Entrevistas
20 de Julio de 2024Olivia y Nicanor, herederos de Álvaro Henríquez, y su dúo de boleros y cuecas: “El género urbano se comió todo, está bueno hacer algo distinto”
A días de su primer concierto juntos, la hija de Álvaro Henríquez y Mariana Loyola y el hijo de Gonzalo Henríquez y Elvira López relatan la historia de su proyecto y hablan sobre sus planes. “No vamos a hacer un reggaetón para que nos vaya bien”, adelantan.
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A los primos Olivia y Nicanor Henríquez no les faltan referentes artísticos en su árbol genealógico. Ella, de 22 años, es hija de Álvaro Henríquez y Mariana Loyola; mientras que él, de 20, es hijo de Gonzalo Henríquez y Elvira López. A pesar de esto, cuando cuentan la historia del incipiente dúo musical que están construyendo, hay otra figura que ejerce una fuerte influencia en ellos.
Se trata de la abuela paterna que comparten, Juanita Pettinelli, fallecida en diciembre de 2022. Era su casa en Concepción uno de los puntos de encuentro predilectos de la familia Henríquez. Ahí, la ‘Nona’ deleitaba a los comensales con su receta de pesto de arvejas y habas y con sus mermeladas, siempre con música de fondo.
Fue así que, cuando empezó a asomar el talento de sus nietos Olivia y Nicanor, solía instarlos a que tocaran y cantaran para ella. Temas de José José, Macha y El Bloque Depresivo, e incluso Los Tres, eran parte del repertorio habitual de esas reuniones familiares, con la ‘Nona’ pidiendo que repitieran sus canciones favoritas una y otra vez, las mismas que sonaron el día de su funeral, interpretadas por los primos Henríquez y su tío Álvaro.
“Fue una pérdida súper heavy para todos. La ‘Nona’ sigue siendo una persona muy importante para nosotros, porque era una persona con un carácter fuerte, muy marcado, entonces juntaba a la familia. Así que los temas que nos pedía que le cantáramos en vida, había que cantárselos para despedirla”, explica Nicanor Henríquez sobre aquel momento, que fue compartido en el Instagram del vocalista de Los Tres.
Precisamente, en la cuenta de Instagram de Henríquez, se pueden encontrar varios videos de Olivia y Nicanor cantando. El último de ellos pertenece a un registro del primer concierto del dúo, hace unos días, como parte del ciclo Tiny Show.
Ahí, frente a un selecto público, que replicó el ambiente familiar en el que empezaron a tocar, interpretaron temas de Los Beatles, Amy Winehouse, Macha y El Bloque Depresivo e incluso una composición propia. “Fue bacán tener esa primera experiencia. Una súper linda primera introducción al mundo oficialmente como dúo”, valora Olivia Henríquez.
En constante aprendizaje
A pesar de su corta edad, Nicanor Henriquez, que cursa su primer año de estudios en ProJazz, ya suma una considerable experiencia sobre los escenarios. Como guitarrista, en los últimos años ha sido parte de las bandas de los proyectos musicales de su padre -González y Los Asistentes- y de su madre, además de haber empezado a acompañar a su tío Álvaro, tanto en sus presentaciones como solista como con Pettinellis.
“Han sido experiencias buenísimas. Todo el rato disfrutando y aprendiendo. Siempre ando en la parada de aprender, pero no aprender cómo hacer la escala de no sé qué, sino que aprender a moverme por mi cuenta, saber hacer las cosas como del rubro y en eso se manejan brígido los viejos. Entonces, aprender esas cosas y también la experiencia de tocar con tanta gente, con Pettinellis por ejemplo, cuando te ovacionan a ti después de tu solo o esas cosas, es una sensación única”, comenta Nicanor.
También es uno de los músicos que toca con el reconocido freestyler Martín Acertijo, que en su propuesta de estudio y en vivo mezcla música urbana con folclore. Justamente en la cueca, Nicanor ha descubierto una de sus mayores pasiones, alimentada por su entorno familiar. Tal como Roberto Parra transmitió sus conocimientos a Álvaro Henríquez, el líder de Los Tres ha hecho lo propio con su sobrino.
“Me siento súper honrado y feliz de aprender de ahí mismo”, dice y agrega: “El mundo de la cueca me motiva mucho. El canto tiene una tradición muy valiosa, que creo que siempre se ha pasado en forma oral. Entonces creo que esas cosas son las que hay que rescatar, pescar a los viejos, preguntarles, aprender siempre y con mucho respeto todo el rato”, dice.
Crisis vocacional
En diciembre del año pasado, Álvaro Henríquez se presentó en el Mall Plaza Egaña con su show solista “Los acordes que son”. Ahí estuvo acompañado por Nicanor, pero también sumaron como invitada especial a Olivia Henriquez, para interpretar “Lo que no fue no será”, el tema de José José que solía cantarle a su ‘Nona’.
“Nunca había cantado frente a nadie, con la familia no más. Y fue lindo sentir un poco de nervio y mirar para un lado y que estuviera mi papá y mirar para el otro y que estuviera el ‘Nica’. Era como sentirse muy en confianza y cagados de la risa. Fue una muy linda experiencia”, recuerda Olivia.
Aunque siempre ha sido parte fundamental de su día a día, Olivia cuenta que en el último tiempo la música “se tragó gran parte de mi vida”, lo que provocó en ella una suerte de crisis vocacional. Actualmente está cursando su último semestre de Ciencias Políticas en la Universidad Diego Portales y, aunque le gusta su carrera, ya decidió que el próximo año lo dedicará exclusivamente a la música, tomando clases de canto y de piano y potenciando el dúo junto a su primo.
“Viendo a mi papá haciendo lo que le gusta y también empezar a hacerlo con el ‘Nica’, como que caché que uno igual puede hacerlo. Porque nosotros tuvimos la suerte de haber nacido en una familia artista, donde se nos permite hacer arte sin ningún tipo de traba, porque en Chile tampoco es tan fácil ser músico o ser actriz. Entonces, por ese lado, siento que tengo las herramientas, tengo la familia, me gusta, me apasiona. Y ahí fue donde pensé: ‘Chucha, parece que me gusta más que lo que estoy estudiando y parece que quiero hacer esto con mi vida, o por lo menos darle una oportunidad’”, dice.
A contracorriente de la industria
Los planes de la dupla aún son inciertos, aunque aseguran que sí hay proyección a futuro. Por ahora, no han definido un nombre, así que prefieren denominarse simplemente como Dúo Olivia y Nicanor y próximamente estrenarán en redes sociales el registro que hicieron en Tiny Show de su primer tema propio. Se llama “Yo solo espero” y fue compuesto y escrito por Nicanor, quien no descarta la posibilidad de grabarla en una versión de estudio y hacerla crecer en comparación a la versión acústica que interpretaron en vivo.
Aunque no hay más canciones terminadas, Olivia adelanta que las principales influencias del dúo serán el bolero y la cueca. “Algo bien chileno. Yo creo que ese es nuestro sonido. Y nuestra idea es que se note que somos de acá y que acá hay música bacán para escuchar”, señala.
Nicanor complementa citando los ejemplos de Peso Pluma, C. Tangana y Rosalía, artistas de alcance mundial que han encontrado una fórmula exitosa escarbando en sus raíces. “Han rescatado lo suyo para transformarlo y hacerlo de otra manera, no tan tradicional. Y nosotros apuntamos hacia eso”, destaca.
—Hoy los jóvenes escuchan mayoritariamente música urbana. En ese contexto, la apuesta por géneros como el bolero y la cueca llama la atención viniendo de personas de su edad.
—Olivia Henríquez: Es que el género urbano se comió absolutamente todo, entonces está bueno hacer algo distinto. Nosotros, obviamente, escuchamos reggaetón y de todo, pero la idea es salirse un poquito del margen.
–Nicanor Henríquez: Nosotros no vamos a hacer un reggaetón o algo así para que nos vaya bien. No sería natural. Si vamos a hacer algo bueno, tiene que ser algo que nos guste. Y también creo que hace falta que alguien haga esto. No me quiero poner la capa de nada pero todo el mundo está haciendo música urbana y está bien, pero nosotros no somos de esa onda.
—¿Cuál es su diagnóstico de lo que pasa hoy en día en la industria de la música?
—NH: Creo que es un reflejo de la sociedad, de lo que hay ahora. De querer una hueá que salga ahora, que todo sea instantáneo. Eso es lo que mejor lo resume, la inmediatez. Y eso es preocupante, porque es como si tuviera que ser así. Sacar la canción igual a todas las otras, ahora, bien producida y con un plan. Como que todo es un negocio. Ahora los músicos andan diciendo que se quieren hacer millonarios y por eso cantan. Y para mí eso no es. Nunca fue.
–OH: Nadie está haciendo algo muy distinto al anterior o al compañero que está haciendo exactamente lo mismo. Todo es ganar plata y las minas, es como un ambiente súper extraño.
–NH: Es raro que a la gente no le interese escuchar sobre otro tema. Siempre es sobre el carrete, sobre las mujeres, sobre la plata. A mí me gustan las canciones por lo que dicen, en cierta parte, por lo que me está contando esa persona.
El legado familiar
Tanto Olivia como Nicanor saben que su forma de vivir la música está profundamente influenciada por el ambiente en que se criaron. Esto mismo les ha permitido vivir experiencias que serían un sueño para cualquier artista emergente, como cuando Nicanor compartió escenario con Raúl Zurita, o como cuando, en marzo, en la previa del concierto que dio El Bloque Depresivo en el Teatro Caupolicán, Aldo “Macha” Asenjo los escuchó atentamente cantar “Tell me why”, de Los Beatles.
Ambos dicen que con el tiempo han podido entender la importancia de sus progenitores en el mundo cultural chileno. “Valoramos muchísimo el arte de cada uno, individualmente y en conjunto. Nuestros papás son increíbles. Los cuatro. No hay nada que decir. Ojalá llegar a ser como ellos”, dice Olivia.
—¿Sienten que con este dúo están tomando la posta de un legado familiar?
—NH: Tratamos de no pensar que estamos tomando un legado. Si es que así, yo creo que es mejor que pase no más, sin que uno lo quiera o lo diga. Nuestros papás tampoco nos lo dicen de esa manera, ni nos ven haciendo eso. Entonces creo que si se da, que es lo más probable, porque es una cosa sanguínea, nos gustaría que fuera de la manera más natural siempre.
–OH: Queremos considerar nuestro proyecto como algo nuestro, más que algo que arrastró nuestro nombre familiar. Pero igual a nosotros nos gusta la música por algo, obviamente, y ha sido bonito estar rodeados de arte siempre, ha sido una buena influencia.
–¿En algún momento han llegado a sentir presión por lo que puede esperar la gente de ustedes, viniendo de dónde vienen?
–NH: Puede ser, pero creo que si uno empieza a pensar en esas cosas puro se atrapa. Más que una presión, es como una motivación. También hay que entender que no tiene por qué ser el mismo público al que estamos apuntando nosotros. Tenemos 30 años menos que nuestros papás, entonces claramente no va a ser el mismo público.