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Viaje al origen de Martín de los Santos: la desconocida y violenta vida del prófugo de la justicia tras golpear a un conserje

Antes de protagonizar las páginas policiales por agredir a un conserje adulto mayor, Martín de los Santos protagonizó una serie de hechos violentos, algunos de ellos cuando era adolescente. Aquí, sus cercanos narran pasajes de su infancia y distintos testigos cuentan la cronología de hechos de la noche en que cometió el crimen por el que se le solicitó prisión preventiva y del que se encuentra prófugo fuera del país.

Por 28 de Junio de 2025
Martín de los Santos
Martín de los Santos
Imagen: Sandro Baeza/The Clinic
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Al cierre de la audiencia de formalización, la jueza miró al imputado y le preguntó:

—¿Le queda alguna duda?

Martín de los Santos Lehmann, entonces, levantó la vista y formuló su única pregunta:

—¿No puedo viajar entonces?

Era el pasado 18 de mayo, un día después de haber golpeado brutalmente al conserje Guillermo Oyarzún, de 70 años. La audiencia había durado apenas ocho minutos. El Ministerio Público no solicitó arraigo nacional, y la magistrada respondió con simpleza:

—Le dije prohibición de acercarse a la víctima y le dije firma.

Nada más. Y así lo hizo el pasado 19 de junio, a través del Aeropuerto de Santiago, con destino a Brasil.

Un mes antes, el día de la formalización, mientras él salía del tribunal sin mayores restricciones, afuera la presión mediática seguía en aumento. La abogada Marlen Quintanilla leyó la noticia en X y, en esa misma red social, ofreció representar gratuitamente a la víctima. Otro usuario le facilitó el contacto. En paralelo, comenzaron a circular videos de la agresión, se conocieron detalles de la noche de furia del imputado y salieron a la luz sus antecedentes penales: causas cerradas, sin condenas, pero que delineaban un patrón repetido vinculado a hechos violentos.

La investigación apenas comenzaba, pero ya contaba con declaraciones clave. La de Guillermo Oyarzún, con el ojo hinchado y ennegrecido, fue tomada por Carabineros:

“Siendo las 03:30 AM cumplía mis funciones como conserje del edificio Lo Castillo, ubicado en calle Eduardo Marquina, comuna de Vitacura. En ese momento salgo al exterior verificando el perímetro del recinto. Hasta el lugar se acerca un joven de tez blanca, mediana estatura, con chaqueta de cuero negra, polera roja, pantalón oscuro, el cual, sin mediar razón alguna, se abalanza sobre mi persona propinándome golpes de puño en el rostro, específicamente en la nariz y ojo derecho, perdiendo la estabilidad. A posterior, procedo a gritar al interior, ya que se encontraba el eléctrico trabajando, para pedir ayuda”.

El electricista también prestó declaración: “Lo tomo para prestarle la ayuda correspondiente y lo llevo al baño para limpiarlo. Luego salgo al exterior con la finalidad de ubicar al sujeto, al cual lo mantenía a vista a unos metros. En ese momento pasa personal de Seguridad Ciudadana, a los cuales les indico e informo que ese sujeto había agredido al conserje del edificio, por lo que ellos continúan con el seguimiento”.

Uno de esos funcionarios fue Rodrigo Ruiz Tagle, jefe de Seguridad Pública de Vitacura. En su testimonio, aseguró que no se acercó al imputado por temor a su conducta:

“Por lo agresivo del sujeto, me mantuve a una distancia prudente, sin perderlo de vista en ningún momento. En minutos llega personal de Carabineros, que procede con su detención”.

Tras la detención, pasó un día hasta su formalización. Para entonces, la oportunidad ya estaba dada: Martín de los Santos, el mismo que preguntó si podía salir del país, había dejado Chile con rumbo a Brasil.

Días más tarde, en una revisión de medidas cautelares—instancia en la que desafió a la jueza a través de una videoconferencia—, se le impuso la prisión preventiva.

Pero ya era tarde. Hoy, Martín de los Santos Lehmann está prófugo de la justicia. Su paradero se desconoce.

Cronología de una noche de agresión

Antes de acercarse al edificio Lo Castillo y agredir a un adulto mayor, Martín de los Santos vivió una noche de excesos. Fue él mismo quien relató parte de lo ocurrido durante una transmisión en vivo por Instagram, realizada la semana pasada junto al influencer Paulroahere.

“Yo estaba en el sector de Vitacura, en Tío Tomate, ahí en Candelaria en Candelaria-Palomino. Y en Palomino pasó todo este tema. Efectivamente, entré al puticlub, o al puterío, o la casa de putas que queda al frente de Candelaria”, comenzó diciendo De los Santos.

Según su versión, la situación se tornó violenta tras un altercado con uno de los encargados del lugar:

“Al no estar de acuerdo con —me imagino que era el hijo del dueño, el de boina negra, que tengo grabado— por el tercer cobro que ya me hacía por lo mismo… te meten 15 tragos cuando vas solo, te ponen dos o tres personas de dos metros atrás para intimidarte. Uno va a pasarlo bien y termina molido, drogado y pato”.

De los Santos aseguró que fue agredido dentro del recinto:

“Me golpearon adentro, posterior a la discusión con el administrador, o yo supongo que el hijo del dueño, porque tenía toda la actitud de serlo. Me golpeó una persona de color negro —un negro— me rompe las costillas” (sic).

Afirmó además que grabó parte del incidente antes de perder la conciencia:

“Luego que salgo, voy a pedir explicaciones. Todo eso está grabado, y gracias a Dios lo grabé, porque desde que salgo de ese puticlub no me acuerdo de nada. Yo tengo memoria fotográfica. Como muchos saben, tengo Asperger, tengo alto funcionamiento cognitivo”.

Lo que ocurrió esa madrugada en Vitacura se volvió visible a través de cámaras y testigos. Pero para quienes compartieron con él ese día no fue una sorpresa. Ese día Martín se dedicó a beber. Él mismo lo reconoció en la transmisión de Instagram, donde aseguró que “lo drogaron” y que había bebido en exceso. 

“Yo ya venía curado, venía de tomarme doce Macallan (whiskey)”, admitió. 

La noche de descontrol de Martín de Los Santos comenzó en la pizzería Tío Tomate del paseo el Mañío. En el lugar, testigos aseguran que lo vieron agredir a un cantante callejero imitador del vocalista de Pearl Jam, Eddie Vedder.

“Le decía: ‘no te voy a dar ni un peso si cantai como el pico’”, cuenta un testigo que pidió reserva de su nombre.

“En un momento le pidió el micrófono para cantar él, pero era como de esos micrófonos que van pegados a la oreja, entonces él se lo sacó y cantó toda una canción con eso. Acto seguido le ofreció combos, cuando el cantante le fue a pedir retribución a ‘la mesa de los perdidos’. Casi se van a los combos”.  

Otro testigo que también solicitó reserva menciona que además de los insultos al cantante, le llamó la atención la vestimenta de Martín de los Santos: “La pinta del huevón era brutal… tenía anteojos blancos mica fire, polera roja, chaqueta negra como de terno y sin zapatillas”, comenta. Según los asistentes, Martín de los Santos repitió en más de una ocasión que ya no estaba consumiendo cocaína.

Luego de su “previa en la pizzería”, de Los Santos cruzó la Avenida Vitacura para entrar a la discoteca Candelaria. Allí, según narra un asistente de la discoteca, discutió con una de las anfitrionas que le negó una mesa.

Tras su salida del club Candelaria, Martín de los Santos llegó hasta el local nocturno Palomino. No estuvo mucho tiempo allí. Según relató a The Clinic un trabajador del recinto:

“Lo sacamos porque llegó agresivo. Tengo una barra arriba y él solo estuvo ahí. Fue muy violento con el personal del interior del local. Estuvo apenas un par de minutos y terminó saliendo. No es normal que ocurran estas cosas acá, por eso lo sacamos para evitar problemas. Para nosotros, no tiene lógica nada de lo que él dice, ni siquiera en términos de espacio y tiempo”.

Minutos después, llegó al edificio donde se encontraba el conserje Guillermo Oyarzún. En ese punto, su “memoria fotográfica” —esa que dice tener gracias a su supuesto Asperger— se desdibujó convenientemente.

Tras su detención por Carabineros, los episodios de violencia continuaron. Así lo declaró el cabo primero Francisco Clarke, quien participó en el procedimiento. Según su testimonio:

“Al momento de ingresar al interior de la recepción del SAPU Ariztía, comenzó a amenazar, manifestando: ‘paco concha de tu madre, donde te pille te mato, soy abogado, tú no eres nada, ya te voy a pillar para sacarte la cresta’, e insultándome con diversas expresiones vejatorias y palabras soeces.

“Le indiqué que se calmara, ya que estaba detenido, pero comenzó a gritar y a tironear. Por eso se procedió a reducirlo, para resguardar su integridad física y la del personal policial. Posteriormente lanzó patadas hacia atrás, golpeándome en las piernas”, añadió.

El origen de Martín de los Santos 

Antes de hacerse público su último caso penal, Martín de los Santos ya había enfrentado varios procesos judiciales tanto en el sector oriente de Santiago como en Pichilemu, comuna donde ha residido en los últimos años.

La primera causa registrada en el sistema judicial data de 2013, cuando tenía 20 años. En esa ocasión fue imputado por maltrato de obra y amenazas contra funcionarios de Carabineros.

Seis años más tarde, en 2019, fue objeto de una querella presentada por un amigo de una expareja. Según relató el denunciante, De los Santos llegó hasta el domicilio de su ex golpeando puertas y gritando desde el exterior. La mujer, al advertir la situación, le pidió que no saliera:

“Ella le comenta que la persona que está afuera es su expololo, de nombre Martín de los Santos, que por favor no abra la puerta, que es peligroso y que podría agredirlo físicamente, ya que es un tipo impulsivo y practica boxeo en forma habitual”, se lee en la querella.

Como no logró ingresar al departamento, De los Santos lo esperó en el estacionamiento. Allí lo habría agredido violentamente. Según el informe clínico posterior, la víctima presentó una hemorragia subconjuntival, equimosis periorbitaria, edema en la región geniana y una fractura coronaria. 

En 2021 de los Santos atravesó otros procesos en Pichilemu, entre ellos una riña donde una mujer figura como víctima.

Quienes conocieron a Martín de los Santos en su juventud coinciden en que desde niño tuvo una actitud agresiva y que le gustaba demostrar su posición económica. En el Colegio Alcazar de Las Condes, desde donde egresó de cuarto medio, sus compañeros redactaron un anuario en el que destacaron sobre Martín de los Santos. 

“Martín hace su llegada el 2008 al |°B con una personalidad extrovertida y especial. Logró tantos conflictos como buenas amistades, hasta incluso algunas relaciones amorosas, pero su falta de concentración costó la repitencia. El 2010 en III° Medio se dedicó a estudiar más y a concentrarse en su futuro”, escribieron.

“Se le dio la oportunidad de conocer nuevas personas. Quienes lo recibimos inmediatamente lo integramos en nuestros carretes y locuras. Nos contaba sus aventuras con sus amigos en Cachagua, sus fiestas y las minas, pero inesperadamente tomó una decisión: quería entrar a la Escuela Naval. Mucha suerte para ti y para tus capitanes que tendrán que formarte como cadete, lo cual será un gran trabajo”, añadieron en el anuario en el que se hicieron alusiones al gusto de Martín de Los Santos por “las cabras chicas”.

“Me acuerdo que una vez fuimos a la playa con un grupo de amigas y ellas nos habían dicho que no querían que él fuera, pero no lo queríamos dejar solo. Al final él fue y allá llegó a la pieza donde estaban todas las minas, como que se tiró a la cama y se tiró un pedo”, esas cosas las hacía siempre y a propósito, como hacerse el desagradable recuerda un compañero de colegio. 

“Tenía arrebatos de violencia. Una vez ‘ahorcó’ a un niño que tenía unos cuatro años menos que nosotros, era compañero de mi primo chico. A esa edad se notaba la diferencia”, comenta el mismo compañero. 

Otro compañero de curso comenta que el anuario es un buen reflejo de la personalidad de Martín de los Santos: “Él trataba mucho parecerse a su hermano mayor y tenía un rollo con la separación de sus papás”, indica. 

“Tiempo después de salir del colegio me lo topé en una fiesta y me empezó a ofrecer cosas, me decía que me iba a contratar en su empresa. Él estuvo muy metido en criptomonedas, de hecho creo que fue parte del equipo de una de las criptos chilenas. Cosas medias turbias te diría”, añadió. 

En el LinkedIn de Martín de los Santos figuran varios trabajos y logros académicos, entre ellos asesorías a la criptomoneda Luka, pasantías en la Contraloría y la Fiscalía Nacional Económica y estudios en Harvard.

“Yo esa oferta nunca la tomé como una oportunidad de trabajo, lo tomé más como un pecho de paloma que le estaba yendo bien o que quería dar la impresión de que le estaba yendo bien”, añade su compañero de colegio. 

Las causas policiales de Martín de los Santos continuaron, en el 2023 fue detenido portando 12.9 gramos de marihuana en un control policial realizado en la ruta 5 a la altura de Perquenco en la Araucanía, 

Ese mismo año en Pichilemu enfrentó otro proceso judicial por entrar al domicilio de otro hombre y golpearlo en su domicilio. Por dicha agresión los abogados de Martín de los Santos pactaron un acuerdo extrajudicial con la víctima desembolsando $9 millones de pesos.

Ese no fue el único pago por ese proceso. El tribunal ordenó el pago de una multa por su mal comportamiento en una audiencia, en donde calificó a algunos participantes como “los vagonetas mantenidos”. 

El 3 de mayo de 2025, Martín de los Santos protagonizó un nuevo incidente violento, esta vez en el casino Colchagua de Santa Cruz. Cerca de la medianoche, mientras jugaba en el salón VIP, comenzó a comportarse de forma agresiva con otros clientes, impidiéndoles apostar y generando un ambiente hostil. Cuando los guardias de seguridad le pidieron que se retirara, De los Santos reaccionó con insultos y amenazas: “Yo conozco a la familia de Cardoen, los voy a matar a ustedes y los voy a acusar a don Carlos”, dijo, según consta en la denuncia.

Ya fuera del casino, comenzó a golpear puertas y ventanas. Uno de los guardias intentó detenerlo, pero De los Santos le propinó un golpe de puño en la cara. Solo lograron reducirlo entre varios funcionarios, quienes lo retuvieron hasta la llegada de Carabineros. El episodio quedó registrado en la Fiscalía de Santa Cruz y sumó un nuevo antecedente a su historial de violencia.

El 27 de febrero de 2025, Martín de los Santos protagonizó un nuevo altercado, esta vez en la comuna de Pichilemu. Según el parte entregado a la Fiscalía local, ese día un equipo de la empresa OCA Global —contratada por la compañía eléctrica CGE— llegó hasta su domicilio para realizar el corte de suministro eléctrico por deuda impaga. Apenas fue notificado, De los Santos reaccionó de forma agresiva, ordenando que el corte se hiciera desde el poste y no desde el medidor. Cuando los técnicos subieron la escalera, salió desde la casa, la botó al suelo e insultó al trabajador: “¡Vo no me vas a cortar la luz, guatón culiao!”, gritó, tomándolo del pecho e intentando agredirlo físicamente.

El ataque no se concretó, pero la situación continuó mientras los funcionarios se retiraban: De los Santos golpeó el furgón de la empresa, quebrando el foco trasero derecho. El vehículo —un Opel Combo— resultó con daños avaluados en 60 mil pesos. El hecho fue denunciado ante la Fiscalía de Pichilemu, sumando así un nuevo episodio de violencia e intimidación en el prontuario delictual del hoy prófugo.

La parcela nunca se ofreció

Cuesta creer que la pregunta que Martín de los Santos formuló en la audiencia de formalización —“¿No puedo viajar entonces?”— haya sido inocente. Más aún, considerando lo que ocurrió semanas después: en la audiencia de revisión de medidas cautelares, el Cuarto Juzgado de Garantía de Santiago acogió la solicitud de la parte querellante y decretó prisión preventiva para De los Santos, imputado como autor de lesiones graves contra un conserje en Vitacura.

Lo que el poder judicial, la Fiscalía y los querellantes no sabían, es que la asistencia por zoom de Martín de los Santos se desarrolló fuera de Chile, noticia que dio a conocer T13 y que fue confirmada por  el ministro de Seguridad Pública, Luis Cordero, quien confirmó que Martín de los Santos, habría viajó a Brasil el pasado 19 de junio, días antes de que se modificaran sus medidas cautelares.

El hoy prófugo se ha mantenido en contacto con el influencer que lo entrevistó para narrar su versión de la agresión. En dicha entrevista de los Santos aseguró estar arrepentido por golpear a “Don Guillermo”. 

“Puntualmente, le pedí disculpas a él y estaría encantado en poder tener un tipo de comunicación entre abogados, cómo sea don Guillermo, usted me dice y nos juntamos a conversar como hombres y yo me hago 100% cargo de lo suyo, incluso evaluamos darle una parcela en Pichilemu. Vamos Chile, que se puede como dijo Massu”, expresó Martín de los Santos en el live de Instagram.

Consultado por The Clinic, el equipo jurídico de Guillermo Oyarzún –quien negó públicamente querer recibir la parcela– indicó que hasta la fecha no ha habido ningún ofrecimiento ni contacto por parte de Martín de los Santos. 

“En ningún momento él se acercó a la familia ni al equipo de abogados, entonces queremos dejar en claro que fue una propuesta informal de parte de él que además no tienen ningún sentido, porque además nosotros ni la familia vamos a aceptar ninguna parcela. Toda la indemnización de perjuicio la vamos a ver en sede civil, estamos trabajando en esa demanda, pero vamos a pedir una indemnización alta, sobre $100 millones de pesos”, señaló su abogada Marlen Quintanilla. 


Foto: AgenciaUno.

Otra noticia que tomo notoriedad pública en el caso, fue la salida del exdefensor Carlos Mora del equipo jurídico de Martín de los Santos. En el escrito ingresado al tribunal, Mora argumentó que “por causas sobrevivientes que afectan a esta defensa, principalmente por diferencias irreconciliables y falta de confianza con el imputado, vengo en renunciar al patrocinio y poder que me fue conferido mediante escritura pública con fecha 2 de junio de 2025”.

Una de las últimas acciones que el exdefensor nacional efectuó antes de dejar la defensa de los Santos, fue la presentación de una querella por lesiones y amenazas que ha recibido desde que se hizo público el caso en el que agredió al conserje.

Según la querella, de los Santos fue agredido el 18 de mayo de 2025, tras recibir una golpiza en las afueras del Centro de Justicia, ocurrida un día después del incidente con Guillermo Oyarzún. Aseguró haber sido atacado por desconocidos —al menos dos, según sus palabras—, con golpes de puño, patadas y hasta un objeto metálico, lo que le habría provocado fracturas costales y una fisura en el antebrazo. Alegó además que debió escapar en taxi, que fue ignorado por Carabineros cuando quiso denunciar y que terminó siendo atendido en silla de ruedas en un hospital de Santa Cruz.

A esa agresión física se sumó, según la querella, un aluvión de amenazas digitales, insultos en redes sociales y la divulgación de su número personal. De los Santos aseguró que por temor decidió cambiar su apariencia física, afeitarse completamente el cabello y evitar exponerse en espacios públicos.

“Todo este conjunto de circunstancias ha deteriorado sus relaciones sociales, afectado su dinámica familiar y trastocado su estabilidad laboral, constituyendo un daño integral de alta magnitud, tanto físico como psíquico, cuyas consecuencias exceden con creces los efectos típicos de una agresión menor”, narró su exabogado en la demanda.

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