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Poder

21 de Marzo de 2017

La Segunda no suelta a Piñera y lo trata de “administrador de inversiones” en su editorial

El vespertino afirma que, ad portas de ser proclamado, Piñera cuenta con varias ventajas, pero que todas ellas se ven empañadas tras las críticas por su doble condición de político y hombre de negocios. Sostiene que es insuficiente lo de 2009 y que ahora debe delegar la administración de su riqueza con estándares muy por sobre lo que exige la ley.

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“Fideicomiso” se titula el editorial del diario La Segunda de este martes referido evidentemente a Sebastián Piñera, el exgobernante que a las 19:30 horas oficializa su campaña presidencial. El texto parte refiriendo las ventajas de Piñera en esta carrera, como su pole position en las encuestas, el orden de la derecha detrás suyo, y otras más. Sin embargo, pone especial énfasis en su doble condición de político y empresario. O “administrador de inversiones”, como lo llama.

“Este auspicioso panorama se ha visto empañado; sin embargo, por los cuestionamientos que el ex Presidente ha debido enfrentar por actuaciones relacionadas con la administración de sus inversiones. Más allá del destino de las querellas interpuestas en los casos de Exalmar y minera Dominga, que pueden ser atribuidas, evidentemente, al calor de la campaña, las interrogantes respecto de la distancia entre su rol como líder político y su papel como administrador de inversiones seguirán siendo un problema en el caso de que no logre separarlas de manera incontestable”, opina La Segunda.

En ese sentido, afirma que lo de 2009 -un fideicomiso ciego y la venta de participación en algunas compañías- ahora parece insuficiente, “pues no corresponde con los estándares que la ciudadanía y la delicada situación de la confianza pública demandan hoy”.

Por eso indica que si bien no hay una fórmula, Piñera debiera blindarse por sobre lo que exige la ley, para así “alejar de manera categórica toda sospecha”. Hacerlo, elevaría su estatura política y mandaría una fuerte señal al resto, dice. Pero evitarlo -advierte- dañaría su candidatura, su sector, y debilitaría posiblemente la institución de la Presidencia, advierte.

Para cerrar, subraya que “más allá de los pequeños o grandes embates de campaña, un sentido de responsabilidad política obliga a hacerlo”.

 

 

 

 

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