Exsubsecretario Christian Larraín demanda al Ministerio del Trabajo y pide $580 millones: “Mi imagen quedó estigmatizada como un acosador”

Tras su abrupta salida del Gobierno en mayo de este año, el exsubsecretario de Previsión Social, Christian Larraín, presentó una querella por tutela laboral en contra del Ministerio del Trabajo, donde exige una indemnización por $580 millones.

Mientras estaba en el cargo, el ingeniero comercial fue denunciado por presunto acoso sexual. Incluso una funcionaria lo acusó de hacer comentarios y bromas sexualizadas tanto en la oficina como en videollamadas por Zoom.

Tras la polémica, la ministra Jeanette Jara comunicó que se instruiría un sumario y le pidió la renuncia, argumentando que “hay gente que la estaba pasando muy mal en la subsecretaría” por “distintos tipos de conductas de hostigamiento“.

A dos meses del hecho, La Tercera reveló que Larraín presentó una demanda por “vulneración de las garantías constitucionales, con ocasión del despido“, donde asegura que “la actuación del Estado Empleador fue innecesaria, desproporcionada y carente de razonabilidad“.

El documento acusa que se tomó una decisión “sin investigación previa, sin comprobación de los hechos, sin cautelar el debido proceso, sin medida de protección preventiva ni respeto al principio de inocencia“.

En este contexto, el exsubsecretario pide una indemnización total de 580 millones de pesos, de los cuales 80 son “por quebrantamiento a su garantía constitucional del derecho al honor” y los 500 restantes por daño moral.

“Se ha sometido la reputación personal y profesional del Sr. Christian Larraín Pizarro a un mal irreparable y grave (…) es una persona conocida nacional e internacionalmente en la esfera de la economía, de manera que la forma humillante e indigna en que ha sido despojado de su reputación profesional equivale, en los hechos, a una ‘muerte profesional’“, indica el documento.

A la denuncia se suma un informa de un psiquiatra, el cual señala que la exautoridad empezó a tomar ansiolíticos tras presentar síntomas como sueño interrumpido, trastorno del apetito, irritabilidad, cefalea, llanto frecuente, abatimiento y desesperanza, sensación de ahogo y vértigo, mareos, crisis de pánico con taquicardia, entre otros.

“De un día para otro mi imagen quedó estigmatizada como un acosador. Los primeros días ni siquiera quería salir de mi casa por miedo a ser reconocido y apuntado“, indica un texto escrito por Larraín.