Subsecretaria Nicole Cardoch: “La Comisión contra la Desinformación no es un tribunal que vaya a definir lo que es verdad y lo que es falso”

Quizás -admite la subsecretaria Nicole Cardoch- ha faltado dar bajadas más precisas sobre qué abordará (y qué no) la Comisión Asesora contra la Desinformación. Por eso mismo, la segunda a bordo de la Secretaría General de Gobierno (Segegob) accede a dar en esta entrevista explicaciones más acabadas sobre el rol de dicha instancia. 

Sentada en su oficina del tercer piso de La Moneda, con vista a la Alameda, aborda las críticas transversales, y que terminaron en un requerimiento del Senado al Tribunal Constitucional (TC) que revise la constitucionalidad del espacio, Cardoch defiende que “la comisión va a generar diagnósticos y eso en ningún caso atenta contra la libertad de expresión o de prensa (…)”.

–La figura de una comisión que aborde temas relativos a la información ha causado revuelo, por lo que se conoce de experiencias en otros países. ¿Cuál es la definición que hacen ustedes de este espacio?

-Es una comisión asesora ministerial, como ha habido otras comisiones en un sinnúmero de temáticas en los gobiernos anteriores, y a mí me llama la atención cómo una figura que se ha usado recurrentemente en la administración del Estado, causa tanto revuelo (…).

Acá hay nueve integrantes, expertos y expertas del mundo académico, pero también de la sociedad civil, para debatir sobre dos temas: la desinformación y también sobre plataformas digitales. Van a realizar dos productos: primero, un diagnóstico acabado respecto a cómo la desinformación está afectando a Chile y al mundo. Y segundo, va a entregar una hoja de ruta de posibles recomendaciones de lo que podrían ser políticas públicas. 

–Imagino que fuera del diagnóstico experto, el gobierno tiene un diagnóstico de antemano para dar curso a la iniciativa. ¿Cuál es?

-Creemos, como gobierno, que la desinformación es una amenaza contra la democracia y eso no solamente lo estamos diciendo como administración del Presidente Gabriel Boric, sino que lo están diciendo estos organismos internacionales con los cuales nosotros generamos una alianza fructífera. Lo dice la OCDE, lo dice la ONU. Ha sido la misma relatora especial para la libertad de expresión de la ONU, Irene Khan, quien ha saludado la iniciativa que ha tomado el gobierno, y en particular el país, para empezar a generar diagnósticos comunes de cómo la desinformación está atacando.

–¿Dónde ven esa amenaza?

-Está atacando porque hace que el distanciamiento que hoy día tienen las instituciones -sobre todo las instituciones públicas- respecto a la ciudadanía, sea cada vez más grande. Cuando la ciudadanía está en un nivel de desconfianza tan grande respecto al quehacer de las instituciones, nos vemos en una tierra fértil para generar otro tipo de informaciones (…).

Las noticias falsas están ‘viajando’ seis veces más rápido que las noticias verdaderas. Eso es un problema que socava a la democracia, las instituciones y tenemos ejemplos súper concretos de cómo la desinformación ataca. No estoy hablando respecto a ciertas opiniones, estoy hablando, por ejemplo, de un vídeo viral en TikTok que que habla desinformadamente a propósito del proceso de pre Censo que se está generando en algunas regiones del país.

–Los reparos a la instancia vienen de ciertas actitudes del Presidente Gabriel Boric respecto de los medios de comunicación, más allá de que la comisión ha definido excluir a la prensa del análisis. Cuando ha tenido reparos respecto del rol de la prensa, no los ha manifestado -por ejemplo- en cartas al director, o a través de su derecho a réplica, sino que a través de redes sociales. ¿Hay un análisis respecto a esa actitud?

-Creo que es importante entender que el Presidente, cuando ha hecho esas réplicas en sus mismas plataformas digitales, lo hace también en un derecho que tenemos todos y todas. Ahora, lo que tenemos que ir trabajando es empezar a distinguir que la desinformación, que tiene una característica en particular, no es información errada. La desinformación es información que tiene una intencionalidad maliciosa. Por eso la comisión es contra la desinformación y no contra la información errada.

–¿No cree que el reparo viene de que la instancia esté bajo el alero de esta administración en particular?

-Es paradójico, porque empezamos más a hablar de lo que no es la comisión de lo que sí se trata, pero esta comisión no es un tribunal que vaya a definir lo que es verdad de lo que es falso y segundo tampoco va a ser una comisión que vaya a recibir denuncias respecto a opiniones vertidas que sean -por ejemplo- críticas del gobierno o que sean críticas respecto a otro tipo de temáticas. Ese no es el rol de la comisión. La comisión son académicos y académicas que van a trabajar y nos van a decir en un diagnóstico acabado en un informe.

Ese informe va a servir también para los parlamentarios y parlamentarias para que ellos puedan generar una posibles proyectos de ley o quieran insumar estas políticas públicas con información acabada. Yo quiero centrarme en ese punto: son académicos con una larga trayectoria en términos de la desinformación, pero sobre todo en términos de plataformas digitales, académicos que están bien respaldados tanto por sus casas de estudio, como por una trayectoria. Que haya generado este nivel de suspicacia lo vemos preocupante. 

–El requerimiento del Senado al TC pasó la admisibilidad, que son los aspectos formales del recurso. ¿Cuál es la estrategia del Ejecutivo respecto a esto? 

-La admisibilidad sólo la considera aspectos formales. De que esté bien presentada o no. Justamente, y nosotros estamos seguros, muy seguros como gobierno, de que esto efectivamente no tiene un fundamento de inconstitucionalidad. Comisiones asesoras ministeriales han existido varias en el pasado. Por eso estamos tan seguros de que no transgrede ningún principio de constitucionalidad y vamos a presentarlo así ante los organismos que se requieran.