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Max Luksic
Fotos: Felipe Figueroa/The Clinic

Entrevistas

22 de Septiembre de 2024

Max Luksic: “Por supuesto que hay muchas cosas en las que nunca podré decir ‘yo sé lo que se siente’, pero eso no significa que no empatice”

The Clinic hizo un recorrido con el candidato a la alcaldía de Huechuraba mientras realizaba campaña en una feria de La Pincoya. El exdirector ejecutivo de Canal 13 explica su motivación para entrar a la política, dice que no viene "a inventar la rueda" al municipio, descarta ir por el Parlamento en caso de no ser elegido y aborda los prejuicios por su apellido. "Para mí este no es un paso loco, mi carrera ha sido el servicio", dice el empresario.

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Max Luksic tomó clases de cueca que le impartió su pareja, la actriz Loreto Aravena, antes de que llegara septiembre y el ritmo de la campaña para las elecciones municipales de octubre se empapara de las Fiestas Patrias.

El candidato de Chile Vamos por la alcaldía de Huechuraba se estrena en el baile nacional en el principio de una feria de La Pincoya, en las intersecciones de las calles Pablo Neruda con Jorge Inostroza, en las que su equipo ubica una “fonda móvil”, como lo llaman ellos.

Se trata de un camión de carga liviana que eleva un gran cartel que dice “Luksic alcalde”. Abajo lucen materiales típicos de una fonda, como un barril, jarrones de greda, fardos de paja y banderines.

¿El nombre de la fonda? “Max con pebre” la llama el animador del encuentro frente a las cerca de 15 personas que se detienen, algunas intrigadas y otras con bolsas de campaña del candidato. Hasta que comienza el baile. Se escuchan La consentida y La rosa con el clavel por los parlantes, mientras Luksic baila con su novia.

El candidato alcanza a bailar solo un pie de cueca más. Todo se detiene cuando llegan inspectores con credenciales municipales. La actividad, acusan, no se ajusta a la normativa electoral que impide publicidad estática en puntos no autorizados antes del 27 de septiembre.

Se observan algunos reclamos de colabores del candidato. Pero estos no escalan. “Estamos acostumbrados a la campaña del terror”, dice un voluntario del candidato. Los inspectores comienzan a sacar partes a los vehículos que se encuentran cerca de esa esquina. Hora de partir.

37 años y una docena de brigadistas

Luksic comienza a las 11 de la mañana un recorrido por una feria que recorre como una arteria la emblemática población de La Pincoya los días sábados. Lleva desabrochados los primeros dos botones de su camisa y arremangado su cortaviento azul que tiene adherido su nombre en la espalda. Jeans negros, cinturones café y zapatillas deportivas lo terminan de ilustrar. Es el segundo sábado de septiembre y se pronostican 24°C de máxima.

Minutos antes, eso sí, un grupo de voluntarios y colaboradores le canta por su cumpleaños número 37, que casi no celebrará entre las distintas actividades programadas. Lo acompaña una periodista, un jefe de campaña, un community manager, encargados territoriales y una docena de brigadistas que reparten volantes de campaña.

Antes de ingresar de lleno a la feria, un vendedor de gafas se ofusca porque una persona se ubica enfrente de sus productos sin notarlo. Cree que es alguien relacionado a la campaña y apenas ve a Luksic le pide que no le opaquen la venta. “Nos movemos, nos movemos”, dice el candidato, tratando de calmarlo. “No me gusta la política”, refunfuña el hombre.

Ahora sí, a la feria.

“Mi familia siempre ha respetado las decisiones que tomamos”

“Ahí está el candidato”, le dice una señora a otra mientras caminan entre los distintos puestos de la feria.

Luksic conversa con un joven de polera negra. “Es un peligro vivir aquí”, se alcanza a escuchar que le transmite. La conversación lleva cinco minutos y ambos comienzan a caminar.

Otra persona se le acerca. Le dice que ha cambiado mucho la comuna, que hay mucha delincuencia y que esta proviene de otras zonas de la capital. También le explican la dificultad para denunciar a los narcos.

Por el camino aparecen brigadistas de otra campaña, del candidato a alcalde Daniel Bustos (Centro Democrático). “El alcalde tiene que ser de Huechuraba”, dice el volante que entregan.

—¿Un candidato tiene que ser de la comuna a la que postula?

—Cada uno tiene su opinión personal, pero también esto te demuestra que hay alcaldes y alcaldesas que pueden ser de la comuna o no, pero que lo han hecho bien o lo han hecho mal. Es algo independiente, uno puede tener esa opinión. Pero mira a la alcaldesa (de Providencia) Evelyn Matthei: ella no es de Providencia y mira el trabajo que ha hecho.

—Otros candidatos le llaman turismo electoral…

—Cuando se ponen nerviosos, empiezan a tirar esa campaña del terror. A decir, “oye, pero no eres de la comuna”. O esto del turismo electoral. Pero, al final, los que te eligen son los mismos vecinos, vecinos que terminan confiando en una persona. Y al final, eso es es ser candidato: uno se acerca a gente que nunca te ha visto, te abren la puerta, te explican sus problemas y te dan el voto de confianza, en el que dicen “usted viene a trabajar por mí”. 

—¿La ha pasado que algunas personas le cuestionen asegurando que no conoce la realidad de ellos?

—No. Las pocas veces que me lo dicen, empezamos a hablar. Les cuento que me he juntado con todos estos dirigentes, he estado en todos estos sectores, y me he enterado de los problemas que tienen en estos lugares. Y les pido que me cuenten qué es lo que esperan el día de mañana de un municipio. Ahí, empezando a conversar, me dicen: ‘Oiga, usted conoce la comuna mejor que yo’. 

—¿Hay mucho prejuicio?

—Prejuicios todos tenemos, pero eso lo hemos podido quebrar en todos estos meses. La gente nos ha recibido con los brazos abiertos. No ha sido tema. Uno ha estado conversando, se interioriza con los problemas. Por supuesto que hay muchas cosas en las que nunca podré decir “sé lo que se siente eso”, pero eso no significa que no empatice y que no quiera ayudar a solucionar esos problemas.

Ahora unos vecinos lo detienen. Lo saludan. Le piden fotos.

De Canal 13 a la política

Maximiliano Luksic Lederer dejó a inicios de mayo la dirección ejecutiva de Canal 13, estación que lideró por cinco años. Es el tercer hijo del empresario Andrónico Luksic Craig, primogénito de una familia croata dueña de la mayor fortuna de Chile.

Antes, Max, como se le conoce, vivió varios años en el extranjero por motivos académicos. Estudio economía en EE.UU. y realizó en Suiza un MBA en Les Roches International School of Hotel Management, donde se especializó en marketing. Trabajó dos años en China, donde comenzó como copero, y más tarde quedó a cargo de un hotel pequeño en Hong Kong hasta que llegó a Croacia a sumarse al negocio hotelero de su familia. Ahí estuvo por dos años hasta que su padre le pidió volver a Chile.

—¿Por qué dar el salto a la política?

—La política fue porque con mi paso por el canal, estuve cerca de la contingencia. Después del estallido y la Convención, veíamos cómo este país estuvo colapsando. Cuando me juntaba con diferentes políticos de mi generación, ya no encontraba una capacidad de diálogo. Estaba todo muy agitado y se imponían las ideologías. Eso me empezó a preocupar. Ahí comencé a pensar en cómo podría aportar el día de mañana. Por qué no meterme y demostrar que uno realmente puede separar ideologías y trabajar para una comuna, para las personas, donde el norte es el bienestar de las personas. Y lo que quiero demostrar es que uno puede cambiar vidas. Y en el municipio no estás en la pelea ideológica del Congreso. Acá tú tienes que gestionar y trabajar para las vecinos y los vecinos. Y si logras hacerlo bien, les cambias la vida.

—¿A la familia le costó aceptar esa decisión?

—Mi familia siempre ha respetado las decisiones de uno. Lo que es complicado para mi niña y mi señora es la exposición mediática, están más expuestos. Además, acá uno tiene que decir lo que piensa públicamente y te llegan las críticas. Eso es lo complicado.

—¿Nadie lo vio como un capricho?

—Cero. Si acá yo me estoy exponiendo. Me expongo más de lo necesario. Yo podría estar en una oficina tranquilo. Por eso más se agradece el apoyo de mi familia, de entender que tengo una vocación.

—¿Se aburrió de la tele?

—No, nunca. Me encantaba lo que estaba haciendo. Si al final esto fue por una cosa de vocación, de querer contribuir para que nuestro país siga siendo el país que nos gusta, que siga creciendo. Pero veía que más gente se estaba yendo de la política que entrando. Y la política es súper importante. La dejamos de lado y si siempre se espera que llegue un salvador, vamos a entrar en una espiral que al menos yo lo veo peligroso. 

—¿Y por qué Huechuraba?

—Yo ya conocía la comuna por la Ciudad Empresarial. Estaba muy conectado por lo que le pasó a la 54 (comisaría de Huechuraba), cuando le mandaron la bomba, que fue del mismo remitente de la bomba que nos mandaron a nosotros en Quiñenco. Y me quedé siempre mirando la comuna y me encantó. Huechuraba tiene 700 compañías en su comuna. Hay una diversidad enorme de todo y, por lo mismo, tiene un potencial. Hay un presupuesto de más de 67 mil millones, mayor al de La Reina. Y ahí yo digo: ¿por qué esta diferencia? Y ahí veo un tema de administración, de gestionar bien los recursos, de querer hacer alianzas público-privadas, porque acá se han hecho muy pocas. Ese es el trabajo que quiero traer a la comuna.

“Voy a demostrar que uno puede trabajar para las personas”

—El alcalde saliente de Huechuraba, Carlos Cuadrado (PPD), dijo hace unos días en The Clinic que tener apellido y dinero no constituye un currículum suficiente. ¿Cómo responde?

—El alcalde también fue “hijo de”, es hijo de Sofía Prat. Tengo mi título universitario, mi magister, tengo más de doce años en experiencia laboral. Tengo las capacidades para tomar este cargo y sé conformar equipo, he gestionado recursos de esta naturaleza, sé maximizar recursos. Y tengo vocación, lo he demostrado en la comuna. Voy a demostrar que uno puede trabajar para las personas, y si se hace bien la pega, las cosas van a llegar a las personas.

—¿Le pasa que la gente le pide cosas? ¿Que lo vean como a un Farkas?

—No, de todos estos tiempos…

Una vecina se le acerca y corta la conversación: “Hola, cómo está. Mucho gusto. Un gusto conocerlo. Ojalá que pueda ayudar a los vecinos de la comuna, los adultos mayores. Yo tengo un hijo con enfermedad psiquiátrica, tiene 17 años. Después de la pandemia quedó muy afectado”.

“¿Lo están apoyando desde el municipio?”, le pregunta el candidato. “Mmm. Ahí nomás. Quería ayuda para arreglar mi techo igual… y no”, responde ella.

“Tenemos la idea de traer a Los Magníficos de vuelta, para poder ayudar a la comunidad. Le dejo mi programa”, le dice Luksic. Se trata de la Unidad de Rescate Inmediato que creó la Municipalidad de Huechuraba en 2002 para atender gratis los problemas de los vecinos 24 horas al día.

“Sí, si me ha gustado su programa. Porque la verdad es que hace poco que estoy votando. Antes no me gustaba votar. Y cuando lo pusieron obligado… Pero ojalá que haga cosas buenas. Yo voy a votar por usted”, le dice la mujer, mientras la música de Fiestas Patrias comienza a inundar la conversación.

Se retoma la pregunta.

—¿Es normal que la gente le pida cosas?

—De todo el tiempo que llevo acá, nadie me ha pedido que le regale nada. Todos me han pedido oportunidades. Aparte, yo rompo muchos esquemas, porque se imaginan que casi que llego en limosina, pero ven una persona normal, común y corriente. Y al conversar, notan que tenemos muchas cosas en común. Entonces, el prejuicio de que todo el mundo piense que en la campaña se viene a regalar, no es así.

“Para mí este no es un paso loco, mi carrera ha sido el servicio”

”Momento”, grita una mujer adulta mayor. Luksic se detiene y se acerca al hogar de la vecina, quien le apunta hacia el techo de su casa. “Le voy a dar un espacio aquí en mi casa para que ponga los letreros, con una foto suya. Que el señor lo acompañe, que los bendiga a todos”, le dice entusiasmada, y se toman una foto.

Un brigadista dice que se le ha acercado mucha gente al candidato Luksic a ofrecerle voluntariamente el techo para las palomas. “Nosotros no les pedimos nada”, cuenta.

La señora se despide de Luksic y el candidato vuelve con un pan amasado en sus manos. Hace un comentario sobre la situación: “Todos con los que me he juntado, han visto que realmente quiero hacer mucho, porque me gusta. Tengo vocación. Les explico que mi carrera ha sido siempre en el servicio, entonces esto para mí no es un paso loco. Realmente quiero contribuir a poder mejorar la vida de las personas”.

—Su pareja, Loreto Aravena, dijo que no se elige donde nacer…

—Lo dije yo. La frase fue “uno no elige dónde nacer, pero sí donde servir”. Y estoy eligiendo servir en Huechuraba, pero es algo que estoy eligiendo yo. Que me elijan es otra cosa. 

—¿Cualquier persona puede llegar y elegir dónde ser candidato?

—¿Por qué no? Cualquier persona puede ser independiente y pensar en competir en un lugar. Acá mismo somos cinco candidatos, no soy el único. Uno puede elegir qué hacer, la cosa es tener la vocación de ir y ojalá tener apoyo de un partido político, que es importante. Ahora, si no hubiera tenido el apoyo de los partidos, habría tenido que hacer esto como independiente. Pero la vocación que quería era aportar y ayudar.

—Si no gana en octubre, ¿seguirá en política?

—Voy a seguir en la comuna. Quiero ayudar en todo lo que hemos levantado, poner a disposición mi programa al gobierno que salga en la comuna, para que puedan ocupar las mejores ideas que se les ocurran. Y ahí veremos cómo seguir cooperando con los dirigentes y con las ayudas que creo que puedo lograr hacer con las alianzas público-privadas.

—¿Y una carrera al Parlamento?

—Esa es la pelea ideológica. Lo que quiero es contribuir y apoyar. Y los municipios son las primeras línea, donde realmente puedes hacer una diferencia. Por eso me metí por acá y no por allá, porque esa pelea ideológica no me interesa.

Otra persona corta la conversación. Es un hombre que se presenta como un animador de la comuna, que suele participar en bingos solidarios: “Conozco mucha gente. Para lo que usted necesite, de verdad cuente conmigo. Acá, en la comuna, no queremos a los mismos de siempre”.

Un brigadista le pide su número.

“Me encantaría que se cree una Concertación de centroderecha”

El candidato Luksic lleva un mote con huesillo en sus manos, y entre el tumulto no se distingue quién se lo entregó.

Ahora se presenta a otro grupo de vecinas. Les entrega su programa y les dice que va como independiente dentro de Chile Vamos. “De la derecha al centro, me apoyan cuatro partidos”.

—¿Por qué le recalcó que compite desde la derecha al centro?

—Me apoya la UDI, RN, Evópoli y Amarillos. Me acerqué a todos para no pasar a llevar a nadie. Les dije que me interesaba esto, estuvimos hablando.

—¿Ha necesitado asesorarse con políticos para hacer la campaña?

—Nos hemos juntado. Me he acercado a senadores y diputados del sector y del distrito 9. Uno ha sido el senador Luciano Cruz-Coke (Evópoli). Como ya han hecho campaña, se les pregunta cómo ven el distrito, para complementar lo que nosotros estamos viendo con lo que ellos han visto. Pero uno quiere trabajar con todos los sectores. A mí me da lo mismo si al final la persona es de derecha o izquierda. Todo lo que me complemente para mejorar el trabajo que estamos haciendo, es bien recibido. Por eso digo que acá no se da la pelea ideológica.

—¿Dónde se identifica más usted?

—Voy como independiente, porque todos tienen algo que me puede gustar o no. Ahora, te diría que siempre he sido más de lo que fue la ex-DC, de buscar un centro. Ahora, quién va a ser eso, todavía no lo he visto y por eso no milito. Pero te diría que al final yo busco un partido que sea más de centro, que tenga gente de derecha y de izquierda. Me encantaría que el día de mañana se cree una Concertación de centroderecha.

—Se ha sacado fotos con Matthei.

—Evelyn es parte de la coalición y yo me he reunido con ella porque la encuentro una gran alcaldesa. Es una gran líder y a mí me representa su capacidad de gestión y de diálogo. Ahora, el día de mañana, de vuelta, estamos como sector y vendrán las elecciones, uno apoyará al final al que sea del sector. Y si la Evelyn llega a ser, uno la apoyará, pero hay que ver los programas también. Falta tiempo todavía.

“No vengo a inventar la rueda”

El recorrido con el candidato Luksic está cerca de acabar. Debe ir a la “fonda móvil”.

Antes, se le pregunta si es difícil enfrentar a la candidata oficialista que busca suceder en el cargo a Carlos Cuadrado, Carolina Rojas (PPD).

“Es difícil enfrentarse con cualquier candidata. Esto, al final, es competir. Podremos tener diferencias en las ideas que tenemos, pero lo mío se ha construido con ayuda de muchos expertos”, dice Luksic.

Y reflexiona: “Les digo a todos que no vengo a inventar la rueda: me estoy agarrando de las mejores prácticas de todas las comunas que tiene la RM, las que han funcionado. La Pintana ha hecho gran trabajo en sitios eriazos o cultura. La Florida tiene hoy clínicas móviles. La Reina hizo todo el convenio con Integramédica. Otro ejemplo son las tarjetas vecinos, que hoy Huechuraba no tiene. Se trata de buscar prácticas que hoy funcionan”.

Luksic alcanzará a bailar solo tres pie de cueca antes de que funcionarios del municipio les pidan retirarse. Consultados por The Clinic, desde el gobierno local respondieron que “las elecciones no suspenden ni la ley del tránsito ni las normas sobre ocupación de bien nacional de uso público, por lo que la fiscalización es de todo sentido común”. Asimismo, destacaron que “las campañas políticas tienen una regulación y los candidatos deben conocerla y respetarla”.

El candidato, sin embargo, ese día en la feria quedó molesto. “Nos han sacado de reuniones de apoderados cuando hemos ido al colegio Ernesto Yáñez. Se empapan de hablar de democracia, pero terminan siempre echándonos de los lugares. Acá no estamos molestando a nadie, la gente es feliz“, dice.

Y recuerda las veces que, afirma, han visto los mismos vehículos con personas grabándolos en distintos días. “Es muy heavy. Si eso pasa acá, no quiero imaginarme en cuántos lugares más”.

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