Opinión
13 de Julio de 2024

Columna de Rita Cox | El “pórtico chino”: portal hacia el anhelo de un nuevo Barrio Meiggs
Rita Cox escribe sobre el pórtico chino que se instaló en Barrio Meiggs. "El nuevo pórtico es bastante más que un atractivo elemento de urbanismo táctico. Es, ante todo, la renovación de la confianza de la comunidad china con el barrio y la proyección en él", escribe. Y añade: "¿Qué es una obra de confianza? 'Es un término que se usa en algunos planes urbanos como una obra física que es el inicio de un plan de mayor escala para dar confianza a los distintos actores, especialmente a los sociales. Un compromiso de que la obra se va a ejecutar', explica el arquitecto Nicolás Yopo".
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Quince días cumple esta semana el “Pórtico chino”, entre las calles Grajales y San Alfonso, en el Barrio Meiggs. Diez metros de altura, dos leones Fu, uno a cada lado, símbolos de protección. Un proyecto que demoró siete años en concretarse, que casi se desmorona como la fe en el sector, y finalmente costó 170 millones de pesos levantados por la comunidad china, quince mil personas en total a lo largo de Chile; tres mil y fracción en esta zona de Santiago.
Una población que aquí lidera en cantidad y en poder adquisitivo, que se concentra en San Alfonso, donde algunos edificios son habitados exclusivamente por ellos, que trabajan en la zona y caminando llevan a sus hijos a jardines infantiles y colegios.
El “Pórtico chino” ha sido definido como una estrategia de “urbanismo táctico” para contrarrestar el comercio ilícito y los toldos azules, recuperar el espacio público y mejorar la sensación de seguridad de residentes y locatarios. Calles no solo capturadas por la informalidad, la inseguridad y las mafias. También cuadras particularmente acotadas en sus usos, básicamente comerciales, donde, como hace años, se venden, al por mayor y al detalle, alimentos, útiles escolares, disfraces, cotillón, chucherías varias. Anualmente llegan 18.600.000 personas, en su mayoría de entre 30 y 50 (70%). Un frenético lugar de tránsito.
Los compradores, principalmente al por mayor, tienen sus picadas y suelen reservar su mercadería con anterioridad. Es decir, llegan, pagan, retiran y se van. El metro, las estaciones de tren y buses permiten el traslado de esos productos a distintos puntos de la Región Metropolitana y del país. Un trajín que no para jamás y se mueve adelantado en el calendario: en enero y febrero ya hay cuadernos, lápices, mochilas. Marzo apunta al día de la madre. Y así hasta Halloween, Navidad y Año Nuevo.
En ese escenario, el nuevo pórtico es bastante más que un atractivo elemento de urbanismo táctico. Es, ante todo, la renovación de la confianza de la comunidad china con el barrio y la proyección en él. No se puede obviar la entrevista que en septiembre de 2023 dio a Las Últimas Noticias Iping Xu, empresario y presidente de la Asociación Gremial del Comercio y Cultura China en Chile, residente desde 2006 en el país.

Hombre influyente y reservado, allí explicó la razón por la que importadores chinos se estaban yendo de Meiggs: la seguridad. “A partir de esa fecha (estallido) el problema creció en cantidad y también en violencia. Por ejemplo, por parte de los comerciantes ambulantes. También hay otras situaciones, que eso sí, son poco frecuentes, como que amenacen a alguien”, se lee. Xu subrayaba lo engorroso de hacer una denuncia y las barreras idiomáticas para eso. Acusaba, también, distancia con la Municipalidad de Santiago y el contexto económico local.
Diez meses después la determinación es quedarse y el anuncio es el pórtico al que le queda corto el título de “urbanismo táctico”. Esta es más bien una obra de confianza. ¿Qué es una obra de confianza? “Es un término que se usa en algunos planes urbanos como una obra física que es el inicio de un plan de mayor escala para dar confianza a los distintos actores, especialmente a los sociales. Un compromiso de que la obra se va a ejecutar”, explica el arquitecto Nicolás Yopo, quien lidera el trabajo del nuevo plan maestro para Meiggs.
Las heridas son varias. Aunque los chinos dominan, Meiggs también lo componen indios (calle Salvador Sanfuentes), sirios y libanes (Bascuñán), peruanos y ecuatorianos (Gorbea) y chilenos (Exposición y calles que colindan). Todos tienen en común algo más que la compra y venta: los une la inseguridad y la falta de espacios verdes, de recreación y paseo. Todos viven en un barrio con potencial desaprovechado.
Desde 2022 la Asociación de Desarrollo del Barrio Meiggs (ADMB) y el Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales de la UC, al que pertenece Yopo, trabajan en el proyecto “Barrio Meiggs: comercio a cielo abierto”.

Lo primero que se hizo fue un diagnóstico que, entre otras muchas cosas, consideró el problema de la seguridad, la historia, la identidad y el patrimonio; la movilidad y el espacio público; la caracterización del comercio formal, informal y un mapeo de los toldos azules; políticas de Estado y municipales. El segundo paso, el plan maestro, considera ordenamiento urbano, coordinación institucional, coacción entre privados, mejora de la imagen visual y perceptual, diversidad de usos de suelo, oferta y visitantes.
En definitiva, se trata de despejar, ordenar, generar seguridad, que todos los pavimentos sean de un color, que haya letreros que identifiquen al barrio, hacer un mapa, estandarizar los toldos y lugares de comercio, generar atractivos extras como espacios de descanso y un contexto para que emerjan restaurantes y cafés, por ejemplo. Que ir a Meiggs sea seguro y atractivo y parte de la ciudad, no un paréntesis de ella. De triunfar, este proyecto podría ser el ejemplo local de cómo la arquitectura y el urbanismo son probadas armas contra el crimen y la pérdida de espacios. Lo hizo Medellín, ¿por qué no se puede aquí?
El primer punto a intervenir será calle San Alfonso y toda esa súper manzana. No está claro con qué obras ni la fecha de inicio, pero el compromiso está y los vecinos esperan. También quienes no vivimos allí, no dependemos de ese comercio, pero nos ilusiona la posibilidad de explorar un espacio estimulante y multicultural, donde siempre se puede encontrar y llevar “la novedad del año”.
*Rita Cox. Editora y conductora de Ciudad Pauta, de Radio Pauta.