Opinión
7 de Diciembre de 2024El Presidente ante empresarios y emprendedores: es lo mismo, pero no es igual
La columnista Gabriela Villalobos analiza el diferente tono en que el Presidente Gabriel Boric se ha referido a empresarios, con quienes es más duro, y emprendedores, a quienes les hace más gestos. "Hay una especie de pudor en llamarse empresario, al igual como siempre ha existido un temor en los segmentos de más altos ingresos de proclamarse como clase alta. El emprendedor pareciera ser como esa clase media, la que se aplaude por el empuje y que es más fácil de apoyar desde el Estado", escribe.
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Las siguientes dos frases se dijeron con menos de 24 horas de diferencia. La primera, el jueves 21 de noviembre en el Encuentro por Chile, una instancia para discutir sobre los desafíos del país en el largo plazo, en la que participaron autoridades de Gobierno, universidades y también representantes del sector privado. “En Chile hemos logrado aumentar de manera significativa la inversión extranjera, porque en el extranjero sí se confía en nuestro país y en sus instituciones (…) no pasa lo mismo con la inversión nacional. Hay un pesimismo ideológico de los grandes empresarios en este país”. El desenlace de la frase es conocido y bastante obvio. Causó escozor entre los empresarios.
De ahí que había bastante morbo en la pauta del Presidente del día siguiente, su participación en otro encuentro del sector privado. El Emprende Tu Mente, el Lollapalooza del mundo startup, el evento de networking más grande de América Latina que convocó a figuras emblemáticas del empresariado como al nuevo presidente de Icare y presidente de SKY, Holger Paulmann, a ejecutivos como el gerente general de Cencosud, Rodrigo Larraín. Y también figuras relativamente nuevas que manejan negocios de menos de una década pero que son valorizadas en cientos de millones de dólares. Estaba, por ejemplo, el fundador de Notco Matías Muchnik.
En sólo tres días se reunieron 45 mil personas, entre ellos el Presidente Gabriel Boric, quien se contagió del entusiasmo. “El mundo privado y el mundo público somos necesariamente aliados estratégicos, no tenemos que vernos ni como adversarios, ni como obstáculos. Somos aliados estratégicos”, dijo al momento de su visita al evento en un soleado Parque Bicentenario.
¿Cambió el Presidente? Todo buen orador sabe que el mensaje se adapta al receptor. ¿Pero era distinto el público del Encuentro por Chile al del Emprende Tu Mente? En ambos había dirigentes del sector privado. Pero uno es el añorado emprendedor y el otro el empresario, a secas.
Acá viene la tercera pregunta: ¿qué tienen de diferente un empresario a un emprendedor? Porque pareciera que los empresarios buscan ser emprendedores y los emprendedores se presentan como una especie diferente. Menos dockers, más shorts. Más polerón con capucha, menos corbata. Menos Chicago y más Silicon Valley si quisiéramos ser más sarcásticos.
Hay una especie de pudor en llamarse empresario, al igual como siempre ha existido un temor en los segmentos de más altos ingresos de proclamarse como clase alta. El emprendedor pareciera ser como esa clase media, la que se aplaude por el empuje y que es más fácil de apoyar desde el Estado. Hace unas semanas conversé con Leo Prieto, quien ya ha vendido dos empresas a grandes conglomerados. Primero los blogs Betazeta a Publimetro y luego una participación mayoritaria en su startup Odd Industries por US$8 millones. Recientemente lanzó un satélite al espacio al alero de Elon Musk. Pero como si esto no fuese suficiente, seguimos hablando de él como emprendedor.
“Parece que los emprendedores nos encantan, pero a los empresarios los odiamos (…) para mí la definición entre emprendedor y empresario es que los emprendedores buscan resolver desafíos, los empresarios buscan hacer un negocio. Entonces para mí hay empresarios que tienen un pequeño negocio”, me comentó en una conversación en radio Pauta.
Un comentario adicional: decir que se busca hacer negocios o generar rentabilidad también suele ser demonizado. Pero la verdad es que atrás de un negocio no siempre están las grandes fortunas del país. Esto ni siquiera es cierto en las principales empresas, las que cotizan en bolsa. Muchos de los accionistas que reciben el retorno del negocio son futuros pensionados a través de los fondos de pensiones. Tener claridad en esto nos permite mirar de manera diferente la figura del empresario.
Respecto a los emprendedores, uno me comentó que la diferencia está en la gestión. Un emprendedor se convertiría en empresario cuando no debe ser el responsable de cada decisión o acción del día a día. También puede ser una definición. ¿Pero significa entonces que el tamaño de la empresa define la transición de un mundo a otro?
En inglés el asunto está zanjado: el primero es un “entrepreneur” y el segundo es un “businessman”. El primero crea, el segundo rentabiliza. Ambos son necesarios para la actividad económica.
La presidenta de la Sofofa ha tenido esto claro y ha abogado para que ambos mundos se acerquen. En un encuentro de Endeavor hace tres meses, comentó que era necesario crear un espacio para acoger a los jóvenes creadores de empresas junto con las consolidadas. Por ahora eso no ha pasado. Al contrario, en paralelo al gremio bancario Abif se creó la asociación de empresas financiero-tecnológicas FinteChile. Ambos viven desafíos diferentes, pero eso ha agudizado la distinción entre empresarios y emprendedores.
El Encuentro Anual de la Industria, el clásico evento de fin de año de Sofofa, dio algunas luces al respecto. Los discursos del Presidente Boric y la dirigente Rosario Navarro se centraron en el debate sobre impuestos, algo que no es nuevo. Lo que cambió fue el escenario, se dejó el sector Oriente para convocar el encuentro en el Museo de Bellas Artes. Y ahí, entremedio del presidente de Empresas Copec, Roberto Angelini, y el empresario Juan Claro, estaban los organizadores del Emprende Tu Mente. La distancia entre ambos mundos era de metros, aunque no kilómetros.
Definir a ambos conceptos como categorías separadas no es solo un tema semántico. Con esto se aísla la innovación en solo un espacio. El empresario debe negociar con creatividad. El emprendedor debe buscar un modelo financiero sostenible y ser capaz de desligar la gestión para pensar en el largo plazo de su compañía. No solo se debe tener en mente el crecimiento de las ventas, sino la rentabilidad. Algo que las startups han tenido que aprender a golpes en los últimos años.
La verdad es que emprendedores y empresarios no están parados en veredas diferentes, sino solo en situaciones distintas. Transparentémoslo: un empresario puede ser un emprendedor y un emprendedor es un empresario.