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27 de Agosto de 2024

Un 30% de los niños en Chile tiene alguna alergia o intolerancia alimentaria: la lactosa es la principal causa de problemas

Desde el 2000 a 2014, las visitas hospitarias de niños por asfixia provocadas por alergia aumentaron en un 200%. Una tendencia mundial debido a la dieta alimenticia.

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Un estudio de Nestlé y la Universidad Finis Terrae reveló que el 30% de los niños en Chile tiene una alergia o una intolerancia alimentaria. Que los niños contraigan una de estas alergias es la mayor preocupación del 18% de los padres encuestados respecto a la alimentación de sus hijos. Aunque sigue siendo superada por la posibilidad de que sus niños tengan obesidad, con un 57%.

A nivel mundial, datos de la CDC estadounidense (Centros para el Control y Prevención de Enfermedades) mostraron que las alergias en los niños aumentaron en un 50% entre 1997 y 2011. En la década del 2000 hasta el 2014, las visitas hospitalarias de niños por asfixia provocada por alergia también aumentaron en un 200%.

El estudio de Nestlé consigna que en Chile la alergia alimentaria más común en la niñez es la intolerancia a la lactosa (12%). Luego está la alergia a la proteína de la leche de la vaca (11%). La enfermedad celíaca y la alergia a los frutos secos (7%). Finalmente, la alergia a la fructosa (6%).

Además, un estudio publicado en la revista Journal of the American Medical Association muestra que seis millones de niños -dos niños por sala de clases- tienen hoy una alergia alimentaria. Lo que ha contribuido al aumento de las alergias alimentarias en las nuevas generaciones es la dieta y el sistema inmunológico.

Iván Carabaño, pediatra de la Universidad Complutense de Madrid, explicó a El País que el sistema inmunológico de los niños está tan protegido, que desarrolló respuestas “desajustadas” o sobre-reacciones frente a ciertos alimentos. Esto estaría provocando una inflamación en su organismo.

Según el programa Horizon de la BBC, los procesos de amamantamiento y el uso excesivo de antibióticos y el sedentarismo, estarían en el centro de las causas para que las bacterias buenas reaccionen inflamándose.

La respuesta está en que mientras más expuesto a bacterias sanas esté el niño durante su vida, menos probabilidad tiene de desarrollar una alergia alimentaria.

“Ahora, se sabe que la leche materna contiene hasta 900 especies de bacterias. Esto ofrece una posible explicación de por qué los bebés que son amamantados tienen menos probabilidad de sufrir de alergias”, dice el artículo.

Dificultades para una alimentación saludable

El 90% de los padres ha reconocido una dificultad por mantener una “alimentación saludable” para sus hijos. El costo de la comida uno de los principales factores.

Pero también pasa por una decisión paternal que no depende directamente de los recursos. Como el hecho de que los niños reciban una dieta vegana o vegetariana.

El estudio publicado por Nestlé y la Universidad Finis Terrae también reveló que el consumo de bebidas vegetales -leche de soya o de almendras- es mayor en los niños de estratos económicos altos. Especialmente en el grupo ABC1. Consumen 3,5 veces esta leche a la semana, en comparación con otros grupos, que en promedio la consumen 2,4 veces a la semana”.

El hecho de no recibir las “bacterias buenas” que trae la leche materna, provoca directamente la falta de exposición necesaria para protegerse de las alergias, según especialistas de Horizon de la BBC. Esto explicaría, por qué los niños que reciben dietas sin proteína animal o leche materna, podrían estar más expuestos a este tipo de enfermedades.

Medidas públicas a nivel mundial

La Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica proyecta que uno de cada tres niños europeos será alérgico a algún tipo de comida. Eso significa que 17 millones niños y niñas padecerán una alergia alimentaria en Europa en la próxima década.

Distintas sociedades han empezado a tomar medidas al respecto en ese continente. Un artículo de The Jerusalem Post, cuenta cómo se ha enfrentado a nivel público el problema. Una carta del gobierno, promovía que los padres evitaran que los niños llevaran a clases leche, queso amarillo, queso cottage queso blanco blando, maní, pescado nueces, mayonesas, frutos secos o barritas de cereal con frutos secos e incluso mantequilla.

Sin embargo, descubrieron que esta medida estigmatizaba aún más a los niños que tenían alergias alimentarias.

También en Estados Unidos se intentó prohibir los alimentos más alergénicos en los colegios, pero no funcionó. “Se descubrió que los niños pequeños también eran alérgicos a los cacahuetes. A los huevos, al atún y a otros tipos de pescado. También al tahini y las semillas de sésamo, al hummus y otros frutos secos. También hay algunos niños alérgicos al trigo, por lo que todos los sándwiches se ven afectados en algunas clases. ¿Qué haces cuando tantos son alérgicos a algo?”, dicen en el artículo.

En Chile, la medida público que ha implementado respecto de las alergias alimentarias es que desde 2019 que el Programa Nacional de Alimentación Complementario proporciona gratuitamente fórmulas para niños menores de dos años con diagnóstico alergia a la proteína de la vaca. La medida es de universal para FONASA, Isapre u otra. Ésta se entrega en los Centros de Atención Primaria de Salud.

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