La columna de Agustín Squella sobre las muletillas en el periodismo: “ya nadie “trabaja”, sino que “hace la pega”

“Si bien las muletillas no se reducen al campo periodístico, las Escuelas de Periodismo deberían incluir un ramo acerca de cómo evitarlas, dice Agustín Squella en una columna que escribe para El Mercurio a propósito de ejemplos que admite haber recogido del libro de Juan Andrés Piña, “Diccionario del siútico”, además de otros de creación propia.

El académico recuerda en el escrito que “muletilla periodística es aquella que repiten los periodistas y quienes animan programas de radio o televisión”.

A modo de ejemplo, de esos lugares comunes que pululan en radio, TV y diarios, refiere “vamos a cambiar de tema”, “vamos a cambiar bruscamente de tema”, “ponga atención”, o “vamos a la pausa”, expresión “esta última con la que lo que se quiere decir es “vamos a la publicidad”.

Para Squella, maestros en esto de la muletilla son los comentaristas deportivos.  “Los simples entrenadores pasaron a ser “profesores”, mientras en las universidades los auténticos profesores hemos sido disminuidos a “profes” por nuestros alumnos. Los tres palos son ahora “tubos” y la segunda división fue transformada en “Primera B”, lo mismo que pasa en las universidades, donde ya no hay ayudantes, sino “profesores ayudantes” y, dentro de muy poco, “alumnos profesores”. La buena campaña de un equipo es “campañón” y los “goleros” jubilaron a los viejos arqueros. Los partidos de fútbol no se ven, no se analizan, no se interpretan: hoy lo que se hace con ellos es “leerlos”, y tal vez sea “leyendo” partidos de fútbol que consigamos suplir el déficit de lectura real que tenemos en el país”.

En el ámbito laboral, dice que “ya nadie “trabaja”, sino que “hace la pega”. Todo también se nos ha vuelto “problema país”. Todo. Absolutamente todo. Hasta la ubicación de un semáforo en una apartada zona rural”.

Otro ejemplo de esas muletillas es cuando “un gerente habla de “ajuste laboral”, los trabajadores pueden ir poniendo las barbas en remojo, porque lo que pasa es que van a despedirlos por “necesidades de la empresa”, es decir, la exigencia de que las ganancias de los dueños no bajen siquiera una décima”.

“Parrilla” no es un utensilio para poner algo a asar, sino la programación del próximo festival de la canción”, dice también.