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Opinión

20 de Septiembre de 2016

Axel Kaiser afirma que los Chicago boys son padres del Chile donde los más pobres viven mejor: “El resto es reggaetón”

En cualquier país medianamente sensato y de líderes intelectualmente honestos, los "Chicago boys" tendrían un monumento en el centro de la ciudad capital por haber reconstruido la nación desde las cenizas. Pero como estamos en Chile, no tienen siquiera una fonda en su honor", dice el abogado autor de "La tiranía de la igualdad".

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“Una de las cosas más exasperantes de nuestra cultura es que jamás, salvo a veces en estado de ebriedad, se dicen las cosas como son”. Así comienza la última columna de Axel Kaiser en El Mercurio llamada “Monumento para los Chicago”.

Con una serie de alusiones al ambiente fiestero del 18 de septiembre, Kaiser señala que el relate del presente chileno está “más distorsionado que vino tinto con Pepsi” y otras pildoritas.

“Como el Mes de la Patria debiera ser el de la fiesta y la verdad histórica, aprovechemos de decir las cosas como son, arriesgando que más de alguno se atragante con su chorizo”, señala el rubio opinólogo.

Según el abogado y director ejecutivo de la Fundación Para el Progreso dice que sin los Chicago Boy el país sería “peor que el cordero frío”, siendo ellos quienes pusieron “freno a la corrupción, despilfarro e ineficiencia del sistema de sustitución de importaciones”.

Kaiser ni se atraganta en decir que ellos crearon “el sistema de pensiones más exitoso en la historia occidental, quitándoles a los políticos la llave de los ahorros de los trabajadores chilenos para que no pudieran robárselos nuevamente”.

“En pocas palabras, los ‘Chicago boys’ son los padres fundadores del Chile moderno, uno en el cual todos, pero especialmente los más pobres viven mucho mejor. Esa es la verdad, el resto es reggaetón”, sentencia.

“En cualquier país medianamente sensato y de líderes intelectualmente honestos, los “Chicago boys” tendrían un monumento en el centro de la ciudad capital por haber reconstruido la nación desde las cenizas. Pero como estamos en Chile, no tienen siquiera una fonda en su honor. En cambio, tenemos una estatua honrando a Salvador Allende frente a La Moneda, el Presidente más fracasado de la historia nacional, aunque debe reconocérsele que era un gozador, algo bien escaso entre los políticos actuales”, dice el académico.

Luego, el autor de “La tiranía de la igualdad” dice que así como vamos, tal vez la Presidenta Bachelet termine también con una estatua frente a La Moneda en reconocimiento por su labor “de haber reintroducido el populismo socialista y haber iniciado el desmantelamiento de nuestro proceso modernizador”.

“Como de costumbre, muchos no van a tragarse esa longaniza y van a decir que eso es una exageración ridícula, que nuestro país seguirá firme camino al desarrollo, otra actitud típicamente nacional conocida como ‘en Chile esas cosas no pasan’. Es cierto, puede ser que no lleguemos a tanto, pero ¿a usted le cabe duda de que eso es lo que buscan nuestros demagogos y populistas? ¿Y quién está ahí para detenerlos? ¿La derecha? ¡Por favor! Para decirlo en términos dieciocheros, en la cueca política, la derecha claramente es la gallina. Por lo menos la izquierda, populista y todo, tiene coraje. No anda muerta de susto defendiendo sus ideas aunque sean fracasadas y engañen a la gente en el camino”, dice Kaiser.

Finalmente, el jurista dice que antes de que la derecha y la izquierda unidas terminen por arruinar de veras el país, se cree un monumento para los “Chicago boys” en un lugar emblemático de Santiago. “Después de todo, fue la revolución libertaria -y no la socialista ni la socialcristiana- la que de verdad trajo para todos las empanadas, el vino tinto, el blanco, el rosé, el ensamblaje, el espumante, etc. Quién sabe, así como van las cosas, tal vez ese monumento sea lo único del milagro económico que usted pueda mostrarles a sus nietos mientras les cuenta la historia de cómo se jodió Chile y ellos cazan pokemones con la cara de Milton Friedman”, sentencia.

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