Jefe de Marketing de Eglo, la icónica tienda de iluminación de Viña del mar: “Es imposible que seamos un lavado de dinero”
Durante casi dos décadas, la tienda Eglo en Viña del Mar se convirtió en un enigma para los locales y turistas que transitaban por la ciudad. Su brillo nocturno alimentó rumores que iban desde la curiosidad hasta la especulación más oscura: ¿podría ser una fachada para el lavado de dinero? La verdad es que detrás de las luces siempre encendidas, medida que según la empresa se suprimió desde la pandemia, se vislumbra una historia diferente. Eglo es la sede en Chile de una poderosa empresa austríaca de iluminación, con más de medio siglo de historia.
Por Sebastián PalmaCompartir
En el corazón de Viña del Mar, hace casi dos décadas, una tienda de iluminación se convirtió en una de la más icónicas de la ciudad. Ubicada en la esquina de las calles Vista Hermosa y Avenida España, desde su apertura, hace casi 20 años, la tienda Eglo se destacó no solo por la gran variedad de lámparas y accesorios que ofrecía, sino por un detalle que no pasó desapercibido para los vecinos de la región, tampoco para los turistas: sus luces nunca se apagaban, ni siquiera durante la madrugada.
Mientras el resto de los locales del centro de Viña del Mar dejaban sus vitrinas a oscuras, Eglo mantenía el brillo con sus vistosas lámparas: candelabros de lágrimas, lámparas de pie y la luz de ampolletas amarillas y claras, las que se podían ver a cualquier hora de la noche, luego de una comida, una noche en el casino, cruzando por la micro o yendo a una fiesta.
Con el tiempo, este comportamiento inusual comenzó a despertar sospechas entre la comunidad. Los residentes y transeúntes se comenzaron a preguntar las razones detrás del iluminamiento continuo. Las respuestas fueron variadas y de ellas se desprendieron diversas teorías y rumores.
Levantemos el secreto bancario de estos locales. pic.twitter.com/IhwbCqjnIH
— Benja Félix (@Cambiadechannel) July 2, 2024
El más persistente de ellos fue que la tienda era en realidad una fachada para el lavado de dinero.
Sin embargo, la realidad detrás de esta tienda, según cuentan sus representantes, es muy distinta a la de los rumores expandidos. Lo que pocos saben es que la tienda de Viña del Mar, también la que se ubica en la esquina de las Avenidas Padre Hurtado y Las Condes y todas las otras que tiene de norte a sur en el país, son una sucursal de una tradicional empresa extranjera.
Eglo: una empresa multinacional
En su tienda principal en Chile, ubicada en Américo Vespucio norte, 1930, el jefe de marketing de la empresa, Luis Aranguiz, cuenta que Eglo es una empresa austríaca de más de 50 años. Se fundó en 1969 y desde entonces se han dedicado a la fabricación de lámparas. “Desde el diseño, el prototipo de la lámpara, la ampolleta también la creamos nosotros, y se fabrican en estas distintas fábricas alrededor del mundo”, explica.
La marca llegó hace 20 años al país, el aniversario es motivo de celebración, la gran tienda de dos pisos de Américo Vespucio, tiene globos y carteles promocionales multicolores y prácticamente todas las lámparas y ampolletas están con descuento. Sobre el funcionamiento de la tienda, comenta que hay sucursales en muchos países del mundo, también en latinoamérica con tiendas en Chile, Bolivia, Colombia, Paraguay y México.
Sobre el funcionamiento de las tiendas en la región, Luis Aranguiz, explica: “Nosotros reportamos comercialmente, financieramente todo a Austria. Ponte tú, en mi caso de marketing, los planes de marketing también se avalan allá, directamente con Austria. Tenemos ciertos lineamientos corporativos que nos hacen ver como una empresa mucho más sólida que una franquicia. O sea, absolutamente todo está regulado para bien por la mano austríaca”.
En relación a la presencia en Chile agrega que Eglo tiene 10 showrooms a lo largo del país y que sus tiendas totalizan más de 6.000 m2 de exhibición de lámparas
Aclarando los mitos de Eglo en Viña del Mar
Andrés Retamales es gerente de retail del showroom de Eglo en Viña del Mar. Vive hace 17 años en la ciudad y, cree, que el local en el que trabaja es un hito para la ciudad: “Es que es muy difícil no verlo. Además, la elegancia que tiene con su cristalería, de verdad que uno pasa desapercibido. Diría que es un punto de encuentro de la ciudad”, comenta.
Luis Aránguiz, desde su jefatura en marketing, indica la relevancia para la marca de su tienda en Viña del Mar, reconoce que en Chile es una de las más icónicas y también una de las sucursales de mayor importancia comercial: “De hecho, es una de las mayor fuerza de venta que tenemos”, comenta.
A pesar del éxito del local, Aránguiz no desconoce los mitos que se han originado alrededor del mismo. Al respecto señala: “Nosotros estamos regulados en todo sentido por Austria. Es decir, es imposible, bajo ninguna perspectiva o parámetro, que seamos un lavado de dinero”.
Consciente de su labor en marketing respecto a mejorar la visión corporativa, agrega que la marca está trabajando en distintas estrategias para intentar derribar los mitos. “Estamos haciendo un ciclo de charlas culturales e involucrando a universidades prestigiosas, acá en Santiago y en Viña del Mar, particularmente. El trabajo es con docentes de arquitectura, de diseño, de universidades muy conocidas. Este ciclo de charlas será abiertas a la comunidad”, explica.
En referencia al impacto de haber mantenido las luces encendidas durante la noche en la construcción del mito del lavado de dinero, Aranguiz agrega: “Yo creo que sí aportó, pero son varios factores. A lo mejor podría ser las vitrinas transparentes, el vidrio. Se asocia a algo más lujoso, pero depende de la perspectiva de cada persona”, señala.
Desde Viña del Mar, Andrés Retamales agrega al respecto: “En su momento estaba más que el tema de que si era un lavado o no era un lavado, era por un tema de no conocer. Porque muchas personas pasan por fuera, lo ven, pero nunca han ingresado. Y desde fuera, donde se ven todas las luces, no se ve si la tienda está llena, hay gente, no hay gente. Entonces, en un momento, siempre se pensaba ‘oye, cómo si está toda la luz, cómo van a pagar la luz, cómo es viable’. Pero eso cambia cuando uno se da cuenta lo grande que es Eglo, que está a nivel mundial”, indica.
Una empresa más sustentable
Desde la pandemia, a partir de una política desde Austria, las tiendas de Eglo en Chile dejaron de mantener sus luces encendidas por la noche, al menos así lo informan los representates de la empresa. Desde entonces, las luces solo se mantienen encendidas desde las 9 de la mañana a las 20:00 hrs en horario de invierno y hasta las 21:00 en horario de verano. Lo único que se mantiene encendido por las noches, en cada tienda, es el logo de la empresa.
Junto con eso, cada lámpara de la tienda tiene un sistema que corta y enciende la luz cuando los clientes pasan por delante de ellas. El tiempo de encendido de cada ampolleta es de dos minutos. Si bien desde Eglo no detallaron el gasto de luz mensual, si indican que gastan menos que empresas de otros rubros. “Gastamos un octavo de lo que hace un supermercado”, señalaron desde la empresa.
Según su jefe de Marketing, la decisión de apagar las luces responde a una decisión de sustentabilidad, sobre este punto indica que su empresa tiene otras políticas:
“Todas nuestras ampolletas son LED. Todas las luminarias que vienen de afuera, tienen las certificaciones europeas de carbono neutral. Si no, no entran. Y como segundo punto, nosotros tenemos la certificación FSC, que es una certificación amigable con el medio ambiente, en el cual no destruimos bosques nativos en la madera que usamos”, comenta.