
"Provengo de la extrema pobreza", dice en esta entrevista la candidata presidencial del Partido Comunista, Jeannette Jara. Además, responde a quienes la han criticado por su postura sobre Cuba y de compañeros de su partido por Venezuela. No solo eso, también llama al diputado Johannes Kaiser (PNL) a pedir un permiso sin goce de sueldo en su labor en el Congreso, lo que salpica a sus contendores en el oficialismo. "Las primarias en Chile tienen una vía de financiamiento, que no es la dieta parlamentaria, pero eso es una decisión de cada candidato", dice. También agrega: "Aquí hay tres candidatos que defienden la dictadura que, estando en Chile, mató a chilenos, y a mí se me hace rendir una especie de test respecto de otros países".
Compartir
Son pasadas las 12 de la tarde del miércoles y los partidos del oficialismo acaban de inscribir su candidatura presidencial para las primarias en la sede del Servel. En ellas competirán: Gonzalo Winter (Frente Amplio), Jeannette Jara (Partido Comunista), Carolina Tohá (PPD) y Jaime Mulet (FRVS).
“Jeaaaannette, rima con Bachelet”, grita uno de los asistentes que apoya a la candidata comunista, haciendo uso de la reiterada comparación que se le hace con la expresidenta, militante del Partido Socialista.
La mayoría de quienes apoyan a Jeannette Jara a las afueras del Sevel son de la tercera edad.
Otro hombre, de 72 años, pipa en mano y una bandera del Partido Comunista cruzada en el brazo, se acerca a saludar a Jara, la exministra del Trabajo y flamante candidata del partido en el que milita desde los 14 años.
Es José Carmona, militante del PC. Fue torturado en Isla Dawson y actualmente es concejal por Peñaflor. Al saludar a Jara le caen lágrimas.
“Me va a hacer llorar compañero”, le dice Jeannette Jara. A todos los que saluda les dice compañero y los trata de usted. “Se siente una emoción diferente ser candidata”, le dice a otro.
Carmona no se aguanta. “Es que le he visto toda su historia, la conozco de cerca. Ella vivió de allegada, vivió en una mediagua”, le explica a los presentes.
Jeannette Jara tiene que seguir su trayecto. Acompañada de un escolta -que la sigue desde que recibió tres amenazas de muerte y que le impide retomar la normalidad como civil tras dejar el Gobierno- se dirige a un café a reunirse con sus voceros: los alcaldes Fares Jadue, Javiera Reyes y Joel Olmos. Con ellos se junta en el Magikoffee -de temática animé- luego de la promulgación en el Servel.
Tras ello, en el Instituto de Ciencias Alejandro Lipschutz (ICAL), su sede programática, la exministra recibe a The Clinic. Está cansada.



—¿Cómo se va a diferenciar de los demás candidatos entre tanto hablar de unidad?
—Principalmente, pensamos que se va a dar en dos ejes la diferenciación desde mi campaña. Desde poder mostrar los avances de gestión que hemos tenido y que son efectivos. No son solamente aspiraciones o promesas. Bajo mi liderazgo como ministra -y en conjunto con otros colegas como el ministro de Hacienda, Mario Marcel, o en otras materias como con la ministra Antonia Orellana-, pudimos llevar adelante varios logros. Como el salario mínimo, la Ley Karin, las 40 horas y la reforma de pensiones.
En segundo lugar, en lo programático. En las soluciones que se proponen para los dolores de Chile seguramente van a haber diferentes énfasis. Como los debates no se han dado, me puedo referir solo a mis propuestas. Lo que buscamos es que, junto con impulsar el crecimiento de Chile y que llegue a los sectores empresariales de Chile, esto se refleje también en la mesa de todas las familias chilenas. Es decir, que tengamos salarios que sean suficientes para la vida. Queremos cambiar el concepto del salario mínimo al “salario vital”. Y transparentar una discusión viendo realmente lo que una familia gasta para vivir.
—Eso coincide con la solicitud de la CUT de aumentar en 2029 el sueldo mínimo a un millón de pesos.
—Esta es una discusión que se está dando en el mundo, cambiar de lo mínimo a lo necesario. Tiene mucho sentido para construir una sociedad que tenga cohesión social. Porque si hay un millón de personas ganando el salario mínimo, hay varios millones más que solo ganan un poco más que eso, y a esas personas no les alcanza para vivir. En segundo lugar, el monto que nosotros hemos estimado para una familia de cuatro personas asciende a $750 mil pesos. Y eso es lo que vamos a impulsar en mi gobierno si me eligen presidenta.
—Esos $750 mil, ¿no generarían un fuerte impacto en las empresas, en las pymes?
—La idea es hacerlo gradual, con apoyo a las pymes. Vendría complementado con una modificación que fortalezca a las pymes. En Chile las pymes son grandes empleadoras, dan mucho trabajo, pero pagan más bajos salarios que las grandes empresas. Y no porque las pymes elijan hacerlo, sino porque participan de los servicios y las ventas del mercado en cerca del 13%. Entonces el mercado chileno está concentrado en muy pocas empresas. Y nosotros vamos a impulsar normas que combatan esta concentración económica para que las medianas empresas tengan mayor participación.
—¿Había diferencias entre usted y Carolina Tohá en el comité político? Desde lo político-estratégico.
—Mire, de las labores que cumplí en el Gobierno yo mantengo mi reserva, porque me parece que es muy poco adecuado que ahora me dedique a abrir conversaciones internas.
—¿Pero hoy tienen diferencias?
—Creo que hay algunos matices. Experiencias y trayectorias distintas. Hay diferencias en los énfasis que cada una quiere colocar en su programa de gobierno. Pero que son propias de que venimos de identidades políticas que forman parte del amplio espectro de la izquierda, que en esencia son distintas.
—¿En qué sentido?
—Hoy creo que se manifestaron algunos de los énfasis diferentes. Incluso en el lanzamiento de la primaria. Pero si se fija, el foco de cada discurso abordó algunos temas centrales. Mi foco estuvo en el crecimiento, los derechos sociales y de la distribución de frutos de este país que es grande y hermoso, que espero que lleguen a todos. Y los demás candidatos manifestaron algunas otras cosas. Eran otros los focos que ponían.
—El candidato Mulet habló de candidatos de más y de menos izquierda. ¿Usted está a la izquierda?
—Me quedé pensando en cuál de los lugares él se ubicaba. Yo no lo sé. Esto no es un test de quién es más de izquierda, porque no tiene ningún sentido. Lo que tenemos que hacer es medir nuestras propuestas para convencer a los ciudadanos de Chile, que en su mayoría no son militantes.

“Provengo de la extrema pobreza”
Jeannette Jara comenzó a trabajar a los 13 años, un año antes de empezar a militar en el Partido Comunista. En un principio como temporera, en Huechuraba, después en un local de completos familiar y en la etapa universitaria combinó sus estudios con labores de promotora en supermercados de la marca de pavo Sopraval.
“Provengo de la extrema pobreza. Y no lo digo con ningún ánimo de dar pena. Hoy, por cierto, pertenezco a los sectores medios de la sociedad y también lo asumo. El camino fue largo, harto esfuerzo, trabajando desde muy pequeña”, dice Jeannette Jara.
—Cuando habla de trayectoria, la de usted se aleja a la de los candidatos que, en general, vienen de élites diferentes.
—Puedo hablar más de mí que de los demás, porque acá cada uno tiene que contar su propia historia. He recorrido un largo camino para llegar a esta responsabilidad en la que hoy estoy. Espero que para los niños del mañana ese camino no tenga que ser tan difícil.
—¿Y la militancia? ¿De dónde viene?
—Empecé a los 14 años. Fíjate que no tengo una familia que haya sido política. Tenía su ideas por cierto, todos habían votado por Allende, pero en mi familia no hay víctimas directas. Pero sentía una motivación, quería luchar para que los demás no tuvieran que vivir lo que viví.
—¿Le da una ventaja por sobre el resto lo que vivió?
—No en temas electorales. No va a decidir una elección, pero sí ayuda a la formulación de las políticas públicas con una mirada especial. En una actividad de Techo me ocurrió algo, el rostro de las mujeres en campamentos hizo que recordara la cara de mis padres. De cuando era pequeña. Me conmovió.
—Pero vivía con sus abuelos.
—Sí. La casa de mis abuelos era un terreno antiguo grande, nosotros vivíamos atrás en una mediagua, pero ellos eran los dueños de casa. Nosotros atrás no teníamos acceso a agua potable, había que ir a los baños y cocina de ellos. En algún momento mis papás decidieron irse y se fueron a un campamento, duramos pocos meses, y volvimos donde mis abuelos. Después les salió la casa propia. Y después mi papá se tuvo que ir a buscar horizontes laborales a otro país. Por eso estudié en tantos colegios. En la media estudié en tres colegios.

“Qué tiene que ver otro país en un proyecto político presidencial para Chile, aquí hay tres candidatos que defienden la dictadura”
El miércoles, en la sede del Servel, otro hombre llamó la atención. Al fondo había otra bandera de Jara que generó comentarios, ya que quien la flameaba tenía otro cartel que decía: “Jadue libre”, en referencia al arresto domiciliario de Daniel Jadue, exalcalde de Recoleta y el último candidato presidencial que tuvo el PC, que hizo una campaña histórica en votación para el partido cuando perdió en la primaria frente a Gabriel Boric.
El exedil, además, era la otra alternativa dentro del partido para competir por la presidencia. Pero finalmente optaron por Jeannette Jara.
—Se habló de una disputa Jadue y Jara. ¿Fue tan así?
—No es así. Yo sé a ciencia cierta que nunca fue real que el compañero Daniel Jadue me vetó. ¿Cuál era el ánimo? Parece que despertamos mucha curiosidad los comunistas. Por cierto no pensamos igual, no tenemos las mismas formas, ni el mismo ímpetu, Daniel es un orador, yo tengo un estilo distinto. En algunas cosas estamos más cerca, en otras más distanciados. Somos compañeros de partido, no tenemos relación cotidiana. Pero de ahí a que hubiese un quiebre, una división interna, eso era más especulación.
—Una persona en el PC tenía un cartel que decía “Jadue libre”. ¿Actuó mal la justicia con el exalcalde? ¿O está de acuerdo en no mezclar, no opinar de otros poderes del Estado?
—Lo que le puedo decir es que creo que es importante que todos podamos tener derecho a la defensa. Creo que ha sido un periodo muy largo el proceso que se ha llevado adelante con Daniel Jadue, pediría mayor celeridad.
—Esta semana dejó la ventana abierta a renunciar al partido de ganar la primaria y después lo descartó. ¿Ha pensado alguna vez en renunciar al PC?
—Como lo he señalado, si no lo he hecho por convicciones, por razones electorales menos lo voy a hacer. Estoy disponible para hacer todos los gestos de unidad, eso sí. Una vez tuve militancia menos activa, que fue cuando fui mamá. Somos un partido político, no una secta. Actuamos en unidad, lo que no significa que no tengamos diferencias.
—Lo de la reforma de pensiones fue tenso.
—Estoy segura que a cada uno de mis compañeras y compañeros les costó aprobar la reforma de pensiones. A mí me costó llevarla adelante. Los entiendo. Pero no podíamos fracasar por tercera vez como país, ese es el punto.
—Como presidenta, ¿impulsaría el fin de las AFP?
—Impulsaría el fin de las AFP. Esta reforma no pude hacerla porque en el Congreso hay un sector que las defiende. Si tenemos mayoría política y social yo voy a impulsar el fin de las AFP. No es por un capricho, porque las pensiones no son el mercado de las papas. Son un derecho social. Evidentemente los ahorros seguirán siendo invertidos y no guardados bajo un colchón, o expropiados, como dicen las fake news.
—Dijo que Cuba no era una dictadura. ¿Lo sostiene?
—Es la vez número 44 que me lo preguntan. De eso ya hablé. Ya hablé de Cuba y de Venezuela y quiero ser presidenta de Chile, no de esos países.
—¿No está arrepentida de lo que dijo de Cuba?
—Ya di mi respuesta.
—Cumplo con preguntarle, también pensando en las críticas que generó. Porque cuando la gente le pregunta si renunciaría al PC tiene que ver con eso.
—¿Pero qué tiene que ver otro país en un proyecto político presidencial para Chile? Aquí hay tres candidatos que defienden la dictadura que, estando en Chile, mató a chilenos. Y se están presentando para presidentes y a mí se me hace rendir una especie de test respecto de otros países. La verdad, creo que no corresponde.
—Es que no se entiende lo complejo que resulta para el PC reconocer cosas evidentes de otros países, como Venezuela. Eso entrampa y genera la discusión.
—Ya presenté la opinión sobre ambos países. Es lo que dije. Me enfoco en nuestro país. He sido sumamente clara en que no pretendo ni conculcar derechos, ni expropiar, ni quitarle las cosas a nadie, sino que lo único que creo necesario es que si este país quiere construirse en una cohesión social de verdad, tiene que haber una mejor distribución de los frutos de este país, que le alcancen a todos. Uno de los mecanismos es mejorar salarios, la negociación ramal, incentivar participación de las pymes en el mercado, mejorar la salud pública.

“Las primarias en Chile tienen una vía de financiamiento, que no es la dieta parlamentaria, pero es una decisión de cada candidato”
Desde que Jeannette Jara es candidata ha opinado con más soltura. Estar en el Gobierno, y ser parte del comité político, le impedía abordar polémicas o enfrentarse a distintos candidatos de la oposición.
Una de las peleas más tensas fue con Johannes Kaiser (Partido Nacional Libertario), quien la criticó por supuestamente aprovechar su rol de ministra para hacer campaña. Jara le retrucó que es diputado y lleva meses haciendo propaganda electoral.
—Con respecto a polémicas, usted dijo que los candidatos parlamentarios, a propósito de Johannes Kaiser, deberían renunciar a su sueldo. ¿Deberían pedir permiso sin goce?
—Me quedo con lo que dijo el diputado Alberto Undurraga: las primarias en Chile tienen una vía de financiamiento, que no es la dieta parlamentaria, pero eso es una decisión de cada candidato. A Kaiser no le pediría renunciar a su cargo, como él trató de instalar, sino que no puede estar de candidato y a la vez de parlamentario, si ese es el tema.
—Pero hoy estaba al lado de Gonzalo Winter y Jaime Mulet, que son diputados.
—Pero es decisión de ellos. Mi tema no es con ellos, mi tema es con Kaiser.
—Pero sí cree que los parlamentarios deberían pedir permiso sin goce de sueldo.
—Del único que he hablado es de Kaiser. Y lo digo con esta seriedad, porque Kaiser se dio el lujo de levantar una serie de acusaciones en mi contra, respecto de la mala utilización de recursos públicos y no es efectivo y no se lo tengo por qué permitir. Y en eso quiero ser sumamente clara. Se me presentaron 13 requerimientos a Contraloría cuando fui ministra, y hubo un juicio que levantó el exsubsecretario Larraín, en todos ellos perdieron. Y después nadie ofreció alguna aclaración, disculpa o consuelo.
—Pero si Kaiser se tiene que pedir permiso sin goce, sus compañeros de primaria también tendrían que hacerlo.
—Solamente me refiero a Kaiser porque es el que me trató de esa forma y no se lo voy a permitir.
—También respondió duramente a Matthei cuando justificó muertes en la dictadura.
—Creo que la frase develó lo que efectivamente pensaba Evelyn Matthei. Pero, además, retrocedió en todo lo que fue el reconocimiento que hizo el presidente Piñera en su momento del rol que jugaron civiles y militares. Y los cómplices pasivos. Creo que en un afán electoral, pero también que efectivamente es lo que piensa y se le salió, hizo retroceder a la derecha chilena mucho tiempo, mucha historia. Generó mucho dolor además. Es incomprensible que alguien pueda justificar que se mate a compatriotas.

“El estallido manifestó dolores en nuestro país que no se han solucionado”
Esta semana hubo otra contingencia que tocó la fibra de Jara. Fueron los videos que publicó Ciper del excarabinero Claudio Crespo, quien está en juicio por el caso Gustavo Gática, en que hablaba de “sacar los ojos” a manifestantes.
“He escuchado las palabras de Claudio Crespo y me siento profundamente violentada. Son totalmente inaceptables y no corresponden a lo que esperamos de un funcionario policial. Le mando un fraternal abrazo a #GustavoGatica. Espero la justicia actúe y se evite la impunidad”, escribió Jara en su cuenta de X.
—En la Radio Nuevo Mundo, del Partido Comunista, se habla mucho de las demandas del estallido social que siguen vigentes.
—El estallido manifestó dolores que hay en nuestro país que no se han solucionado. Se han hecho intentos, como las 40 horas o la reforma de pensiones, pero hay otros dolores que no se han solucionado y eso es una realidad. La mejor inversión económica y social es la cohesión social y para eso se tienen que solucionar esos problemas. Esto que señala la derecha de que el estallido fue un evento delictual, ni siquiera ellos lo creen. La gente más reflexiva sabe que no es así. Si queremos tener un futuro esperanzador, el desarrollo en Chile le tiene que llegar a todos y esos dolores se tienen que solucionar. La gente no salió a manifestarse porque fuera delincuente. Salió a manifestarse porque estaba aburrida de los abusos y negar esa realidad es algo que no nos hace bien.
—Pero es innegable la violencia de los manifestantes.
—De algunos manifestantes.