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Mundo

26 de Agosto de 2015

La historia del macabro doble crimen en vivo que remeció al mundo

Los hechos, fríos por dónde se les mire, coparon las agenda noticiosa a eso de las 10:45 de la mañana de este miércoles (14:45 GMT) cuando comenzaron a aparecer en televisión las imágenes de la periodista estadounidense, Alison Parker, y de su compañero camarógrafo, Adam Ward, ultimados a punta de balazos por un ex colega de trabajo, quien no dudó en dispararles varias veces a pocos metros de distancia, acaso como si estuvieran en medio de una grabación. La mujer mantenía una relación con un presentador de la misma cadena televisiva a la que pertenecía, mientras que el victimario, Vester Lee Flanagan, tenía un historial de inestabilidad laboral y de demandas relacionadas con la discriminación. Antes de morir, después de pegarse un tiro, escribió en su cuenta de Twitter comentarios haciendo alusión a la supuesta actitud racista de la reportera.

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mujer

Material de sobra tendrán los creativos, escritores o periodistas de pluma prolífica, para volver a relatar el doble asesinato en vivo que este miércoles remeció al mundo, y que además terminó con el autor del crimen muerto en un hospital después de haberse pegado un tiro.

Los hechos, fríos por dónde se les mire, coparon las agenda noticiosa a eso de las 10:45 de esta mañana (14:45 GMT) cuando comenzaron a aparecer en televisión las imágenes de la periodista estadounidense y de su compañero camarógrafo ultimados a punta de balazos por un ex colega de trabajo, quien no dudó en dispararles varias veces a pocos metros de distancia, acaso como si estuvieran en medio de una grabación gangsteril, quizá como recordando episodios de alguna cinta de Martin Scorsese.

24 años tenía la reportera Alison Parker y 27 Adam Ward, ambos funcionarios de la cadena de Virginia (EE.UU.) WDBJ-TV desde el año 2011, cuando, en un día cualquiera de trabajo, mientras realizaban una entrevista, terminaban abatidos por un loco que luego subía las imágenes a Twitter y profería un relato donde justificaba los hechos por una cuestión de piel, por un asunto de raza.

“Alison hizo comentarios racistas. ¿La contrataron después de esto?” (….) Filmé el tiroteo, vayan a ver en Facebook”, escribió Vester Lee Flanagan, de origen afroamericano, en su cuenta de la citada red social minutos después de los hechos.

Un cuarto de horas más tarde, y cuando la cinta ya se había viralizado por el espacio virtual, la cuenta de Flanagan, que en Twitter usaba el nombre de Bryce Williams, había sido borrada.

En medio de eso, el tiroteo era divulgado por internet y repetido hasta el hartazgo por las cadenas de televisión de EE.UU. y de todo el mundo.

Pasadas ya dos horas de los hechos, la policía daba con la pista del presunto asesino y comenzaba la persecución que, siguiendo con el dramatismo del relato original, terminaba con la persona muerta en un hospital de Virginia, después de haberse pegado un tiro; quizá buscando reivindicar su acto.

En el sitio de Facebook de la policía de Virginia se pudo leer esta parte de la historia contada de la siguiente manera:

Lee Flanagan aceleró su automóvil mientras era perseguido en una autopista.  Posteriormente, tras alejarse de sus perseguidores, se alejó de la vía y terminó chocando. Los uniformados se acercaron al lugar del accidente y encontraron al hombre con una herida de bala.

Un historial de acusaciones raciales

Según recogió un artículo de La Tercera,  el periodista -tras acometer contra sus ex compañeros y luego quitarse la vida- dejó atrás un historial de inestabilidad y de demandas relacionadas con la discriminación.

De acuerdo a Richmond Times-Dispancht, Flanagan, de 41 años y oriundo de California, se tituló como periodista en la Universidad Estatal de San Francisco en 1995. Fue compañero de sus víctimas entre marzo de 2012 y febrero de 2013. En mayo del año siguiente, presentó una demanda por discriminación contra la firma y la mayoría de sus profesionales. Casi un año más tarde, en julio de 2014, la justicia rechazó su acusación.

Pero esta no era su primera demanda por un situación similar. Quince años atrás, en 2000, llevó a tribunales a  WTWC-TV, alegando que su despido era producto de una discriminación racial.

La empresa aludida no se hizo cargo de ese hecho y, por el contrario, justificó que la desvinculación obedeció a mala evaluación, mala relación con sus compañeros, falta de reacción ante los llamados de atención a su mal comportamiento, rechazo a seguir órdenes, entre otros aspectos.

Un amor truncado

Después de que las imágenes, repetidas una y otra vez, ya habían saturado las posibilidades del asombro, trascendió que la muerte de la periodista además dejaba una historia de amor inconclusa.

“Estábamos muy enamorados”, fue parte del mensaje que escribió Chris Hurst, uno de los presentadores del canal de televisión de Virginia, al que pertenecía Alison Parker y el camarógrafo Adam Ward, y quien posiblemente también había sido compañero de trabajo del asesino.

“Estuvimos juntos casi nueve meses. Fueron los mejores nueve meses de nuestras vidas. Queríamos casarnos. Ella acaba de celebrar su 24 cumpleaños (…) “era la mujer más radiante que he conocido. Y por alguna razón me quería de vuelta. Ella amaba a su familia, sus padres y su hermano (…) Somos una familia. Ella trabajó con Adán todos los días. Eran un equipo. Estoy con el corazón roto por su prometida”.

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