Columna del senador Gustavo Sanhueza (UDI): El momento de gobernar

En su campaña presidencial, Gabriel Boric generaba altas expectativas –en caso de ganar- de cambiar sustantivamente la calidad de vida de los chilenos, en especial la de los más vulnerables. Sin embargo, a poco andar, terminó demostrando un sectarismo ideológico que tuvo su versión límite en la reciente conmemoración de los 50 años del golpe de Estado. Boric abandonó desde un primer momento las necesidades de la ciudadanía y abrazó “su verdad histórica”, a sabiendas que los temas del pasado provocan desencuentros entre chilenos.  

Pero nada fue al azar. Primero, desde España, el Presidente anunció una declaración transversal que no socializó previamente con ningún sector. Después, promovió un acto con un claro sesgo político, marcado por una clima de polarización que solo favorecía a la izquierda más dura. Hubo ofensas a Sergio Onofre Jarpa; la caída de su amigo personal encargado del relato de los 50 años, Patricio Fernández, por las presiones del Partido Comunista, y una participación en una romería que causó graves daños en La Moneda y en el lugar donde reposan los restos de Jaime Guzmán. Dicho acto en La Moneda, tuvo un costo de 600 millones de pesos para las arcas fiscales.

Pese a los esfuerzos del Ejecutivo por dividir, el Senado logró recuperar la armonía y la sensatez, logrando que todas las bancadas se manifestaran por el 11 de septiembre con diferentes visiones en un clima de respeto y solemnidad. Como en muchos pasajes de nuestra historia de Chile.

Terminada la conmemoración de los 50 años y la celebración de Fiestas Patrias, el Presidente debe focalizarse en gobernar y dejar atrás tanta épica. Los problemas de gestión no son menores, en un país seriamente estancado y con graves problemas de probidad por los actos de corrupción de personas ligadas al Frente Amplio.

Sentémonos a la mesa y dialoguemos, pero en serio. Hoy se avizoran grandes desafíos en las principales reformas que Chile añora: por un lado está la de pensiones y, por otro, el mal llamado pacto tributario (reforma tributaria). No se puede hablar de pacto, si no hay un acuerdo de por medio. Por consiguiente, el Ejecutivo siempre encontrará en la UDI un partido dispuesto a lograr grandes acuerdos, pero también tienen que existir mínimos comunes. Para que el país gane, ninguna visión puede quedar afuera. Porque hemos visto que muchas veces el gobierno anuncia algo, y después llama al diálogo. Es poco serio y carente de cualquier lógica.

También, a la vuelta de la esquina, está la discusión del Presupuesto 2024 a cargo de una cuestionada Directora de Presupuestos, Javiera Martínez (RD), por un supuesto vínculo con el caso Fundaciones. Aunque ella lo ha negado y el ministro Mario Marcel la llamó “la mejor Dipres”, el Gobierno tiene pendiente las explicaciones del caso Fundaciones que aún no se esclarece en lo más mínimo. Finalmente, ¿cómo vamos a hablar de plata si aún no se sabe el paradero de la misma por el caso Fundaciones? 

Ahora es el momento de gobernar, no de seguir dividiendo a Chile.

Gustavo Sanhueza, senador y jefe de bancada de la Unión Demócrata Independiente.