Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Cultura

14 de Noviembre de 2017

El intercambio epistolar entre Camus y su profesor de primaria tras ganar el Nobel: “He recibido un honor demasiado grande, que no he buscado ni pedido”

"No es que dé demasiada importancia a un honor de este tipo. Pero ofrece por lo menos la oportunidad de decirle lo que usted ha sido y sigue siendo para mí", es parte de lo que dice la misiva. "Creo conocer bien al simpático hombrecito que eras y el niño, muy a menudo, contiene en germen al hombre que llegará a ser. El placer de estar en clase resplandecía en toda tu persona", responde el maestro.

Por

Albert Camus recibió el Premio Nobel de Literatura en 1957, tres años antes de su muerte en Francia el año 60. Entonces, al ser distinguido con el reconocimiento, el autor de “El extranjero”, “La peste”, “La caída”, entre otros textos, escribió una carta a Louis Germain, un profesor que tuvo en su primera etapa escolar en Argelia. Acá la transcripción de la misiva que data del 19 de noviembre de 1957.

“Querido señor Germain:
Esperé a que se apagara un poco el ruido que me ha rodeado todos estos días antes de hablarle de todo corazón. He recibido un honor demasiado grande, que no he buscado ni pedido. Pero cuando supe la noticia, pensé primero en mi madre y después en usted. Sin usted, la mano afectuosa que tendió al pobre niñito que era yo, sin su enseñanza y ejemplo, nada de esto hubiese sucedido. No es que dé demasiada importancia a un honor de este tipo. Pero ofrece por lo menos la oportunidad de decirle lo que usted ha sido y sigue siendo para mí, y le puedo asegurar que sus esfuerzos, su trabajo y el corazón generoso que usted puso continúan siempre vivos en uno de sus pequeños discípulos, que, a pesar de los años, no ha dejado de ser su alumno agradecido.
Le abrazo con todo mi corazón.
Albert Camus”.

Recoge un artículo de El País que esta carta fue difundida por la familia de Camus en 1995. La decisión pasó porque  “tendría un valor extraordinario para aquellos interesados en su vida”, según su hija.

“Germain no solo estimuló la mente de Camus y le dio clases extraescolares. Además, convenció a su madre para que intentase obtener una beca para que acudiese al instituto. Germain fue el primero de una serie de sustitutos del padre -fallecido cuando era un niño- y mentores intelectuales”, apunta The New York Times sobre la relación de ambos.

Un año antes de la muerte de Camus, en abril de 1959, Germain respondería la carta. El texto figura en la obra póstuma “El primer hombre”.

“Mi pequeño Albert:

He recibido, enviado por ti, el libro Camus, que ha tenido a bien dedicarme su autor, el señor J.-Cl.Brisville.

Soy incapaz de expresar la alegría que me has dado con la gentileza de tu gesto ni sé cómo agradecértelo. Si fuera posible, abrazaría muy fuerte al mocetón en que te has convertido y que seguirá siendo para mí “mi pequeño Camus”.

Todavía no he leído la obra, salvo las primeras páginas. ¿Quién es Camus? Tengo la impresión de que los que tratan de penetrar en tu personalidad no lo consiguen. Siempre has mostrado un pudor instintivo ante la idea de descubrir tu naturaleza, tus sentimientos. Cuando mejor lo consigues es cuando eres simple, directo. ¡Y ahora, bueno! Esas impresiones me las dabas en clase. El pedagogo que quiere desempeñar concienzudamente su oficio no descuida ninguna ocasión para conocer a sus alumnos, sus hijos, y éstas se presentan constantemente. Una respuesta, un gesto, una mirada, son ampliamente reveladores. Creo conocer bien al simpático hombrecito que eras y el niño, muy a menudo, contiene en germen al hombre que llegará a ser. El placer de estar en clase resplandecía en toda tu persona. Tu cara expresaba optimismo”, es parte del texto.

Temas relevantes

#Camus#Cartas#Cultura#Nóbel

Notas relacionadas