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Opinión

17 de Octubre de 2017

Leonardo Moreno: “La lógica de mercado más allá del mercado, provoca más pobreza”

La Fundación Superación de la Pobreza entrega hoy a los comandos presidenciales su propuesta para la futura política social denominada "Umbrales Sociales para Chile", donde plantea lo urgente de abordar en materia de pobreza y exclusión: la convivencia no mejora y la gente se siente humillada y beneficiada a la vez, por muchos de los programas sociales. Por otra parte se agudiza la realidad de varios países en un mismo país: "hay mucha gente que recibe calidades intolerables de servicios, llevamos demasiados años con malos barrios, con falta de seguridad, con trabajos precarios y esto contrasta con el mejoramiento económico general de la población, al menos en las cifras gruesas”, plantea el director ejecutivo de la Fundación Superación de la Pobreza, Leonardo Moreno.

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Durante 22 años se han dedicado a trabajar en las comunas más rurales, aisladas y empobrecidas de Chile. Han conversado con cientos de campesinos, dirigentes sociales, comités de agua potable, juntas de vecinos, han levantado una evidencia dolorosa que dice que tenemos más que antes, pero somos menos que antes. Leonardo Moreno nos explica algunos aspectos de esta nueva propuesta de política social.

¿Por qué entregar una propuesta de política social cuando todos los días estamos escuchando las promesas de los candidatos en diferentes temas relacionados con la pobreza?
Para nosotros constituye una tradición relevante entregar una propuesta a los presidenciables, y esta vez no es la excepción. Tenemos que aprovechar el contexto electoral para poner encima de la mesa los problemas urgentes y las modificaciones que más se necesitan. Con evidencia, con la voz de las personas, con estudios cualitativos relevantes.

¿Y cuáles son esas urgencias?
Esta vez consideramos que tenemos un fuerte deterioro en la convivencia nacional y una profundización en los niveles de exclusión social, que tenemos que concentrarnos en soluciones robustas más que en medidas parche. Hay mucha gente viviendo separada de la sociedad que todos pensamos que hemos construido. El narcotráfico por ejemplo, logra instalarse como un mal “sucedáneo” de una sociedad, es decir, de lo que la sociedad en su conjunto y particularmente el Estado tienen que entregarle a la población. Hay mucha gente que recibe calidades intolerables de servicios, llevamos demasiados años con malos barrios, con falta de seguridad, con trabajos precarios y esto contrasta con el mejoramiento económico general de la población, al menos en las cifras gruesas.

La cultura narco ha sido un tema presente en los últimos días, se supone que “mejora” los ingresos de quienes están involucrados en su ciclo, pero se reproduce un tipo de exclusión difícil de encarar.
Efectivamente el narcotráfico trae consigo temor, si no se participa de él, temor a las represalias, pero también es verdad que tiene otra cara en lo cotidiano, que es una cara más “benevolente” para la población, gracias a la cual este tipo de bandas comienzan a satisfacer una serie de necesidades muy postergadas por la gente. Cuando las personas ven que sus hijos estudian, trabajan y viven en lugares muy marginales y que eso no cambia en el tiempo, se recurre a alternativas, caminos distintos de aquellos que la sociedad ha establecido como la manera correcta de resolución, porque en rigor, las cosas no cambian.

¿Plantean en su diagnóstico que la pobreza actual es “relacional”, a qué se refieren?
Se trata del tipo de relación que se da en la sociedad cuando un Estado de carácter subsidiario, durante 40 años ha insistido en un tipo de política, que si bien mejora las condiciones materiales urgentes de las personas, no ha logrado instalar una sociedad más justa, inclusiva y cohesionada. Los instrumentos que el Estado tiene tanto de focalización como de oferta, necesitan ser mejorados urgentemente por el tipo de patologías y anomias sociales que han producido. La gente tiene más cosas, pero no ha logrado superar su pobreza.

¿Y cuál es el núcleo del problema?
Que la sociedad chilena tiene una lógica del mercado más allá del mercado. Tiene una lógica de mercado en las políticas públicas, en las relaciones sociales, en cómo nos comportamos como ciudadanos. Y la lógica de mercado más allá del mercado, provoca más pobreza.
La segregación natural que produce el mercado, el hecho de que tú tengas dinero y puedas satisfacer tus necesidades en el mercado, está presente también en la relación del Estado con la gente. Se hace de forma subsidiaria, cuando la gente no logra satisfacer una necesidad relevante, aparece el Estado. Si esta sociedad transa todo como si fuera oferta y demanda (hasta la salud o la educación), la sociedad deteriora su vínculo y eso es un elemento generador de pobreza.

¿Cuáles son los ejes que plantean entonces?
Primero, hay un excesivo centralismo político, fiscal y administrativo que provoca el rezago de amplias zonas del país. Luego, existen prácticas que segregan a las personas en pobreza en determinados barrios o territorios, escuelas, centros de salud, o trabajos, y que son generadoras de violencia. Además existe un diseño institucional que excluye a las personas más vulnerables de las decisiones que les afectan y por tanto no hay participación real. Finalmente, existen políticas asistencialistas que estigmatizan y rotulan a las personas, lo que genera mayor fragmentación en una sociedad que requiere con urgencia, mayor integración y equidad de oportunidades y experiencias. Es necesario tener una focalización de las políticas, pero una distinta que no genere estos problemas, una focalización 2.0. con programas distintos de los aplicados hasta ahora.

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