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11 de Septiembre de 2024

Mujer sin hijos y con gatos: la historia de una “cat lady” chilena lejos del estigma por el que pelea Taylor Swift

Sobre ser una "catlady" chilena habla Verónica Ortega (44). Cuenta que quienes eligen no estar en pareja, no tener hijos y sí tener felinos no son parte del estigma "denigrante" con el que se les asocia. Esto, luego que Taylor Swift saliera a rechazar a los dichos del candidato republicano a la vicepresidencia sobre estar gobernados por "señoras de los gatos sin hijos que se sienten miserables con sus propias vidas" y quieren que el resto también lo sea.

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“Taylor Swift, mujer sin hijos y con gatos” –Taylor Swift, childless cat lady– fue la firma que la cantante utilizó para finalizar el mensaje que a través de sus redes sociales, revela su apoyo a la candidata presidencial estadounidense Kamala Harris.

La frase, “sin hijos y con gatos” ha levantado el debate social el día de hoy producto del estigma que significa. ¿La razón? JD Vance, el candidato republicano a vicepresidente de Donald Trump -opositor a Harris en estas elecciones-, dijo en 2021:

“En este país estamos efectivamente gobernados a través de los demócratas, a través de nuestros oligarcas corporativos, por un grupo de señoras de los gatos sin hijos que se sienten miserables con sus propias vidas y las decisiones que han tomado y por eso quieren hacer que el resto del país “También es miserable”, dijo Vance al entonces presentador de Fox News.

Así, Swift sacó a relucir un estigma y estereotipo acuñado principalmente desde discursos conservadores y republicanos. Machistas también. En The Clinic, consultamos por la historia de una mujer de 44 años, sin pareja, sin hijos y con dos gatos. En ella, cuenta cómo pasa los días haciendo su vida sin hijos ni hombres. Y una reflexión sobre por qué esta compañía felina, está lejos del estigma.

“Siento que nos ponen etiquetas de mujeres que estamos solas y con gatos como si fuese algo denigrante. La gente, no comprende que lo que en realidad deberíamos estar pensando, es por qué la gran mayoría de las mujeres estamos solas y con gatos”.

Así comienza a contar su historia Verónica Ortega (44) desde la terraza del Ministerio de las Culturas en Valparaíso, el lugar donde trabaja y también, el lugar donde vive. La ciudad porteña es conocida por ser hogar de muchos gatos que deambulan por las calles y los cerros. Nadie sabe muy bien cómo llegaron ahí. Lo que sí se sabe, es que muchos, han sido abandonados por sus “familias”.

Familias entre comillas, porque aquí es donde Verónica Ortega comienza su argumento para romper con el estigma de la mujer soltera, de cuarenta años, sin hijos y con gatos. “Muchos hombres engendran hijos y los dejan botados. He tenido pololeos súper cortos porque me han tocado hombres que no pueden ni quieren hacerse responsables de una familia. Mucho menos de tener hijos”, dice.

Cat lady en Chile

En 2017, el último Censo ya mostraba una tendencia hacia cifras más elevadas de mujeres que no tenían hijos. De un 22% de las mujeres sin hijos, 24% prefería este tipo de vida. Luego, en 2023, la agencia de investigación de mercado y opinión, Questio y Qualitativa realizó un estudio denominado “Qué hay detrás de la baja natalidad en Chile“. The Clinic publicó las cifras en octubre de ese año.

El 17% de los chilenos, hombres y mujeres, entre 16 y 45 años no piensa tener hijos. O sea, 1 de cada 5 chilenos no quiere ser madre o padre hoy.

Ortega decidió a los 35 -quizás 36- no tener hijos. Desde chica, según cuenta, su mamá le inculcó a ella y a sus hermanas la misión de “ser mujeres sabias y felices con lo que recibiéramos”. Ella quería estudiar, trabajar, viajar y vivir sin tener que depender del cuidado de un hijo. Y así sucede hasta el día de hoy.

Incluso, desde que llegó Iris (5), su primer gato.

Fue en 2019 que un compañero de piso de Verónica Ortega decidió mudarse a otro lado. “Le dije que no iba a ser responsable con el gato, tal como no lo era con gran parte de su vida. ‘Déjamelo a mí y va a tener mejor vida’, le pedí. Así, en circunstancias donde ella no buscó tener un gato pero sí decidió cuidarlo cuando vio la opción, llegó Iris Charlie a su vida.

Charlie, porque antes se había tirado tres veces del sexto piso y había caído parado, haciendo alusión al piscinazo de Charlie García desde un noveno piso hacia la piscina de un hotel en Mendoza en el año 2000.

Luego llegó otra compañera de piso con Moscú (11 meses), a quien también había recogido en Valparaíso.

Iris. Foto de Verónica Ortega.

Gatos y responsabilidades de cuidado

Dentro de las principales razones que revela la encuesta realizada en 2023, un 85% de los encuestados prefiere anteponer su desarrollo profesional, laboral y educativo antes de considerar la paternidad. A su vez, un 75% recalcó el alto costo económico de criar un hijo en nuestro país. Pero el 46% admite no sentirse preparado para asumir la paternidad.

Pero con el cuidado de los gatos -y las mascotas en la general-, entra en debate el tema de la responsabilidad de asumir el cuidado de otro ser vivo. “Ahora soy una gatera”, dice Ortega. “Sí, sin tener hijos siempre hay más tiempo para una misma y eso es súper agradable. Pero eso no significa que dejemos las responsabilidades de lado. Es que esa responsabilidad -el gato-, no solo te demanda atención. También es una compañía que nunca te deja sola y que entrega un cariño súper necesario. Para mí, es una vida mucho más grata”, continúa.

Esas son las cosas que, según cuenta, le hicieron darse cuenta que el cuidado no chocaba con la mujer que siempre soñó ser. “El estereotipo no es real y nosotras como dueñas de gatos también entendimos que teníamos que sobrepasar ese mito“, dice.

“De hecho, después de decir que quería ser una mujer independiente, que le gusta estudiar sin tener que depender de un hijo, ahora pienso que Iris está en la casa y no les puedo dejar solos“, continúa, mientras cuenta que si decidiese ir a estudiar afuera, llevaría a Iris sí o sí. O que si tuviese una pareja, esa persona tendría que aceptar vivir con el gato aunque le diera alergia.

Porque la vida con sus gatos le entrega “otro tipo de calma”, dice. “Hay una relación particular con ellos. Como no hablan, pero son muy expresivos con su cola, su cuerpo, formas de mirar y el ronroneo, que hace que el gato sea un compañero que te va a entregar un amor incondicional que no te va a entregar otro ser humano”.

Iris y Moscú. Foto de Verónica Ortega.

Escapar el estigma de la cat lady

Según el medio académico Tercera Dosis, estudios recientes muestran que el porcentaje de mujeres que tiene el primer hijo después de los 30 años se ha cuadriplicado en los últimos 40 años.

Ya en su juventud, antes de llegar a los 30, tener o no tener hijos sí era un pensamiento que rondaba la cabeza de Verónica Ortega. “Yo pensaba: ‘Que heavy que me voy a quedar sola y voy a tener que criar gatos en vez de hijos’, pensaba. Y ahora que lo estoy viviendo y me siento con tanto valor por la mujer profesional que soy y tan valorada por mis colegas y amigos, que ya no me provoca ninguna angustia”.

Pero el estereotipo la ha perseguido hasta el día de hoy. “Muchas veces mi familia me ha dicho que se me fue el tren y que me voy a quedar soltera con gatos. O que voy a parecer la mujer de gatos de los Simpson. ‘¿Quieres ser ese personaje?’, me han preguntado. A esta altura. ya no importa tanto”, dice.

Un estudio de la Universidad de Hamburgo publicado en 2022 en el National Institute of Biotechnology de Estados Unidos, reveló que después del brote de COVID-19, tener una mascota podría contribuir a niveles más bajos de soledad. Pero no revelaron una asociación significativa general. Lo que sí, el estudio especifica que la compañía animal, si puede suplantar la compañía humana.

El mito de la mujer sola y con gatos, proviene de la satanización que hizo la Iglesia Católica sobre ellos en 1484 producto de la peste negra. Ellos creían que los gatos habían sido los responsables de la enfermedad. Pero luego, se dieron cuenta que en realidad, la peste había surgido por las ratas, una vez que estas proliferaron a falta de cazadores felinos. Así, el gato luego se transformó en compañero de brujas y alquimistas, nunca bien ponderados.

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