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Nacional

29 de Noviembre de 2016

El peligroso juego de la ruleta rusa del VIH

Los jóvenes le perdieron el miedo al contagio del Sida. Abiertamente participan de fiestas de sexo grupal y admiten la práctica de tener más de una pareja.

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Un grupo de jóvenes se junta en una casa. Uno de ellos es portador del VIH. Todos saben que alguien tiene el virus, pero nadie maneja la información de quién es. Ese día hay sexo entre todos.

La descripción anterior no es ficción, es real, es lo que hoy se conoce como la ruleta rusa del Sida.

“No tienen miedo. La carga valórica que tiene el VIH hoy es muy distinta. Basta que en el chat pongas BareBack (sin condón) y serás requerido por muchos más cabros”, dice a la revista Paula, Scarleth Fernández, activista Trans del Centro por el Desarrollo Integral de la Salud y la Educación Sexual (CDICES) de Arica.

La publicación recoge el testimonio de la dirigente en un reportaje donde se da cuenta que pese al aumento de los casos, hoy los jóvenes le perdieron el miedo al contagio.

“La respuesta es siempre sí. Hoy el sexo es parte del carrete. Si no enganchan con alguno(a) en el segundo baile para poder tener relaciones lo hacen con el amigo y, al día siguiente, si te he visto, no me acuerdo”, comenta Carlos Beltrán, infectólogo y presidente de la Corporación Sida Chile.

De acuerdo al dato que reseña Paula, desde 1996, con la irrupción de la triterapia (trío de medicamentos que controlan el VIH), la enfermedad dejó de ser letal.

“Los jóvenes no vivieron ese negro periodo y no sé si calificarlo como bueno o malo”, reflexiona el doctor Alejandro Afani.

Además de referir los encuentros grupales donde se juega la ruleta rusa del Sida, Scarleth habla de las supuestas técnicas para evitar el contagio, sin usar condón. “Hay que lograr una penetración con mayor lubricación, una alta dilatación y tratar de eyacular fuera”.

Para Afani, “Esas ideas son una barbaridad”. “Nada de eso impide que se adquiera el virus”, asevera.

“Hoy los jóvenes solo piensan en el goce personal, no se hacen cargo de nada y el sexo se ha vuelto algo experimental. Da lo mismo si la relación es hombre con hombre (HSH) –lo que no significa que sea homosexual– o incluso hombre con trans (HST). Solo desean tener placer, no importa quién te lo dé”, complementa por su parte, Beltrán.

Hoy, en Chile se estima un total de 52 mil contagiados con VIH, de los cuales la mitad transita por las calles sin tener idea que porta el virus.

Con ese antecedente es que Pamela Oyarzún, jefa de la Unidad de Adolescencia de Clínica Alemana, se sorprende al escuchar algunas historias.“Una niñita me dijo: ‘yo tengo mi pololo y estoy enamorada de él, pero a mí me encanta tener sexo con otros hombres. Me gusta experimentar’. Y ambos se dan ‘permiso’ para tener relaciones con otros jóvenes”.

De acuerdo al testimonio de un joven que no quiso dar su nombre, lo anterior se da con suma facilidad, sobre todo con las nuevas aplicaciones para concertar citas. “Te corto, abro mi aplicación y en menos de 15 minutos estoy teniendo sexo”.

“Se corrió la barrera de lo posible. La ritualidad del cortejo prácticamente no existe, sobre todo en un mundo sexual donde solo participan hombres”, cierra la misma persona.

“Ya a los 16 años viven libremente el sexo. Abren su mente y son capaces de tener relaciones con personas de cualquier orientación sexual. No importa el género, ya no existe sexualidad rígida. El problema es que no se cuidan y la adherencia al condón depende mucho del nivel socio-económico”, sintetiza Scarleth.

 

 

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