La ruta del almuerzo: ocho restaurantes con menú por menos de seis mil pesos en Santiago (no está fácil)

Cada jornada laboral son cientos de miles los trabajadores y trabajadoras que hacen una pausa en sus funciones para almorzar. Hay algunos pocos afortunados que tienen la posibilidad de hacerlo en los casinos de sus trabajos y otros precavidos que llevan algo preparado desde sus casas y lo comen en una plaza, la cocina de su oficina o incluso frente a su computador.

Sin embargo, la gran mayoría de los trabajadores y trabajadoras debe salir a la calle en busca de un sitio bueno, bonito y -sobre todo- barato para almorzar. Y que, además, sea rápido, porque en una hora hay que estar de vuelta en el trabajo. Pero… ¿Qué cantidad de dinero califica como un almuerzo “barato”?

Considerando que buena parte de los chilenos gana desde los quinientos mil del sueldo mínimo y poco más, y considerando también que en un mes quienes trabajan fuera de sus hogares deben pagar por un almuerzo a lo menos en veinte ocasiones, algo relativamente barato -o al menos abordable para alguien que gana un sueldo como el antes mencionado- debería estar entre los cinco y seis mil pesos. De esta manera, gastaría más o menos unos $120.000 al mes en este ítem.

Ahora bien, cuando hablo de almuerzo me refiero a un plato de comida más -mínimo- algo para beber y que pueda ser consumido en un lugar relativamente cómodo y limpio. Es decir, con mesas y sillas más un baño disponible. Por lo mismo, todo lo que es comida callejera, pizza al corte, sandwichs varios y cosas por el estilo -que sí valen menos de $5.000- han quedado fuera de esta búsqueda.

Lo mismo sucede con lo que llamo la “no comida”. Es decir, las promociones que se venden en minimarkets y cadenas de panaderías que combinan empanadas o sandwichs de miga con alguna bebida. Tampoco califica como almuerzo el siempre salvador completo, que aún se puede encontrar -junto a una bebida o cerveza- por menos de seis mil pesos en diferentes puntos de la ciudad. En resumen, acá se habla de comida que se consume sentado y con cubiertos.

Donde aún se puede comer muy bien, y por mucho menos de seis mil pesos, es en los mercados de abasto de Santiago. Es decir, la Vega Central y Lo Valledor, a lo que habría que sumar el Mercado Tirso de Molina y la llamada Vega Chica. En todos esos lugares se puede ir con confianza y poca plata, porque siempre se comerá bien y abundante. Pero claro, solo los afortunados que trabajan cerca de estos sitios pueden visitarlos a diario.

Ahora bien, para los que trabajan en el centro de la capital, aún existen algunas alternativas económicas. Con una espectacular vista a la Plaza de Armas está el Sindicato de Folcloristas de Chile (Pasaje Philips 16, piso 2, teléfono 226330910), donde el plato de colación aún no supera los $5.800 pesos y está muy bueno. Por lo general tocan legumbres, charquicán o algún guiso con carne. Claro está, si no quieren gastar más dinero, hay que pasar el almuerzo con agüita.

También en el centro, y por poca plata, se puede comer en El Naturista (Moneda 846, teléfono 223800704, Santiago). Aquí, de lunes a viernes, tienen un plato del día por solo $4.600 y que puede ser un estofado de cochayuyo, alguna legumbre o tal vez un menestrón. Bien contundente y rico, como siempre en El Naturista. Pero otra vez, si no quieren pasarse de las seis luquitas, no queda otra que pedirse un cordillerano.

Otra opción céntrica y económica es el Monte Rosa (Santa Rosa 45, teléfono 9330844796, Santiago). En este lugar, donde de lunes a viernes se ofrece una colación por $4.500 que consta de un plato de fondo más ensalada y que no está nada de mal. Por lo general, toca algún guiso de verduras o legumbres y la panera con el pebre tampoco fallan.

Antes de salir del centro, una excepción a la regla: Fagotto. ¿Qué es eso? Son dos pequeños locales (Agustinas 883 y Plaza de Armas 910 y se comenta que pronto abrirán algo en la calle Encomenderos en Las Condes), donde se vende pasta larga elaborada artesanalmente y cocinada al momento, por lo que siempre sale al dente, y con opciones de salsa como boloñesa, Alfredo, pesto y más. Se sirve en unos potes individuales desechables y cuestan solo $3.490 (mil pesos más con una bebida). La verdad es que la relación precio calidad de esta pasta es muy buena. Por lo mismo, vale la pena la espera (siempre hay fila a la hora de almuerzo) y el tener que comer en la calle.

Para los que trabajan en el sector comercial de Providencia, y que no son pocos, lo cierto es que, aunque cuesta, siempre se puede encontrar algo para almorzar sin pasarse de las seis lucas. Por ejemplo, está el muy peruano Los Tesoros del Inca (Av. Providencia 1095, teléfono 222368858, Providencia), donde por $4.000 se puede elegir entre opciones como ají de gallina, chuleta encebollada, pollo guisado o albóndigas más agregados como tallarines, papas fritas o arroz jardinera y alguna ensalada. Es decir, la plata rinde en este lugar y hasta alcanza para pedir una bebida. Del sour olvídense, porque se les va el presupuesto.

No muy lejos de ahí, y al interior de una galería que está justo en la esquina de Providencia con Antonio Bellet está La Negrita (local 27, teléfono 965534544). Este pequeño local con mesas en los mismos pasillos de la galería, donde es posible encontrar platos como cazuela de ave o chuleta a la plancha con agregado por $4.000 y guiso de zapallo con arroz más papas fritas por $4.500. Lleguen temprano, porque pasadas las dos hay que hacer fila.

¿Más hacia el oriente? La verdad es que mientras más se desplaza uno en la ciudad hacia la cordillera más cuesta encontrar almuerzo a un precio módico. Una gran excepción es la que se da en el Open Bar, que está en el sector de El Faro, al lado del Apumanque. Aunque en este sitio (Apoquindo 5849, teléfono 222240282, Las Condes) su menú de almuerzo anda por los diez mil pesos, tienen siempre algunos platos extras como tomaticán o tortilla de acelga más arroz por solo $5.990. Es decir, si se acompaña con agua con hielo nos alcanza el presupuesto.

Para cerrar, un local que queda algo retirado de las zonas de oficinas, pero que si llegan a andar cerca no deben dejar de visitarlo. Me refiero a El Parrón (Santa Rosa 2135, teléfono 229963011, Santiago), un restaurante tradicional y con unos precios que no se pueden creer. Es que en este lugar la cazuela de vacuno (el plato más pedido del boliche), las prietas con papas cocidas, el pollo al jugo y los porotos con riendas no llegan a los $5.000 pesos y siempre se pueden acompañar con una cañita de vino. En otras palabras, más barato imposible para todo lo bueno que se puede comer en El Parrón.

Y sí, está muy caro comer. Tan caro que hace rato las colaciones de los restaurantes chinos pasaron de los seis mil pesos. Lo mismo que el cuarto de pollo asado con papas fritas y una bebida o cerveza. Al final, el único consejo que se puede dar es que cocinen en casa (aprendan los que no saben) y empiecen a llevar un tupper al trabajo. La verdad, no veo otra salida.