Ciudad
26 de Octubre de 2024La otra cara de las elecciones en Santiago: calor, desplazo de vendedores ambulantes y campañas callejeras
En el Estadio Nacional el protagonista fue el sol. Ante la falta de sombra, los electores tuvieron que acudir a la venta irregular de sombrillas para salvarse de la insolación. Pero en otros puntos de la ciudad, y a metros de locales de votación, se vivieron diferentes escenas que pasaron desapercibidas en la jornada.
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Estas elecciones municipales y regionales fueron particulares por diferentes motivos: dos días para votar, voto obligatorio y muchos candidatos por el cual decidir. Eso ya se sabía, pero el calor, la apertura del comercio, la prohibición de la ley seca y a población adulta mayor, también marcaron, de alguna manera, la primera jornada de estas votaciones que terminan mañana.
A eso de las 10 de la mañana Eric Contreras llegó a el Estadio Nacional. Su intención, a diferencia de las 8.000 personas convocadas a votar ahí ese día, era otra: vender sombrillas orientales a las personas que hacían las filas en sus mesas de votación.
Un producto ideal pensando en que ya a esa hora habían 4 personas desmayadas por golpes de calor.
“En otras ocasiones me ha ido mal porque la gente tiene que ocupar solamente una papeleta. Llega, hace una raya y se va. Hoy en día tiene que elegir en cuatro papeletas”, explica Contreras advirtiendo la buena racha que ha tenido hoy con sus ventas.
Esto, a pesar de que cree que ha llegado poca gente al estadio en comparación a otras elecciones. “Como buen chileno, todos se confían y dicen ‘voy a ir mañana'”, indica.
Antes de que Contreras conversara con The Clinic, llegó personal militar a decirle que se tenía que ir, que lo que hacía iba en contra de la ley y que de no hacer caso llamarían a Carabineros.
Contreras ha visto a gente muy confundida, mucha población adulta mayor y también ha observado las falencias logísticas con las que, más tarde, coincidirían los facilitadores del Servicio Electoral.
“He visto mucha gente desmayada, no prestan servicios básicos, no he visto nadie ofreciendo agua o poniendo toldos”, denuncia y alega que “y yo, que lo hago de manera ilegal, me están sacando“.
Horas más tarde, pasado el medio día, efectivamente se vio a personal militar desplegando toldos en las filas que, a veces, tenían una espera de 40 o 45 minutos bajo el sol.
Rodrigo Varela (29), un elector que por haber cambiado su domicilio electoral fue su primera vez votando en el Estadio Nacional, cronometró cuanto se demoró desde que entró al recinto y metió sus votos en la urna. Para su fortuna, el trámite completo demoró 10 minutos y 14 segundos.
Los vocales de mesa, en general, encontraron buena coordinación entre ellos. Sin embargo, transparentaron que la organización no fue óptima y que la jornada de capacitación no ayudo mucho.
La mesa 497 del Estadio Nacional estaba compuesta por tres vocales que nunca habían sido llamados a cumplir con esta labor: Francisco Pereira, Soledad Pérez y María Ignacia Pérez Donoso.
Su jornada fue activa durante la mañana con pequeñas pausas y aseguran que la mayoría de los votantes fueron adultos mayores. Al preguntarle por la organización del Servel aseguraron que era “bastante desordenado”.
Pérez Donoso reveló que “en las capacitaciones no hicieron nada y solo nos dieron el librillo”. Pérez agregó que los citaron a las 7:30 “y no nos entregaron nada hasta las 8:00”. Este diagnóstico también fue compartido por diferentes vocales de mesa a lo largo del Estadio Nacional.
Teresa y el estreno electoral de su nieto
Teresa Balbi tiene 83 años y entrega aires de una señora adecuada. Fue una de las afortunadas que consiguió una silla de ruedas para ejercer su derecho a voto en estas elecciones. Facilitadores del Servel comentaron durante la mañana que estas eran escasas y, en más de una ocasión, tuvieron que hacer esperar de pie a adultos mayores en la sombra hasta que se desocupara una.
Los 30° se sentían intensamente en la explanada del estadio; sin embargo, Balbi, quien estuvo acompañada por su nieto Fernando, de 18 años, que votaba por primera vez, comentó que el clima le parecía ideal.
Con un sombrero blanco, aparentemente tejido con un material similar al mimbre, y lentes de sol, Balbi explicó que como sufre de presión baja no siente el calor, dijo mientras mostraba el chaleco azul con franjas blancas que llevaba puesto.
Mientras Balbi entregaba sus testimonios, la carpa de la Cruz Roja recibía a electores afectados por el calor, desmayándose y requiriendo atención médica.
Balbi indicó que su experiencia fue expedita, pues al estar en silla de ruedas le permitieron saltarse la fila. Explicó también que prefirió votar hoy sábado argumentando lo mismo que Contreras, el vendedor de sombrillas: “Como todo chileno, esperan al último día y mañana viene mucha gente”.
La campaña constante por Santiago
La salida del metro Cal y Canto debe haber sido uno de los puntos más activos del país. Mientras en Estación Mapocho miles de votantes se acercaban a las urnas para ejercer su voto, en Paseo Puente parecía ser un día cualquiera, lejos de una jornada de elecciones.
Los medios de comunicación esperaban atentos la aparición de diferentes referentes políticos que votan en el amplio centro cultural, y a metros funcionarios de la Municipalidad de Santiago batallaban con vendedores ambulantes en un intento de operativo para desbaratar diferentes puestos de comercio irregular.
La misión terminó en fracaso. Las tres camionetas que ingresaron imponentes a retirar los puestos, se fueron derrotadas tras la respuesta de los comerciantes. Lograron llenar uno de los vehículos, y ante la violenta respuesta de los vendedores ambulantes aplicaron escapada.
Todo esto entre los organizados movimientos de los comerciantes que mediante una cadena de gritos lograron convocar suficiente personal para espantar a los funcionarios municipales.
En el mismo escenario, espacio evidentemente manejado por los ambulantes, se mantenían carteles de campañas políticas. Pero evidentemente ilegales.
En el suelo de la calle y en paredes de comercios de la zona, destacaban carteles en contra de Irací Hassler y Mario Desbordes. Casi como si los autores de la campaña sucia se hubiesen organizado. Ambos con mensajes de información falsa o alterada.
En uno se veía la cara de Desbordes junto a Luis Hermosilla, sugiriendo vínculos del candidato con la corrupción. En el otro, la alcaldesa junto a Manuel Monsalve, con un mensaje que aludía a una participación de la jefa comunal en el encubrimiento del ex subsecretario.