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21 de Mayo de 2024El castigo de ser introvertido en reuniones sociales: pueden ser vistos como callados, fríos y tímidos, cuando no lo son
Tener una personalidad más retrotraída puede traer problemas cuando de sociabilizar se trata. Pero la introversión no es más que un tipo de personalidad que demora un poco más en darse a conocer.
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En prekínder, Pilar (32) salió electa como mejor compañera en su curso. Un año después, en kínder, un amigo nuevamente la propuso para el galardón, sin embargo, esta vez el resultado no fue el mismo.
“La profesora dijo ‘no, porque la Pilar es muy seria’. Y desde ahí, como que mi etiqueta impuesta por la profesora y, por el resto de las personas, es que era seria”, cuenta.
Lo que le incomoda a Pilar de esta descripción es que ella no se ve a sí misma así, sino que solo como introvertida. “Que yo sea introvertida, que tenga menos pila social y que no sea como florerito, no significa que no quiera estar con el resto de las personas, significa que mi energía se me agota más rapidito y que soy más calladita. Y por ende, como que la guardo, la cuido de otra forma”, dice.
En este contexto, otro tema controversial para las personas con esta personalidad son las juntas o eventos sociales, ya que no son tan habladores o no conectan tan rápido con el resto de los presentes.
“Me pasó el viernes. Estaba acompañada de una amiga que estaba de cumpleaños. Hicimos la primera parte en un restaurante y la segunda parte fue en un karaoke. Y para esta última se fueron mis amigas, solamente iba a estar con otras amigas de la cumpleañera. Yo voy a necesitar tres veces mi energía social para estar con gente que no conozco. Me dio un poquito de ansiedad, así que decidí irme”, relata.
Introvertidos, no tímidos
Emanuel Rechter, director de la carrera de Psicología de la Casona de Las Condes, de la Universidad Andrés Bello, explica que ser introvertido o extrovertido es un tipo de personalidad y que es “importante no confundir la introversión con timidez, no necesariamente es lo mismo”.
“Las personas introvertidas son personas que obtienen un regocijo, una satisfacción personal mayor, en contextos más bien solitarios o interactuando con grupos pequeños, en general con personas con las cuales han logrado establecer vínculos de confianza, con los cuales se sienten conformes y tranquilos”, señala.
En esta línea, “uno podría plantear que las personas que son introvertidas, en estos contextos de grupos pequeños, de interacción social en grupos pequeños o incluso en soledad, se sienten más motivados espontáneamente”.
Por otro lado, las personas extrovertidas son aquellas que tienen una capacidad de energizarse de la interacción social cotidiana.
“Son más activos, son más sociables, disfrutan de actividades grupales como juntas, eventos, fiestas, celebraciones o actos masivos en donde concurre mucha gente. Suelen ser, al menos en apariencia, mucho más abiertos y expresivos. Encuentran con mayor facilidad ocasión para transmitir y comunicar lo que sienten y piensan sin mayor filtro y con personas con las cuales no necesariamente han establecido vínculos profundos”, describe el profesional.
Castigados socialmente
No por ser introvertidos, les gusta menos juntarse con otras personas, pero sí se sienten más cómodos cuando la reunión es con menos gente y pueden tener ciertas aristas controladas.
“En general prefieren encuentros que les resulten significativos o que les permitan interactuar de manera más profunda con las personas. Y en situaciones sociales los introvertidos pueden ser más observadores al principio, evaluando el ambiente antes de participar activamente, pero una vez que se sienten cómodos pueden involucrarse en conversaciones más profundas y personales, aunque es probable que eviten ser el centro de la atención“, indica Paula Errázuriz, académica de la Escuela de Psicología de la Universidad Católica.
Por eso mismo, una persona introvertida puede sentirse castigada socialmente “debido al malentendido sobre su comportamiento”.
“Los introvertidos pueden ser percibidos como distantes, poco amistosos o desinteresados, lo que a veces puede llevar a la exclusión social o a la percepción de que no encajan en cierto entorno”, declara la también cofundadora de la Fundación PsiConecta e investigadora MIDAP.
Lo mismo piensa Michelle Diemer, directora del Servicio de Psicología Integral de la Universidad del Desarrollo. “Si sancionamos socialmente a alguien introvertido, justamente implica que no estamos comprendiendo los distintos rasgos de personalidad. Respetando estos distintos rasgos de personalidad, quizás la gente podría tildar a una persona como un poco más aburrida, que no participa mucho en ámbitos sociales, por lo tanto, tal vez no es tan atractivo como incorporarla en estos ámbitos sociales“, caracteriza.
Desenvolviendo la introversión
Los entornos que son sociales, más grandes y ruidosos, pueden resultar agotadores y abrumadores para este tipo de personas. Esta misma presión de sociabilizar, además, puede generar ansiedad y estrés.
Sin embargo, “lo que es importante resaltar es que cuando estas personas se sienten seguras y comprendidas, pueden ser participantes muy valiosos de espacios sociales, aportando una perspectiva reflexiva y más profunda en las interacciones sociales”, dice Errázuriz.
En ese sentido, los psicólogos dieron recomendaciones para que este tipo de personas pueda desarrollarse mejor en estos entornos.
“Para la persona introvertida lo primero es aceptarse, conocerse, reconocer en qué espacios yo me siento mejor socialmente. No todos los espacios son para todo el mundo. La mejor sugerencia tiene que ver con eso, con el autoconocimiento, la aceptación de mis rasgos de personalidad, y si efectivamente una persona introvertida quisiera facilitar su vinculación en espacios sociales que son más amplios, a lo mejor podría ayudar una estrategia que permita la relajación. Algunas técnicas que tienen que ver con respiración, a veces ayuda el lograr justamente incorporarse en un espacio con menos sorpresas y un poco más definido“, define Diemer.
Otra técnica es practicar. Si se expone a un lugar con muchas preguntas, lo mejor podría ser tener de antemano algunas respuestas y explicaciones a consultas que, quizás, pudieran incomodar.
Rechter coincide diciendo que “es bueno prepararse anímica y mentalmente, anticipar las situaciones que eventualmente van a enfrentarse y mentalizarse positivamente en el sentido de tener claro que son instancias agotadas en el tiempo.
No modificar quién eres
-Y Pilar, ¿te gustaría cambiar y ser extrovertida?
-No, me gustaría manejar mejor mis niveles de energía social. Pero creo que es demasiado central en mi personalidad no ser extrovertida, porque que sea extrovertida no significa que no tenga momentos de mucha diversión con mis amigas, sino cómo se reserva a ciertos momentos y a ciertas confianzas, creo. Pero no, no me gustaría ser extrovertida porque creo que sería otra persona.