La inteligencia artificial explota en Hollywood: actores temen que la tecnología reemplace sus trabajos y dudas se asoman al gremio en Chile

Remeciendo a la industria hollywoodense y de la entretención global. Por primera vez en 60 años están en huelga, al mismo tiempo, los guionistas y actores de Estados Unidos, dejando en duda las futuras realizaciones de producciones y la participación en las promociones de futuras películas.

Después de las negociaciones que comenzaron el 6 de junio, el Sindicato de Actores de Estados Unidos (SAG-AFTRA) comunicaba que se sumarían a las movilizaciones que el gremio de guionistas inició hace dos meses. Pero en su caso, plantean inquietudes en las condiciones de los contratos, debido al fortalecimiento de los servicios de streaming. Y, uno de los aspectos que más ha llamado la atención, las dudas que tienen frente al uso de la inteligencia artificial en la industria del cine y la TV.

En el documento presentado por la presidenta del sindicato, Fran Drescher, y el negociador de los actores Duncan Crabtree-Ireland, señalan que la I.A. presenta una amenaza para la profesión. Apuntan a que son necesarios contratos que los protejan de la explotación de su identidad y talentos, sin su debida autorización y pago.

Como sacado del episodio de Black Mirror de Netflix, donde Salma Hayek descubre los alcances de la inteligencia artificial en la industria, los actores y actrices estadounidenses temen que la tecnología termine simulando parte de sus trabajos, y esto afecte a sus remuneraciones y a su imagen.

La actualidad de la inteligencia artificial en Hollywood

Harrison Ford sorprendió a la audiencia cuando en la última edición de sus expediciones como antropólogo, apareció rejuvenecido. En Indiana Jones y el dial del destino (2023) se utilizó inteligencia artificial para que el actor pareciera tener cerca de 30 años. Similar a lo que sucedió con Samuel L. Jackson, quien también volvió a sus 20 años en Capitana Marvel (2019).

Consultado por The Clinic, el actor Claudio Arredondo (60) comenta que si esto ya está pasando en Estados Unidos, es cosa de tiempo que comience a suceder en Chile. “La tecnología ha crecido enormemente y los países no están preparados para este tipo de situaciones. La inteligencia artificial no solo puede reemplazar a los actores, puede sustituir cualquier trabajo”, dice el actor. 

Similar es lo que opina la actriz Claudia Pérez (48), quien señala que esto debiese ser una preocupación de toda la sociedad. “En general hay que ver el tema con cuidado, es un tema que nos afecta a todos. Nos estamos deshumanizando y deberíamos apuntar porque la humanidad sea irremplazable”, sostiene.

El crítico de cine Joel Poblete explica que el conflicto en Estados Unidos no pasa por restringir el uso de inteligencia artificial, sino que la exigencia otorgue cuadros normativos que les den ciertas seguridades al gremio. 

“Se han mencionado los beneficios que puede traer la I.A., pero no se saben los alcances y límites. Algunos han aventurado que se podrían llegar a realizar películas completas con actores ya fallecidos o realizar cintas con personas que no quisieron participar, pero utilizando la tecnología a partir de su rostro”, apunta Poblete.

Desde la academia también recalcan que es importante avanzar en cómo normar estos nuevos avances. El Dr. Juan Velásquez (51), profesor titular del Departamento de Ingeniería Industrial de la Universidad de Chile e investigador del Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería, explica que en el caso particular de la actuación, opera una tecnología regenerativa. “Es algo que se viene trabajando hace cerca de 10 años, donde se alimenta a la máquina con datos. Con ellos se pueden producir nuevas realidades. Si le enseño muchas imágenes de van Gogh y luego le muestro una foto tuya, podría pedirle que te interprete con ese estilo”, dice.

Pero Velásquez también alerta sobre su uso y cómo debemos prepararnos: hay que regular porque existen derechos de autor que van a estar en juego. En Chile también estamos al debe, y necesitamos una política de Estado que cree una institucionalidad que nos permita salir adelante con esto”. 

El investigador hace una advertencia: “Esto no es una tecnología más, estamos ante un cambio de era. Esto es un antes y un después”.