxá indica no ser un experto en el tema, sí teoriza sobre cuáles pueden ser las razones de este fenómeno. “Es lo mismo de por qué los matinales tienen hartas notas policiales: es una fascinación antigua. Lo bueno es que se ha ido haciendo más elegante el tipo de narración”, dice, y agrega que “son historias que funcionan cuando están conectadas con miedos centrales del ser humano”.

Junto con esta idea, en su investigación y consumo de estas historias, el periodista indica haber generado una especie de checklist de los elementos que debe tener una historia para ser una producción exitosa de true crime. “Primero, que tenga capas, identificar los posibles giros y cosas que son más difíciles de clasificar, como que haya personas con personalidades magnéticas que van llevando la historia”, dice Fluxá.

Sobre si hay en el horizonte una posibilidad de que el subgénero de podcast de investigación periodística esté tan presente como en el mundo anglo, Fluxá opina que es un asunto, sobre todo, de recursos, al ser estas producciones caras y de largo aliento. “Ojalá que se hagan más. Que funcionen, que tengan tiempo, que tengan equipos bien pagados. Que se profesionalice”, apunta.

Con ya casi una década desde el estreno de Serial, es seguro apostar porque esto del true crime no es una moda pasajera sino que llegó para quedarse y seguir mutando. Y si las tendencias estadounidenses siguen llegando a Chile, lo que podría venir son historias de estafadores, como las que ya se han visto en audiovisual con producciones como El estafador de Tinder, estrenada en Netflix.