Isabel Allende arremete contra el machismo en la literatura: “Que sea mujer y venda más que ellos, les carga”

Isabel Allende (81) es la escritora viva más leída en español en alrededor del mundo, y desde inicios de los 2000 es un best seller. Sus más de 30 obras acumulan traducciones a 42 idiomas y un total de ventas que supera los 77 millones de ejemplares.

Ese éxito, sin embargo, no ha ido acompañada de una crítica positiva. Críticos y escritores la han calificado como una autora de “subliteratura” o como una mala copia de Gabriel García Márquez. Incluso, Roberto Bolaño fue más allá y sostuvo que Allende es “una mala escritora. Llamarla escritora es darle cancha. Ni siquiera creo que sea una escritora. Es una ‘escribidora'”.

En entrevista con El Mercurio, Isabel Allende sostuvo que ese tipo de comentarios no le parecen ofensivos sino “mezquinos”. “Que sea mujer y venda más que ellos, les carga. Además, es subestimación de los lectores. Pensar que el lector lee porque es ‘mala calidad’. Por favor”, aseguró.

La autora de obras como La casa de los espíritus y La ciudad de las bestias comentó que desde hace 30 años comienza a escribir cada 8 de enero. Así, dijo, puede mantener una disciplina y una rutina para poder escribir. “La inspiración viene con el trabajo”, expresó.

Actualmente, Allende ―que reside en California, Estados Unidos― está preparando un set de libros para niños, que contarán con ilustraciones de Sandra Rodríguez y verán la luz a mediados de 2024. Además, en 2025 publicará una novela ambientada en el Chile de 1891, que ya terminó de escribir.

La escritora confesó que ha pensado “a cada rato” en dejar de escribir, pero “eso le da pánico a mi hijo. Dice que mientras esté ocupada ‘no molesto’. En un par de ocasiones pensé en tomarme un año sabático. Pero la escritura es como el ejercicio. Si dejas de hacerlo, se te atrofia el músculo. La escritura me mantiene de pie”.

Isabel Allende y la vejez

En conversación con el medio citado, Isabel Allende reconoció que en su abultada agenda “hay cosas que me dan lata y ahora me atrevo a decir que no. Me cargan las reuniones sociales. Si son más de seis personas, no quiero ir. Antes iba por cumplir”. La escritora señaló que actualmente la artritis le ha impedido sentarse a firmar libros.

Sin embargo, dijo que “no me siento de 81 años. Uno siempre se siente más joven de lo que dice el calendario. Soy capaz de enamorarme como a los 20 […]. Soy capaz de trabajar como cuando tenía 50, pero estoy consciente de que no es mucho lo que me queda por vivir […]. Veo el resto de mi vida como un calendario antiguo. Cada hoja que arrancas, no la vuelves a vivir nunca más”.

Para Allende, “es triste” el efecto que ha generado la globalización en las relaciones entre las generaciones. “No sólo en el plano de la familia, sino de la sociedad. Hay una tendencia a descartar a los ‘viejos’. En lo posible, metámoslos en alguna bodega donde no se vean”, planteó.

“Las casas están hechas para que viva una familia nuclear. No hay espacio para cuidar a la abuelita. Normalmente, llega el momento de ocuparse de los padres cuando uno se está ocupando de los hijos. Para las mujeres, esto es una tremenda tensión, porque ellas son las que cuidan”, añadió.

La autora chilena aseguró que “en una familia, en una sociedad, debe haber espacio para que esos abuelos, en vez de ser considerados inútiles, ayuden, por ejemplo, a cuidar a sus nietos”.