
Tiempo Libre
19 de Febrero de 2025Inspirada en Violeta Parra, en medio de la polémica y la venta de un dibujo por 500 dólares: los detalles de la apuesta de Mon Laferte en el arte
La próxima semana, la artista inaugurará "Recolectoras" en el Museo de las Artes de la Universidad de Guadalajara, donde exhibirá nuevas piezas junto a obras de Violeta Parra, incluida una arpillera hecha con ropa donada por mujeres que fueron abusadas. Semanas atrás, debutó también en Zona Maco, una de las ferias de arte más concurridas de Ciudad de México, donde se vendieron dos obras suyas. Incluso la reconocida artista serbia Marina Abramovic pidió reunirse con ella. Todo mientras en Chile crece la controversia por su muestra “Te amo” en el Parque Cultural de Valparaíso y la carta firmada por 500 artistas denunciando “trato desigual” y “privilegios” en el circuito. “Si Mon se saltó la fila, Violeta Parra fue peor porque se saltó la del Louvre”, dice la galerista Isabel Aninat. Voluspa Jarpa y otros la defienden y van al fondo de la discusión: “¿A qué otro artista ‘amateur’ vamos a expulsar la próxima vez para sostener una jerarquía y una fila imaginaria?”.
Compartir
El pasado miércoles 5 de febrero, la galerista chilena Isabel Aninat inauguró su estand en la sección sur de Zona Maco, uno de los encuentros más relevantes y concurridos del mercado de arte latinoamericano, en Ciudad de México. Aninat viajó desde Santiago llevando consigo obras de artistas nacionales consagrados y habituales en su catálogo, como Carlos Leppe y Nicolás Franco, junto a una segunda selección de nuevos creadores. “Apuestas”, las llama Aninat, quien esta vez decidió incluir por primera vez algunas cuantas piezas del trabajo plástico de Mon Laferte.
La artista nacida en Viña del Mar en 1983 y radicada hace más de una década en México asistió a la inauguración de la feria y presentó ante una marea de gente una colección de obras de su producción más reciente, que exploran la infancia y la maternidad. Había desde óleos sobre madera y peluches de gran formato, hasta pequeños dibujos con textos escritos por la propia cantautora y basados en testimonios de mujeres que abordan la vulnerabilidad y resiliencia en la niñez.
Una de las obras más llamativas era “We are the children”, instalación visual y sonora que invitaba al público a reflexionar sobre la complejidad de ser “pequeño humano” en la sociedad actual. La obra estaba ubicada en la entrada del stand y combinaba elementos visuales y auditivos para sumergir al espectador en la perspectiva de la niñez. La artista declaró a la prensa mexicana que su inspiración provenía de su propia experiencia con la maternidad y de los desafíos que enfrentan los niños en todo el mundo.
Isabel Aninat se sintió atraída por la obra visual de Mon Laferte tras leer una columna publicada en El Mostrador a partir de su segunda muestra, “Autopoiética”, exhibida hasta hace pocas semanas en Matucana 100. Para curiosidad suya, la firmaba el sacerdote jesuita Jorge Costadoat y se titulaba “Laferte, una fuera de serie”. El autor destacaba la interpretación de la pasión de Cristo en la obra de la cantautora chilena, refiriéndose a su representación como “Crista”. “Nadie hable nunca más de Cristo sin conocer a Crista”, decía el texto.
“Decidí llevarme las obras de Mon a la feria Maco, por un lado, porque quise darle la oportunidad a una persona a la que veo con una sensibilidad extraordinaria y que además recoge y habla de todos los problemas que tienen las mujeres en esta sociedad desde una perspectiva muy humana, honesta y colaborativa”, comenta Aninat. Y añade: “En segundo lugar, creo que siempre debe haber un diálogo entre los artistas consagrados y los más jóvenes y contemporáneos. Diálogo es lo que más hace falta hoy en día en el mundo y más en el mundo del arte”.
Aninat recuerda que, tras ver su obra montada y desplegada en el espacio de la feria, Laferte le comentó: “Parece que estoy muy literal. Me voy a poner menos literal”. “Me sorprendió la mirada muy crítica de su propio trabajo, algo que es poco común entre artistas de su talla. Y lo mejor es que, lejos de desviar su camino, esta actitud la mantiene en constante evolución”, comenta.

La presencia de Mon Laferte en la feria atrajo a cientos de sus seguidores que recorrieron la muestra junto a críticos y coleccionistas de arte interesados en su nueva veta artística. No obstante, después de cuatro décadas en el negocio Aninat sabía de antemano que el éxito de público no aseguraría éxito de ventas. Muy por el contrario, dice ahora: muchas veces juega en contra. Tuvo razón.
“Estuvimos tan llenos de público los cuatro días que duró la feria que muchos potenciales compradores prefirieron pasar de largo. Mucha de esa gente iba a ver a la Mon, no a comprar obras. Perdí más dinero del que gané, pero así son las apuestas”, se lamenta.
Aninat logró vender solo dos obras de Mon Laferte: uno de sus pequeños dibujos en pequeño formato que costaba 500 dólares y un autorretrato que fue adquirido por “un coleccionista mexicano reconocido, importante” –comenta Aninat–, aunque no está autorizada a revelar su nombre.

“Sí puedo decir que es dueño de una tremenda colección –con obras de Alfredo Jaar, Carlos Leppe, Raúl Zurita y varios otros– y que acaba de comprar una casa que está arreglando y acondicionando para convertirla en un museo. Ahí es donde va a quedar esa obra. Él es una persona que estudia mucho antes de comprar”, revela la Licenciada en Filosofía y Estética, quien se reserva el monto de la transacción.
“Autorretrato” (2024) es un acrílico sobre tela de 130 x 150 cm que formó parte de su muestra “Autopoiética”, en Matucana 100. Mon Laferte se retrata a sí misma en una reinterpretación de la virgen y las imágenes religiosas con una mirada desgarrada, elemento común en sus pinturas.
Al coleccionista lo cautivó la contradicción y la tensión entre esa imagen sagrada y el sufrimiento de las mujeres que la obra de Mon Laferte canaliza, explica Aninat: “Es una obra muy poderosa y él la compró en realidad bastante barata, contrario a lo que muchos podrían pensar”, asegura.

Una arpillera contra el abuso
Tras su paso por la feria de arte en Ciudad de México, Mon Laferte volvió a encerrarse en su taller en Tepoztlán, un pueblo a poco más de 80 kilómetros de la capital, donde trabaja a diario, desde hace varias semanas, en una arpillera inspirada en los textiles de Violeta Parra, una de sus más claras referentes.
La artista borda contra el tiempo. Incluso llevó consigo el textil aún en proceso durante su viaje a Costa Rica, donde ofreció un concierto la semana pasada. Quedan pocos días para la inauguración de la muestra “Recolectoras” en el Museo de las Artes de la Universidad de Guadalajara (MUSA), donde a partir del 26 de febrero expondrá una nueva serie de obras junto a tres originales de Violeta Parra. La nueva arpillera es la gran sorpresa.
“Estoy preparando una arpillera, un bordado, inspirada en el trabajo de Violeta que toma justamente el tema de la violencia hacia la mujer como inspiración”, contó Laferte días atrás al medio Glamour, en su paso por CDMX.

“Trabajo con los textiles y telas de mujeres que fueron abusadas y quienes me dieron algunas prendas para usar en mi obra. Ha sido muy duro, la verdad, también por mi propia experiencia (…) Para esta pieza uso una técnica muy típica de Violeta Parra con textiles y plasmo mis preocupaciones en esta obra”, añadió la artista.
La colaboración de “Recolectoras” se da en el marco de la Feria Internacional de la Música de Guadalajara e involucra a diversas instituciones, entre ellas el Museo Violeta Parra, la Universidad de Guadalajara, FIM GDL, Esmerarte Industrias Creativas, Chilemúsica, el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, DIRAC y Evolución y el MUSA.
La muestra reunirá la obra visual y musical de Violeta Parra y Mon Laferte, destacando su labor de recolección local, y el diálogo entre sus creaciones. Desde Chile viajaron las tres obras que forman parte de la colección del Museo Violeta Parra; “La Huelga de los Campesinos”, “La Brujita” y “Sin título (La Cueca)”, que serán expuestas junto a las de Mon Laferte.
La apertura de la muestra, que se extenderá hasta fines de mayo, contará con una presentación musical de Javiera Parra, Camilo Salinas y Mon Laferte, quienes interpretarán canciones representativas de la obra de Violeta Parra, junto con colaboraciones inéditas.
“La obra de Mon Laferte tiene un discurso poderoso sobre ciertas problemáticas que son presentadas en sus expresiones plásticas y gráficas. En ese sentido, encontramos en su producción artística un gran canal de comunicación con la audiencia para ser conscientes de ellas y lograr una transformación social a través del arte”, comenta desde México a The Clinic Moisés Schiaffino, curador jefe del Museo de las Artes de la Universidad de Guadalajara.
“El pulso creativo de las y los creadores está en constante transformación. Es de aplaudir cuando se aventuran a explorar otros soportes y medios para que su mensaje pueda ser transmitido de la manera más fiel a lo que ellas y ellos han concebido. Mon Laferte busca ampliar sus canales de expresión. Además de la música, utiliza otros medios para que su discurso pueda ser asimilado y llegue a otros públicos, encontrando su propio tono y su propia voz como creadora”, agrega Schiaffino.
Beatriz Bustos Oyanedel, curadora de las dos exposiciones de Mon Laferte en Chile (Te amo y Autopoiética), también está detrás de Recolectoras, la muestra que la artista inaugurará en México. “La muestra reúne a dos creadoras de distintas épocas que, a través de su arte, han dado voz a grupos vulnerables y clamado por justicia. Ese es el vínculo que las une y el sentido de esta exposición: rendir homenaje a una precursora del canto nuevo a través de la música y las artes visuales”, comenta.

Cuestionado ascenso
La curadora y exdirectora del Centro Cultural La Moneda ha sido una de las principales responsables del despegue de Mon Laferte en el mundo de las artes visuales, que ha sido tan vertiginoso y meteórico como su carrera musical. En apenas cuatro años, la artista ha exhibido su trabajo en algunos de los principales museos y galerías de México y Chile.
Las críticas hacia la obra visual de Mon Laferte surgieron precisamente desde su primera exposición en la capital azteca, titulada “Gestos” (2020), cuando fue invitada a exhibir su obra como parte del festival “Tiempo de Mujeres” y artistas locales se manifestaron y cuestionaron la decisión del Museo de la Ciudad de México de darle espacio a una figura sin trayectoria en las artes visuales.
A pesar de las controversias, el avance de su obra no se detuvo. En 2023, la artista presentó “Te amo: Mon Laferte Visual”, su primera y exitosísima muestra en Chile, en el GAM (con más de 70 mil visitas) y, actualmente y hasta el 16 de marzo, en el Parque Cultural de Valparaíso, donde ya suman casi cinco mil. “Las exposiciones de Mon Laferte han convocado nuevas audiencias que, gracias a su música, se han acercado a las artes visuales, lo que representa un aporte para todo el sector”, opina Bustos.
“‘Te amo’ es una muestra cercana, que nos introduce a su faceta multidisciplinaria a través de dibujos, pintura e instalaciones, abordando temas como el amor, el desamor y la justicia. Autopoiética, en cambio, es más compleja y pone en escena el abuso sexual, pero siempre desde la resiliencia y la construcción colectiva, entregando una mirada de esperanza a pesar del dolor”, agrega.

La curadora ha seguido de cerca el resurgimiento de las críticas y la carta abierta firmada por cerca de 500 artistas visuales que cuestionan el acceso privilegiado de la cantante a estos lugares, muchas veces inalcanzables para otros creadores emergentes. Los firmantes exigían también que se restituyera en su cargo al Jefe Programación del PCdV, Alfonso Yáñez, quien habría sido despedido por defender la presencia de otras exhibiciones que estaban programadas previo a la muestra de la cantautora.
El Parque Cultural de Valparaíso salió en defensa de Mon Laferte a través de un comunicado que destacaba su apoyo constante a la comunidad artística y lamentaron que se “intente afectar la imagen de la artista”, quien recientemente fue nombrada Embajadora Cultural de la Ciudad Puerto por el Presidente Gabriel Boric.
El PCdV también enfatizó que la institución sigue comprometida con la promoción de artistas nacionales y subrayaron que el 74% de las actividades que organiza son gratuitas, brindando acceso a diferentes expresiones culturales. Esta postura refleja la independencia del centro y su continuo respaldo a la creación artística local.
Bustos plantea que estos debates son necesarios y han rondado la escena por años, pero tiene sus reparos: “Es fundamental que en Chile discutamos de manera seria e informada la necesidad de que los espacios culturales y museos amplíen audiencias sin perder excelencia, los límites –o su ausencia– entre arte popular, artesanía y arte contemporáneo, y el rol de curadores y programadores en la configuración de estos espacios. ¿Deben existir convocatorias? ¿Es esencial que cada institución tenga líneas curatoriales y mesas editoriales que articulen sus programaciones?”, se pregunta la curadora.
Aninat cita una vieja frase que le quedó del fallecido Premio Nacional de Artes, José Balmes para abrir otra reflexiona al respecto: “Balmes decía: ‘Cuando el diablo entra a la catedral, se puede terminar convirtiendo’. Eso quiere decir que mientras más cantidad de gente entre a un museo, a un instituto de arte, a una galería, más gente va a volver y eso nos ayuda a todos”, dice la galerista.
“¿Cuál fila se saltó supuestamente Mon Laferte? ¿Es un supermercado? Si Mon se saltó la fila, Violeta Parra fue peor, porque se saltó la del Louvre. No es LA artista, así, en mayúscula, pero va por un muy buen camino y habrá que ver cómo evoluciona. Lo indudable es que sus letras llegan a muchos jóvenes, especialmente mujeres, y sus creaciones funcionan como un canal para el sufrimiento de quienes la siguen, un ejercicio liberador de vivencias traumáticas o de un dolor compartido”, agrega.

Aninat considera que el creciente interés internacional en la obra visual de Mon Laferte ha sido desplazado de la conversación. Revela además que Mon fue becada por la artista serbia Marina Abramovic para un futuro proyecto.
“Marina Abramovic se encuentra actualmente preparando una muestra en México y pidió reunirse personalmente con ella para trabajar en un proyecto. O sea, hay una reivindicación y una atención internacional del trabajo de Mon Laferte como artista visual que ha venido posicionándose en México, que es un súper buen mercado, pero en Chile… (ríe) bueno, en Chile sigue todo estancado en el chaqueteo y el cahuineo de siempre”, opina la galerista.
Artistas como Francisco Tapia (“Papas Fritas”) y Seba Calfuqueo se manifestaron también en las últimas horas en favor de la artista a través de sus redes. En una extensa carta abierta, la artista Voluspa Jarpa puso énfasis en el contenido de la obra de Laferte y en lo que, a su juicio, ha sido ignorado en las críticas.
“¿A qué otro artista “amateur” vamos a expulsar la próxima vez para sostener una jerarquía y una fila imaginaria? ¿A los famosos, las famosas, los que vienen de otros mundos, los artesanos, los pobres, los ricos, los blancos, los viejos, los muy jóvenes, los que no han sufrido lo suficiente? Sé que esto está mal argumentado, porque, por sobre todas las cosas, el arte es un espacio de libertad y encuentro de diversidades, y siendo así, caben todas”, escribió.
Para Jarpa, hay un vacío en el debate que ha dejado totalmente fuera el análisis de la propuesta visual de la cantante: “Me pregunto por qué mis colegas, especialistas e interesados en las artes, no hacen ninguna mención a este trabajo en su cualidad artística. La capacidad expresiva de esa obra, el trabajo intersubjetivo con otras mujeres que han vivido procesos de violencia, pobreza, abuso y abandono, y, desde mi punto de vista, una capacidad iconográfica y pictórica que no había visto en esta escena ni en muchas otras, ¿no merecen ninguna línea ni mención en sus críticas? (…) ¿Es que nadie quiere leer esas imágenes o simplemente no son capaces?”, propone.
“Estos nuevos símbolos generados por una artista mujer, desde sus vivencias personales, nos ayudan a entender qué es el abuso, el abandono y la violencia; su sufrimiento y su superación, de la que sin duda Mon Laferte da cuenta en su trabajo musical, visual, performático y en todos los géneros en que quiera explorar”.

La discusión de fondo
El poeta, librero, editor –además de galerista y curador– de Metales Pesados, Sergio Parra visitó la muestra “Autopoiética” de Mon Laferte y recuerda haberse sentido “gratamente sorprendido con haber descubierto esta otra faceta de ella”.
Al teléfono, Parra dice que considera que, en general, “hay un desconocimiento de su obra y de su trayectoria, como sucede con muchos otros artistas que cuando hacen ruido, todos saltan”. También pone el acento en el cobro de entradas a las exposiciones de la artista, otra de las críticas injustas que surgieron en esta pasada, a su parecer.
“En México, Mon Laferte expone sin cobrar un peso, mientras que en Chile sus muestras son gestionadas por una productora privada con aportes públicos, como FITAM, que cobra entrada para todo. Entonces, no sé por qué se extrañan ahora”, dice Sergio Parra.
“El 80% de las muestras que vemos en Chile están financiadas por el Estado porque es probablemente la única vía de financiamiento que existe para los artistas, y no solo para los jóvenes o emergentes. Mon Laferte es una artista de trayectoria y de renombre internacional que puede conseguir ese financiamiento en otros lugares y así como Bob Dylan o como David Bowie o como Yoko Ono, incluso ¿no?, que siempre ha sido cuestionada por su arte participativo, por estar ahí a medio camino, Mon Laferte puede encontrar otros medios y otros soportes para canalizar su mensaje más allá de la música”.
El artista visual y director de cine Cristóbal León, conocido por películas como Los Hiperbóreos y La Casa Lobo, observa con distancia la controversia de los últimos días y el rechazo expresado en la carta firmada por cerca de 500 artistas. Para él, el foco del debate parece haberse desviado.
“Yo entiendo que la carta de los 500 artistas está centrada en que echaron a alguien por oponerse a que esta exposición se haga en desmedro de una expo que estaba anteriormente agendada. Lo cual me parecería grave, pero es un caso que desconozco la verdad. De ser ese el caso, me parece un despido completamente injustificado”, señala León a The Clinic.
Sin embargo, cuestiona la resistencia que ha generado la presencia de la cantante en el mundo del arte y la idea de que espectáculo y artes visuales corren en pistas separadas.
“No entiendo mucho la gran resistencia que ha provocado la irrupción de Mon Laferte con sus exposiciones. Ni tampoco entiendo esa idea de pensar en el espectáculo como gente que está al otro lado de algo. No entiendo por qué no podemos pensar el arte como una especie de espectáculo también. Y no entiendo cómo el hecho de que Mon Laferte traiga gente a los espacios de artes visuales podría perjudicarnos. Más bien me parece lo contrario. Seguramente mucha gente entró por primera vez a una exposición gracias a Mon Laferte”, concluye.