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12 de Octubre de 2024Paul McCartney en Chile: un recorrido nostálgico de casi tres horas, con emotivos momentos dedicados a los Beatles
El músico británico brindó un emotivo concierto repasando lo mejor de su carrera. Una noche histórica que se vivió en el Estadio Monumental, donde hubo espacio para recordar a los fallecidos integrantes de la banda de Liverpool. Paul McCartney cerró su concierto con un "hasta la próxima".
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A las 21:15 horas, Paul McCartney hizo sonar su bajo en el Estadio Monumental de Santiago. Con los primeros acordes de “Can’t Buy Me Love”, el histórico Beatle comenzó su quinta presentación en Chile, 30 años después de su debut en el Estadio Nacional.
La jornada en Santiago comenzó con la presentación del grupo chileno Dënver. Después de eso, un DJ preparó al público con éxitos de distintas etapas del músico, mezclados con ritmos bailables. El público que llegó temprano al Monumental mostraba impaciencia, ansioso por ver a Paul McCartney. En las dos grandes pantallas se proyectaban imágenes del bajista junto a John, Ringo y George.
Al salir al escenario, Paul saludó al público y, sin preámbulos, se lanzó a interpretar una canción de The Beatles, introduciendo a los presentes en un viaje que se prolongaría por más de dos horas, recorriendo distintas etapas de su extensa carrera. Antes de interpretar “Letting Go” de Wings, saludó nuevamente al público y dijo en español: “Hola, chiquillos y chiquillas“, provocando los gritos eufóricos de los asistentes.
“Qué bueno volver a vernos. Voy a tratar de hablar un poquito de español”, dijo antes de regresar al catálogo de su banda original con “Drive My Car“.
Al entrar en calor, se sacó la chaqueta y, en “Let Me Roll It”, tomó la guitarra eléctrica. Con ese mismo instrumento homenajeó a Jimmy Hendrix con un cover de “Foxy Lady”.
Paul se sentó al piano luego de 30 minutos de show para interpretar “Let ‘Em In”. Su baterista, Abe Laboriel, interpretaría con carisma los coros mientras miraba a Paul en el piano, una tónica que se mantendría durante todo el espectáculo.
“Escribí esta canción para mi hermosa esposa Nancy. Ella está aquí con nosotros esta noche”, dijo antes de volver a tomar el piano para “My Valentine“. En las pantallas se mostró el video de la canción de 2012, con Natalie Portman y Johnny Depp haciendo la interpretación en lengua de señas.
Con “Nineteen Hundred and Eighty-Five”, el público volvió al ánimo festivo. Paul McCartney hacía bromas entre canciones, disfrutando del concierto que estaba dando en el Monumental la noche del viernes. “Maybe I’m Amazed” siguió para completar la primera trilogía de canciones con el compositor en su piano negro Yamaha.
Cerca de la hora de show, tomó la guitarra electroacústica, animó al público a gritar e interpretó “I’ve Just Seen a Face“. En la cancha del Monumental había un ambiente familiar y transversal: niños de menos de 10 años disfrutaban del show, así como también adultos y personas mayores, demostrando que la música de Paul y los Beatles traspasa la barrera del tiempo.
Entre cada canción, Paul hacía una pausa. Luego contó la historia de “cuatro chicos de Liverpool”, y en español dijo: “Esta es la primera canción que grabaron los Beatles”. Sonó “In Spite of All the Danger“, una de las primeras creaciones de Paul.
Luego continuó contando la historia de The Beatles, mencionó a George Martin, y los celulares se levantaron para grabar al artista interpretando “Love Me Do”. Sacó el mandolín y recordó que “todos iban a bailar esta noche” con “Dance Tonight”. El baterista Laboriel encantó al público mostrando sus mejores pasos, ganándose aplausos.
En “Blackbird“, Paul quedó solo en el escenario. La gente acompañó la canción y algunas lágrimas se vieron en la cancha. El momento emotivo continuaría con “Here Today”, que dedicó a su “compadre John”.
El artista tenía preparada una sorpresa al interpretar “Now and Then”, considerada la última canción del grupo. Se lanzó en 2023 y es una antigua grabación recuperada gracias a la ayuda de la inteligencia artificial. En las pantallas se mostraron imágenes de los cuatro de Liverpool y parte del proceso de regrabación de la canción.
Con “Jet” de Wings, volvió a tomar el bajo Höfner y, tras terminar la canción, dijo al público: “Este carrete está cuático”. Cambió el bajo por un ukelele y le dedicó “Something” a George. En la guitarra eléctrica fue el momento de Rusty Anderson, el sólido músico que acompaña a Paul en la gira.
En “Band on the Run”, Bryan Ray tomó la guitarra acústica y Paul McCartney no mostró flaquezas para interpretar la canción de 1973 con frescura.
Acercándose a las dos horas de show, volvió al piano Yamaha para “Let It Be”, seguido de “Live and Let Die” con fuegos artificiales incluidos, con desplante total de la banda. Con “Hey Jude”, el público conectó como en un templo que rinde culto a la banda más grande de todos los tiempos. Su guía espiritual y el guardián delegado: Sir Paul.
Tras una pequeña pausa, volvió al escenario con las banderas de Chile, el Reino Unido y la comunidad LGBTQ+. Con “I’ve Got a Feeling”, Paul McCartney comenzó el segmento final del show, totalmente dedicado a la banda de Liverpool. Nuevamente homenajeó a John Lennon, esta vez con su voz e imagen del clásico concierto en la azotea.
Poco antes de terminar su show, agradeció a quienes ayudaron a realizar el evento, a su banda y a los Hot City Horns, la sección de vientos que forma parte del espectáculo. Con “The End”, cerró la noche y dijo un “hasta la próxima”.