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Imagen de Marcelo Sanhueza junto a Enrique "Pesadilla" Pacheco, postulante a la UFC.

Ciudad

19 de Noviembre de 2024

La historia del entrenador de artes marciales que trabaja con jóvenes vulnerables y que tiene a un chileno a punto de llegar a la UFC

Marcelo Sanhueza fundó hace cuatro años la Casa Leme, un espacio en el que entrena diferentes artes marciales. En esta también recibe y aloja a personas que vienen de región, y que por falta de recursos no pueden hospedarse en Santiago. Hoy tiene luchadores profesionales, algunos peleando en las mejores competencias del continente, e incluso uno, que hace un tiempo estacionaba autos en un restorán, cerca de llegar a la UFC.

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Marcelo Sanhueza es periodista de profesión, pero eligió dedicar su vida a las artes marciales. Peleó hace unos años Muay Thai, y hoy se especializa en entrenar talentos de diferentes corrientes.

No pensaba dedicarse exclusivamente a entrenar, pero un día, Óscar Bravo, boxeador de alto rendimiento, le pidió si podía entrenarlo, a lo que accedió. Cuenta Sanhueza que el boxeador no contaba con los recursos económicos para impulsar su carrera, y que de ahí eligió ayudarlo. Hoy, Bravo está radicado en Las Vegas, y logró tener una carrera profesional en el deporte.

Desde ese día le nació una vocación que hasta ahí no sabía que tenía: ayudar a jóvenes con talento en las artes marciales que no podían dedicarse por falta de recursos.

Hace cuatro años, Sanhueza fundó la Casa Leme, un espacio de entrenamiento que además cuenta con habitaciones para recibir a deportistas de regiones. Aquí entrena Muay Thai, kickboxing, MMA y boxeo.

“Yo empecé a buscar un lugar para poder entrenar porque estábamos entrenando en la calle para la pandemia con estos chicos de regiones. Estos chicos venían de fuera de Santiago, se tomaban una micro para acá, entrenaban conmigo en la plaza y se iban a dormir en la casa quien sea, y volvían para acá a entrenar. Estaban todo el día como nómades digamos”, cuenta.

A partir de ahí arrendó una casa en Las Condes en la que congregó a una serie de competidores para potenciarlos, muchos de ellos de escasos recursos y oportunidades. “En base de eso empezamos a explotar estos talentos y llevarlo llevarlo al máximo nivel o a la máximo de las franquicias del deporte“, dice.

Su impulso para dedicarse a esto, es que en Chile existe mucha fuga de talento por falta de oportunidades. Por lo mismo, trabaja para posicionar a estos competidores en el área internacional. Y lo ha logrado: hoy tiene a tres peleadores profesionales en las mejores franquicias, uno ad portas de ingresar a la UFC, el circuito de artes marciales más grande del mundo. Además, tiene otros dos profesionales, y cuatro peleadores amateurs.

“Nosotros lo que estamos haciendo es intentar hacerlo desde acá. Tener nuestra base en Chile y exportar gente afuera. Y la gracia es que nosotros hemos exportado muchos peleadores”, menciona.

La historia de Marcelo Sanhueza y Enrique “Pesadilla” Pacheco: el joven que estacionaba autos que aspira con la UFC

En la Casa Leme, Marcelo Sanhueza tiene peleadores que provienen de diferentes realidades. Una de las personas que se entrena, por ejemplo, es estudiante de medicina. Otro es profesor. Ambos estarán compitiendo en WGP Kickboxing en Sao Pablo, Brasil, el próximo 24 de noviembre, la competición de kickboxing más grande del continente.

Marcelo Sanhueza junto a Josefa Téllez, luchadora que estará en el campeonato de kickboxing más grande del continente. Foto: Casa Leme.

Pero la realidad del resto de sus peleadores es muy distinta. Entrena personas entre 22 y 33 años, y algunos de ellos vivieron infiernos antes de llegar a consolidarse.

“Gran parte de los chicos que vienen de características de escasez. Familias disfuncionales en algunos casos mal remunerados y duros. Uno que estacionaba autos, otro que envolvía a bolsas el supermercado, otro que carga papas en la vega que vive en Los Andes”, comenta Marcelo.

Y el primero de los casos es el más llamativo. Se trata de Enrique “Pesadilla” Pacheco, luchador de MMA que busca ganarse un cupo en la UFC.

Sobre él, Sanhueza cuenta que “hasta hace poco trabajaba en un restaurante estacionando autos, y hoy día tiene contrato en EEUU con una franquicia muy grande que se dedicaba principalmente al público hispano parlante”.

En esa competencia tuvieron un resultado favorable, que les permitió cobrar miles de dólares por pelea. “Cobramos 8 mil, 10 mil dólares por pelear, y nos devolvimos acá y ahora nosotros estamos con ese chico buscando una posibilidad para entrar a un programa del UFC. Es un reality show que hace el UFC y quienes ganan tienen la posibilidad de ser contratados por UFC. Muchos campeones han salido de ahí, muchos campeones”, comenta.

Según comenta el entrenador, el primer chileno que compitió en UFC fue Diego Rivas, y salió de un reality también de la empresa.

Es el caso más mediático, pero entre sus luchadores tiene a muchos consolidándose en circuitos internacionales, que como Pesadilla buscan una plaza en la UFC u otras franquicias de renombre.

El presente y futuro de Casa Leme

Los cuatro años de existencia de Casa Leme, para Marcelo son un completo éxito. Ingresar a esta no es fácil.

Consultado respecto a si le ha tocado ver algún peleador que abandone el entrenamiento motivado por prácticas antideportivas, señala tajantemente que no.

Tengo gente que tienen ganas, no gente que pueda caer. Yo me doy cuenta de eso. En base a eso también ayudo. No voy a ayudar a cualquier persona. Si hay un tipo que es medio irresponsable y que tiene malas costumbres, es mal educado, qué se yo, no lo voy a hacer. Porque sé que va a caer en lo mismo, y el tiempo invertido va a ser perdido”, asegura.

El financiamiento es algo que siempre es tema, pero que de momento no lo ha complicado.

Califica su iniciativa como “prácticamente filantropía”.

“Nosotros lo que tenemos acá como objetivo principal es ojalá exportar peleadores al extranjero viviendo en Chile, no teniendo que salir del país, como lo hacen muchos que tienen que salir para poder optar a contrato afuera en el extranjero”, sostiene.

Foto: Instagram Casa Leme.

El financiamiento de la iniciativa funciona principalmente por auspicios. “Hemos intentado llegar a ciertos lugares, autoridades, y siempre es infructuosa la respuesta. Ante esto empecé de alguna forma a juntarme con gente que tenía microempresas, medianas empresas y esta gente se empezó a interesar en el proyecto porque veían que hay un rol social muy grande”, asegura.

Sobre el desarrollo destaca que sus peleadores “están creciendo y están logrando un buen resultado deportivo. Han crecido y les ha cambiado la vida. Entonces mucha gente que trabaja en microempresas o en pequeñas empresas le ha interesado el proyecto. Y me han ayudado obviamente con auspicios, sponsors, algunas veces con plata”.

Marcelo Sanhueza explica que no tiene como objetivo ampliar su gimnasio como un negocio. En ese sentido, señala que hoy está bien y pero que si “el día de mañana tuviéramos un número muy grande de gente que requiera ayuda, claro, podríamos armar algo más grande. Pero va todo a la mano el financiamiento”.

Estos cuatro años ha tenido que operar solo, lo que no le ha impedido impulsar carreras, a tal punto de aspirar a la UFC. Pero con el fin de mantener la dinámica, señala que se vería complicado en caso de querer ampliarse, porque no puede abarcar tanto.

“Tengo una capacidad limitada para recibir gente podré recibir siete, ocho personas. Me tengo que preocupar por los médicos de las otras personas por los contratos, por los auspicios, por los entrenamientos”, concluye.

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