
Investigación
3 de Junio de 2025Más de 200 escrituras perdidas: caos en la Primera Notaría de Santiago incluye a empresas del Grupo Salfa, Boetsch y de un empresario fallecido
"Dimos vuelta la notaría", dice el actual jefe de la Primera Notaría de Santiago para ilustrar el problema. Cientos de escrituras perdidas, inconsistencias graves y una querella de por medio que apunta al exnotario interino y otros cuatro exfuncionarios. A pesar de que aún no está claro cuál era el objetivo de las irregularidades, el actual notario afirma que no es mero desorden: la alta cantidad de casos y la nula colaboración de los acusados podría esconder incluso una trama por cohecho. Este reportaje es una colaboración entre el área de Investigación de The Clinic y el medio LaBot.
Por Gabriela Pizarro y Francisca Skoknic (LaBot)Compartir
El pasado 10 de abril, el abogado Cristian Camilla llegó a la 1° Notaría de Santiago para asumir como notario. Pero el escenario que lo recibió era de total caos: el sistema informático no funcionaba, la identificación biométrica para individualizar a los clientes estaba fuera de servicio y el notario antecesor ni siquiera había dejado un acta de traspaso.
Al poco andar Camilla se percató de que la situación era aún más grave. Había escrituras perdidas, numerosos registros duplicados e inconsistencias graves. Los libros donde se archivaban las escrituras tenían indicios de haber sido manipulados, con hojas que se salían y otras cuyo color no calzaba con el de las originales.
El caso fue destapado por el medio LaBot, a mediados de mayo. Para este reportaje, el área de Investigación de The Clinic se unió a LaBot para encontrar más pistas sobre lo que se esconde tras el descalabro.
Antes de Camilla, la institución estuvo 15 meses bajo el mando del notario interino Rodrigo Farías Picón. Pero ni él ni los funcionarios de mayor rango que trabajaban a su lado estuvieron dispuestos a resolver las dudas del nuevo notario. Ante tal panorama, Camilla solicitó la presencia del ministro visitador de la Corte de Apelaciones de Santiago a cargo de fiscalizar esa notaría, Fernando Guzmán, quien finalmente instruyó investigar las irregularidades, presentar una denuncia criminal ante el Ministerio Público y un informe ante el pleno de la Corte.
Ese informe fue presentado por Camilla el viernes 30 de mayo recién pasado: en él se identificaron más de 200 escrituras desaparecidas, documentos inscritos bajo coordenadas duplicadas, registros que no calzan con los documentos originales, entre otras irregularidades. Un caos que hasta el momento solo acumula preguntas. ¿Cómo y por qué se manipularon los documentos? ¿Cuál era el objetivo?
Aunque hasta ahora esas preguntas siguen sin respuesta, para Camilla es bastante lógico que los funcionarios involucrados lo hicieron a cambio de dinero, por la masividad de las irregularidades y la nula colaboración que hubo por parte de los acusados: “Distinto hubiese sido si los funcionarios hubiesen dicho ‘en realidad nos equivocamos, somos extremadamente desordenados, pero bueno, salgamos todos a buscar la escritura, veamos cómo lo hacemos’”, cuenta el notario. Pero en lugar de eso solo encontró evasivas.
El 5 de mayo Camilla presentó una querella por falsificación de documento público en contra del exnotario interino, Rodrigo Farías Picón y otros cuatro funcionarios de la institución, donde se les acusa de actuar concertadamente para cometer los ilícitos y borrar los rastros.
“No existe ninguna explicación plausible para el actuar doloso de éste (Farías) que no sea la posibilidad de encontrarnos además frente a un posible delito de cohecho, ya que su actuar en toda esta trama solo puede entenderse y justificarse, en la expectativa de obtener una recompensa, dádiva o pago, sea en dinero o no, para quien estaba a cargo de este oficio notarial, motivándolo a apartarse de la rectitud y buen proceder propios de un funcionario o servidor público”, afirma la querella.
En entrevista para este reportaje, Camilla explicó que por cada escritura perdida deberá abrirse una causa judicial, donde se llevará el proceso para reconstituir el documento. El notario afirmó que hasta ahora no han existido casos de clientes que se hayan acercado a solicitar copia de algún documento perdido. Según él, la notaría ha comenzado de a poco a notificar a los afectados, aunque por el momento no han surgido casos de clientes perjudicados por las irregularidades.
Entre las cientos de escrituras perdidas hay compraventas de inmuebles, acuerdos extrajudiciales, modificaciones de empresas, contratos, entre muchos otros tipos de documentos que fueron protocolizados en la notaría. Y aunque no está claro con qué fin fueron manipulados o extraviados, hay casos ocurridos en otras notarías que podrían aportar pistas.
Entre los clientes afectados hay empresas conocidas, como la inmobiliaria SMU, parte del Grupo Saieh, que figura con al menos cinco escrituras desaparecidas por cesiones y compraventas de propiedades. Otras empresas grandes como el grupo Salfa y el holding inmobiliario Boetsch también acumulan varios casos, principalmente por la desaparición de escrituras de compraventa y de modificaciones de empresas vinculadas.
Entre los afectados llama la atención el caso del empresario Adolfo Marín Groestater, fallecido durante noviembre de 2024. Justo en ese mes, hay al menos siete empresas —que quedaron en manos de sus hijos y su viuda— cuyas modificaciones fueron legalizadas en la 1° Notaría de Santiago durante el periodo de Rodrigo Farías. Todas esas escrituras hoy se encuentran perdidas.
The Clinic intentó comunicarse por distintas vías con Rodrigo Farías y los cuatro funcionarios individualizados en la querella. Solo la abogada de una de las funcionarias, quien ejercía como administradora general de la notaría, contestó a las consultas de este medio, asegurando que ni ella ni su clienta estaban al tanto de la querella, que no ha sido notificada y que por ahora solo estaban resolviendo temas laborales. Sobre las irregularidades, dijo no tener ningún antecedente.
“Dimos vuelta la notaría”
Sin duda, entre las irregularidades más complejas descubiertas por el notario actual está la desaparición de escrituras. Hasta ahora, la investigación de Cristian Camilla ha permitido identificar más de 200 escrituras cuya matriz está extraviada.
La matriz es el documento original. Es la escritura base donde los clientes firman físicamente, “porque después nosotros damos copia, que son las que se van con firma electrónica avanzada”, explica Camilla. Una de las tareas fundamentales de una notaría es resguardar esos originales, pero según el notario actual, en más de 200 casos no fue posible encontrarlos.
“Las escrituras no están y eso es un hecho objetivo, o sea, no estamos inventando. Derechamente no están, dimos vuelta la notaría, yo saqué un montón de basura y cosas que estaban de más, y revisé cada papel que botábamos con todo el equipo para evitar que, a lo mejor, en esta limpieza que hicimos se fuera alguna escritura a la basura por error o casualidad”, cuenta Camilla.
En condiciones normales, la notaría resguarda esos originales durante un año, y luego arma libros con esas escrituras para que sean enviados al archivero judicial. Al llegar a la notaría en abril de este año, justamente en esos libros Camilla se dio cuenta de que algo no andaba bien:
“Los libros los revisamos y hay hojas que se salen derechamente (…) nunca me había tocado ver que las hojas de los libros se salieran de esa manera”, asegura el notario. “Estos libros cuando se hacen, se cortan y después, igual que todos los libros, se engoman, esto quiere decir que por los bordes les pasan una cola fría especial para evitar que se salga la hoja. Y había varios que tenían estas hojas que se salían un poco. Hay unas que, incluso, eran como de un color distinto, entonces nos llamó mucho, mucho la atención eso y fue, en realidad, una de las cosas que nos alertó que podría haber existido derechamente una alteración a estos libros”, explica Camilla.
De acuerdo al notario, para reconstituir las escrituras perdidas deberá abrirse una causa judicial por cada una. Allí, será el Ministerio Público el que determinará cómo se tendrá que proceder para poder reconstituir el documento.

“Siempre hay un motivo detrás de esto y nosotros nos ponemos en el peor de los escenarios para que el Ministerio Público sepa por parte nuestra que estamos realmente preocupados y que sabemos que acá puede haber perjuicios importantes para las personas en caso de que no encontremos (la escritura) o incluso no podamos reconstituirla”, explica Camilla, apuntando a que en muchos casos la reconstitución no será tan simple. “Probablemente haya gente que no esté en Chile hoy día, o probablemente personas que ya hayan muerto”, acota.
Este último es justamente el caso en al menos seis escrituras de noviembre de 2024. Según el informe preliminar elaborado por el notario Camilla, ese mes la notaría legalizó modificaciones a seis sociedades del empresario Gustavo Marín Groetaers, quien falleció el 26 de noviembre de 2024. La matriz de esas seis escrituras hoy está desaparecida. The Clinic intentó comunicarse con dos de los hijos de Gustavo Marín, quienes hoy controlan las empresas del fallecido empresario, pero no obtuvo respuesta.
Entre los cientos de afectados por escrituras extraviadas hay varios nombres conocidos. La inmobiliaria SMU, parte del Grupo Saieh, figura con al menos cinco escrituras perdidas: dos cesiones inmobiliarias y tres compraventas de inmuebles. Desde la empresa indicaron a The Clinic estar al tanto, pero afirmaron que “sería un tema de administración y gestión entre el cambio del notario anterior y el actual”.
Una situación similar ocurre con al menos 16 escrituras vinculadas al holding inmobiliario Boetsch, cuyas matrices están desaparecidas. La mayoría de los documentos son compraventas, contratos y modificaciones a la empresa principal. Consultado por The Clinic, Juan José Domaire, fiscal interno de Boetsch, indicó que no estaban al tanto del extravío de las escrituras, pero aclaró que hasta el momento no les ha traído problemas: “Lo vemos como un tema interno de ellos, de momento no nos ha significado ningún problema, por lo que esperamos que se aclare internamente”.
Desde la notaría, Camilla explica que han ido poniéndose en contacto con los clientes afectados de manera paulatina, aunque aclara que eso se cumplirá con todos una vez que se abran las causas judiciales para reconstituir las escrituras.
Las otras irregularidades
Además de las escrituras perdidas, la investigación interna del notario Camilla ha logrado identificar otros problemas. Uno de los más repetitivos es la duplicación del número de repertorio, una cifra que funciona como índice para ubicar las escrituras en los libros. En muchos casos, se identificaron escrituras archivadas bajo un número de repertorio que ya había sido ocupado para una escritura anterior.
Según el informe preliminar elaborado por Camilla, los funcionarios consultados por este punto dijeron que la duplicación fue un error provocado por el sistema “GesNot”, usado en la notaría para manejar los repertorios. Pero Camilla duda de esa versión.
“GesNot es una plataforma que es comúnmente usada por notarios. Yo la utilicé en un momento en Los Ángeles, cuando fui interino, y a mi juicio siempre funcionó bien. Al menos en mi experiencia nunca tuvimos ese tipo de problema”, explica. Según él, la única forma de que ocurran estas duplicaciones es que los mismos funcionarios pidan la autorización, “por ejemplo cuando se equivocan o quisieron hacer un acto que era otro, por ahí puede generarse un desorden con los repertorios, pero no es algo que pueda ocurrir de manera muy fácil, sin vallas”, afirma Camilla.
Según el relato del notario, cuando se encontró con la situación pidió hablar con el dueño de la empresa a cargo del sistema GesNot, Carlos Pardo: “Carlos es sumamente estructurado, muy responsable, y por eso me junté con él y le pedí que él me comentara un poco si es que sus protocolos habían cambiado. Me comentó que efectivamente no habían cambiado, siguen siendo los mismos. Por lo tanto, ahí descubrimos que en efecto no era algo del sistema, era un tema de los funcionarios”.
Además de los repertorios duplicados, en la revisión de los documentos se encontraron inconsistencias graves: escrituras con fechas cambiadas, nombres que no calzaban entre la escritura y el repertorio de la misma, información incompleta y escrituras que en el índice se anotaban con una sola palabra o nombre, cuando lo correcto es que se incluya una serie de datos, como el tipo de documento, la fecha y los nombres de los intervinientes.
A juicio del notario Camilla, estas inconsistencias, que en algunos casos pueden parecer menores, terminaron transformándose en un problema grave debido a la gran cantidad de casos y la nula colaboración de los funcionarios que fueron interrogados al respecto:
“Todos nos equivocamos, y sin duda que pueden existir ese tipo de errores. (Cuando eso ocurre) nosotros estamos facultados para hacer una anotación al margen, y ahí señalamos que donde dice Juan Pérez debería decir Rodrigo Pérez (…) pero es difícil explicar que sea así de masivo. Sí puede ocurrir muchas veces, cuando hay mucho movimiento en la notaría, que, oye, no encuentro la escritura y al final está en el escritorio de otro compañero de trabajo. La verdad, eso uno lo puede entender. Pero lo que a mí más me llamó la atención es que, por lo menos por parte de estos funcionarios, nunca tuvimos una colaboración”.

Cuando habla de “estos funcionarios”, Camilla se refiere al exnotario interino Rodrigo Farías Picón y los otros cuatro funcionarios que son apuntados en la querella: el abogado jefe que actuaba también como notario suplente, Juan Carlos Álvarez Domínguez; la antigua administradora general de la notaría, Elizabeth Olga Merchak Musalem; quien fue una de las jefas de registro, Patricia Alejandra Montaña Miranda; y otra exjefa de registro, María José Martínez Sáez. De acuerdo al preinforme de Camilla, estas dos últimas exfuncionarias habían estado a cargo del registro del 75% de las escrituras extraviadas que se habían identificado hasta ese momento. Según el notario Camilla, todos estos funcionarios ya fueron desvinculados de la notaría.
De los cinco acusados, la única que respondió ante las consultas de The Clinic fue la exadministradora general de la notaría, Elizabeth Merchak, quien contestó a través de su abogada, Marta Vargas: “Estamos sorprendidos de toda esta situación”, reconoce Vargas.
“Ayer teníamos un comparendo en materia laboral y no se presentaron ellos. La verdad es que desconozco el tema de la querella, que yo sepa no nos han llamado de la fiscalía, no nos han hecho llegar ningún antecedente al respecto, así que desconozco el tema. La verdad es que no tenía idea de que había una querella, así que no podemos dar ninguna información. Yo estoy llevando el tema laboral y en el tema laboral nosotros no tenemos ningún antecedente ni notificación de que haya existido alguna escritura perdida. Esto ha sido súper arbitrario de parte de esta persona (…) Hasta donde yo sé, de todos los antecedentes que yo tengo del punto de vista laboral, no ha existido jamás un antecedente pretérito que diga que hay alguna falta respecto a la señora Elizabeth”, aseveró la abogada.
Hasta el momento la fiscalía no ha ejecutado ninguna diligencia en la notaría, pero según el notario Camilla es cosa de tiempo para que suceda.