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Cultura

21 de Enero de 2018

El manifiesto de Camilo Marks: La cara de baboso de Benjamín Vicuña y las drogas legales

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De política, drogas, fama, fiestas y Facebook habla el académico y crítico literario Camilo Marks en El Manifiesto que escribe para La Tercera. De entrada, se lanza, para que no queden dudas: “Le pondría un 3,0 a la política chilena. La Nueva Mayoría, que fue la Concertación o como quiera que se llame, es una confederación de fantasmas. No me gusta Piñera, está en mi ADN, pero hizo una campaña notable. Y tenemos al Frente Amplio, que es una montonera. No obedecen a directivas:son canibalísticos, divisivos, fraccionalistas. Hace un mes, hubiese preferido al Frente Amplio sobre la Fuerza de la Mayoría sin pensarlo, hasta que no se decidieron nunca en apoyar a Guillier en segunda vuelta. Ahora tengo la duda”.

Pasando al tema de los carretes, confiesa que ha “ido al Parque Forestal a tomar ‘chelas’. No es sólo para menores de 18 años, ¿o sí?”

También dice que le encanta la ópera, pero que además siente una gran admiración por los raperos. Al respecto, desclasifica una anécdota de cuando fue a una batalla internacional de rap en el Cementerio General.

“He ido a bailar música tecno. El año pasado fui a una fiesta con un amigo y había homosexuales, lesbianas y, principalmente, heterosexuales. Me gustó, pero no concibo ir a una fiesta donde lo único que hace la gente es bailar y no conversar”, afirma.

Camilo Marks dice que no se siente famoso, pese a todas las veces que ha sido entrevistado. “Pero ¿qué es la fama?” se pregunta. Como respuesta, plantea que “Oprah Winfrey habló a nombre de todas las mujeres que se han sentido agredidas en el mundo. ¿Y quién es ella? ¿Eso es fama? No lo sé. La fama de hoy es una cosa muy distinta a lo que solía ser antes. Al lado de la Tonka Tomicic, que no tiene talento, o de Benjamín Vicuña, que tiene cara de baboso, ¿quién soy yo?”

Para cerrar, opina que todas las drogas debieran ser legales. “Si una persona quiere fumarse un pito de marihuana o inyectarse heroína para distraerse, en la comodidad de su hogar, sin obligar a nadie y con alguien que lo cuide, creo que está en su pleno derecho”.

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