Francisca Crovetto: la historia de la segunda chilena en ganar una medalla olímpica tras Marlene Ahrens hace 68 años

“Ella guió mi deseo de seguir sus pasos y ser la segunda medallista olímpica chilena”. Con estas palabras a Redgol, la seleccionada nacional de tiro skett, Francisco Crovetto se refirió en 2020 a la muerte de Marlene Ahrens, la leyenda nacional que consiguió medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Melbourne 1956.

La también Premio Nacional del Deporte 2019 agregó sobre Ahrens que “en tiempos muy distintos a los que vive hoy el deporte femenino, los años 50, donde la mujer destacaba en muy pocos ámbitos a nivel público y el deporte era algo tan ‘masculino’, ella abrió el paso y marcó precedentes”.

Pues bien, este domingo 4 de agosto los sueños de Crovetto se hicieron realidad e incluso más, ya que durante esta jornada alcanzó la medalla de oro en el tiro skeet de los Juegos Olímpicos de París 2024.

Este hito histórico pone fin a una sequía de 16 años sin logar medallas en Juegos Olímpicos.

Ahora esta medalla de oro de Crovetto viene a ser una suerte de revancha para la deportista, ya que se había quedado en el segundo lugar en Guadalajara 2011 y Lima 2019. En Toronto 2015, la deportista se quedó con el tercer puesto de la competición a la que se dedica.

Tras los panamericanos, Crovetto adelantó sus metas a El Deportivo, afirmando que “mi sueño es ser medallista olímpica, siempre lo he dicho. Quiero seguir yendo a Juegos Olímpicos, estos van a ser mis cuartos. Muchas veces uno se pregunta si será capaz de hacerlo. Antes de clasificar a París me lo pregunté y dije ‘bueno, no importa. Me dedicaré a tener guagua si no clasifico’”.

Agregó que “lo mismo con una medalla panamericana. Pero con todas esas dudas, con todos esos miedos, siento que he sido capaz de salir adelante; de entrenar, a pesar de haber sufrido una fractura, de no tener dónde entrenar en Santiago; buscar la forma y ser resiliente, resolver y no llorar; de no estar ahí mirando la leche derramada. Me ayudó mucho ser determinada en lo que quiero, buscar alternativas. Quiero ir a los juegos de Los Ángeles 2028 y de Brisbane 2032. Y si soy medallista en París, volver a serlo después”.

Los sueños y carrera de Francisca Crovetto

En aquella conversación en la que expuso sus sueños, Crovetto profundizó en que “la experiencia ayuda mucho. Este es un deporte donde la experiencia es clave, pero la verdad es que yo me mentalicé mucho para esta circunstancia: ser local, tener tanta gente ahí, gritando por ti… No sabía si me iba a jugar a favor o no”.

En este sentido, afirmó que “hoy, con el diario del lunes, sí puedo decir que fue una variante que jugó a mi favor. Pero previo a los Juegos estaba muy complicada con ser local, porque era una situación a la que yo no estaba acostumbrada y que no iba a poder tener control. Soy una persona que le gusta tener el control y durante varias semanas, meses, planeé estrategias; busqué distintas formas de enfrentar la situación hasta que me di cuenta de que no podía controlarla; que tenía que simplemente fluir. Y cuando eso pasó fue mágico”.

Precisó que “lo que cambió fue que en ese miedo que tenía, no es que visualicé la medalla de oro, porque mi objetivo era estar en el podio, pero siento que en cada circunstancia que me puso la vida este último año, ya sea personales, de entrenamiento o competencia, yo sabía que la vida me estaba preparando para este momento”.

En otros pasajes, la medallista olímpica 2024 manifestó en ese entonces que “incluso, cuando estaba jugando pádel y tenía que hacer un saque para ganar el punto, decía ‘esto me va a ayudar a estar preparada para cuando me enfrente a un momento decisivo en los Panamericanos’. El año pasado, cuando me tocaba medirme en las copas del mundo con las latinas que iba a enfrentar acá, decía que la vida me estaba preparando. O, cuando me tocaba enfrentar competencias en Chile con gente mirando, lo mismo. Y así fue. Creo que eso marcó la diferencia: estar preparada”.

En esta entrevista del año pasado, Crovetto se refirió a lo que podría ser su participación en estos Juegos Olímpicos de París, enfatizando que “sí, darte cuenta de que puedes ganar unos Juegos Panamericanos y ganarlos de buena manera… Tiré récord panamericano, tengo el récord del mundo. Me enfrento a París 2024 mucho más grande. Si bien para Tokio me sentía preparada, desafortunadamente no se dio, pero hoy siento que la vida me ha puesto más competencias en el cuerpo; me ha demostrado y yo he demostrado que soy una deportista constante, consistente, de tirar puntajes altos, de lograr metas importantes… y creo que eso me ayuda mucho a enfrentar París, pero sin la obsesión”.

Aseveró además que “me ayuda mucho que hoy siento que puedo ganar, cosa que quizás antes no sabía o no sentía. No sé si voy a ganar, porque la obsesión no me ayuda, pero sé que voy a hacer todo lo posible y soltar el resultado. Esa es como la gran paradoja del deporte”.

Al ser consultada en ese entonces por sus objetivos después de París 2024, soltó que tendrá un enfoque más familiar: “Yo me casé el año pasado, llevo ocho años de relación con Juan Enrique y queremos ser papás o intentarlo al menos, si la vida nos da la oportunidad de serlo, y queremos después de París. La idea es embarazarme lo antes posible después de París y poder tomarme ese año de descanso. Afortunadamente mi deporte no es tan físico, así que puedo estar entrenando si no tengo ninguna complicación y tengo el alta médica hasta las treinta y tantas semanas”.

Sin saber que en París 2024 conseguiría medalla de oro, Crovetto manifestaba el año pasado a El Deportivo de La Tercera que el mensaje a entregar a las nuevas generaciones “es la capacidad, como me dice mi mamá, de intentarlo una y otra vez; de no renunciar al sueño. Y me emociono porque ahora lo miro para atrás y digo chuta, hace dos semanas era una Francisca que estaba llena de miedos, dudas. En mi primera noche en la Villa Panamericana llamé a mi psicólogo y le dije ‘estoy cagada de susto’. A pesar de eso y de todo esto que es tan humano, porque nos ven a los deportistas como súper determinados con convicciones. Y sí, las tenemos, pero también somos seres humanos, que dudamos, que no sabemos, que tenemos miedo… Me entregué a la situación, te juro que gocé mucho ese fin de semana, el estar con mi familia… Fue hermoso, fue único y de verdad es muy bonito haber sido capaz de salir adelante, a pesar del miedo y de las dudas”.

La historia de esfuerzo de Francisca Crovetto

La deportista de 34 años comenzó su relación de amor y esfuerzo por el tiro skeet a los tres años. A temprana edad acompañó a su papá por primera vez a un cambio de tiro de esa especialidad.

A los 10 años, Francisca disparó por primera vez pero le cargó: “Lo odié. Me dolió el rebote de la escopeta, no quise disparar”.

Eso sí, esa oportunidad fue solo un pequeño mal episodio, porque con el paso del tiempo después se enamoró de esta disciplina.

Su padre tenía un club de tiro en Calera de Tango, recinto que vio cómo Crovetto se lucía en sus primeras competencias.

Sobre su relación con los Juegos Olímpicos, reconoció que Atenas 2004 “es el primer recuerdo que tengo de los Juegos. Lo vi por televisión y me di cuenta de que era lo mío”.

Pese a que inició en modalidad sporting clay, luego se cambió a skeet, donde rápidamente se posicionó entre las mejores.

Ha sido campeona Panamericana 2023 y cuenta con el récord mundial 2022.

Dentro de sus Juegos Olímpicos estuvo en Londres 2012, Río de Janeiro 2016, Tokio 2022 y ahora París 2024. Su mejor resultado había sido octavo puesto en su primera experiencia olímpica.

En cuanto a Panamericanos, como ya habíamos mencionado, obtuvo oro en Santiago 2023, plata en Guadalajara 2021 y Lima 2019, además de un bronce en Toronto 2015.

También ha alcanzado bronce en las Finales de la Copa del Mundo de El Cairo 2022, además de un oro en skeet mixto en equipos en las series de la Copa del Mundo de Osijek 2022.

En ese certamen también logró plata en skeet individual femenino, sumando un total de 7 preseas en esta competencia.

Por su parte, obtuvo oro panamericano de tiro en Río 2010 y en dos ediciones de Juegos Bolivarianos (2013 y 2017).