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Opinión

5 de Julio de 2025
Los cómplices pasivos del like
Los cómplices pasivos del like
Imagen: Sandro Baeza/The Clinic

Los cómplices pasivos del like

Foto autor Ignacio Bazán Por Ignacio Bazán

En esta columna, Ignacio Bazán advierte sobre el poder del like en redes sociales: cómo, sin generar contenido, muchos usuarios amplifican mensajes odiosos, tergiversaciones y lecturas malintencionadas del debate público. A propósito de la discusión por la baja participación en las primarias del oficialismo, y de los intentos por manipular cifras para instalar relatos, Bazán llama a dejar de ser cómplices pasivos del like y asumir responsabilidad por lo que se respalda en internet.

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Cada vez que las personas le hacen like a un contenido, de alguna manera entregan parte de su corazón y, en menor medida, de su mente. Por algo el ícono de un ‘me gusta’ es un corazón: porque es algo que nos seduce, que nos emociona o que simplemente nos engancha.

Una foto de Taylor Swift. Un video de un perrito salvándose de un accidente. Un reel de Felipe Avello. Ese tipo de cosas. Pero otras veces, las personas le dan likes a contenidos odiosos que pueden ir desde un dato sesgado, a un panfleto político mala leche, a un mensaje intelectualmente deshonesto o, a algo que (lamentablemente) está totalmente naturalizado en redes: una calumnia artera. 

Ese like regalado sin pensarlo mucho -medio inocentón a veces y bastante cobarde otras-, que apoya una barbaridad que no nos atrevemos a decir con nuestro propio nombre, es un arma de destrucción masiva. 

A esas personas que pocas veces son responsabilizadas por el creciente mal ambiente cívico, yo las llamo los cómplices pasivos del like.  

Puede que no generen contenido, pero sí lo amplifican. Ayudan a darle voz a los matones y a algunos deshonestos que se esconden detrás de posiciones políticas, generalmente localizadas en los extremos. 

En X, por ejemplo, la red social más política de todas, un 10% de las cuentas es responsable del 92% de los posteos.  Es decir, la mayoría de los que están en X son voyeristas que a veces ponen me gusta a ese contenido creado por un 10%. 

Algo de eso vimos post primarias del oficialismo. Esta vez el lío se armó para la participación electoral. Varios medios titularon con la baja participación en comparación a otras primarias de la izquierda y en comparación al padrón actual. Miles de likes que fueron y vinieron. 

Las quejas principales vinieron de Darío Quiroga, hombre clave del comando de Jeannette Jara, quien dijo que su candidata había sacado apenas dos mil votos menos que Sebastián Piñera en las primarias de 2017, lo que es absolutamente cierto e indiscutible. Pero lo complicado de aferrarse a una cifra es que hay otro buen número de datos que sustentan la lectura de los medios. Acá vamos: 

1. Las primarias de Chile Vamos fueron hace ocho años atrás y corrieron en paralelo a las primarias del Frente Amplio. Es decir, no fue una primaria exclusiva como lo fue esta.

2.El padrón electoral de Chile en 2017 era de 13.307.439 personas. La participación electoral en la primaria de la derecha fue de 13,61% de ese padrón.  

3. El padrón electoral para esta elección fue de 15.499.071 personas, por lo que la participación electoral en estas primarias fue de 9,16%. Esos cuatro puntos de diferencia en participación entre una primaria y otra nos dice que la primaria de Chile Vamos convocó a cerca de un tercio más de participantes en comparación a las primarias de este año. 

4. Por último, si comparamos esta primaria con la de 2021 entre Boric y Jadue, la actual congregó a cerca de 350 mil votantes menos, con un padrón que esta vez tuvo 800 mil personas más que hace cuatro años. Esa primaria de la izquierda tuvo 11,9% de participación ciudadana. Ni hablar de las primarias de la Nueva Mayoría en 2013, en que la participación superó el 16%. 

Los números justificaban totalmente hablar de baja participación, a pesar del gran triunfo de Jeannette Jara. 

¿Qué hizo Quiroga, apoyado por muchos de su sector?

Se quejó igual, incluso acusando “deshonestidad intelectual”. Y habló contra los titulares de los medios porque sabe que eso le va a traer varios likes de muchos cómplices pasivos. Dopamina a la vena. Porque Quiroga, sociólogo y experto comunicacional, sabe perfectamente lo que hace: no es que sea incapaz de cruzar los números y porcentajes con los de otras primarias y llegar a la conclusión de que la participación fue menor que otras veces. Su decisión pasó por sacar el jugo a un solo dato para acusar una suerte conspiración. Y lo logró, ayudado de miles de likes. 

Del otro lado también se vieron cosas, como decir que la candidata Jara solo sacó cerca de un 5 o 6% del padrón: la votación histórica del PC. Pero es otro análisis mañoso, por decir lo menos. Este es el piso de la candidata, sí. Pero si logra retener en elección obligatoria a cerca del 30% absolutamente leal, que apoya a este gobierno contra viento y marea, es muy probable que logre pasar a segunda vuelta sin muchos problemas. 

Ni hablar del lenguaje odioso, deshumanizante, de muchas cuentas de derecha para referirse a sus adversarios políticos, principalmente el PC, ahora que tiene posibilidades reales de encabezar el gobierno de la coalición de la que son parte.  

Se van a venir tiempos rudos en este año de elecciones. Todo indica que tendremos una puja entre los que quisieron una constitución identitaria contra los que quisieron una constitución reaccionaria en el segundo proceso. Duros contra duros. 

Por eso, desde acá planteo darle una vuelta y empezar a hacernos responsables sobre las cosas a las que le damos like. Dejar de ser cómplices pasivos para que el fango no siga creciendo en los recovecos de las redes sociales. Quizás hacernos cargo de nuestros ‘me gusta’ pueda ser un aporte para que la casa en la que todos vivimos se airee un poco de una vez por todas. 

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