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Nacional

25 de Marzo de 2024

El estudio de consumo de drogas sexuales que levantó las alarmas en el Minsal: incluía trabajo de campo, asistencia a fiestas y entrevistas cara a cara

Fiesta Imagen referencial

La Subsecretaría de Salud Pública suspendió en noviembre pasado un estudio etnográfico que tuvo un costo de $50 millones e implicaba el uso de "observadores participantes" para detectar el consumo de drogas chemsex.

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El 10 de julio de 2023, la División de Prevención y Control de Enfermedades (Diprece), dependiente de la Subsecretaría de Salud Pública del Ministerio de Salud (Minsal) llamó a una licitación por $50 millones. Se trataba de un estudio que tenía como objetivo investigar en terreno cómo se comportaban las personas que consumen en forma recurrente drogas sexualizadas (Chemsex, en inglés), sobre todo los pertenecientes a colectivos LGBTI+ y no binarios de la Región Metropolitana.

Como publica La Tercera, la iniciativa era parte de las estrategias de prevención de enfermedades de transmisión sexual como el VIH. Además, en las bases del estudio se aclaraba que las investigaciones serían de carácter etnográfico, con técnicas como observación participante y entrevistas cara a cara. Todo, con el fin de determinar cómo funcionaban los eventos y con esos insumos generar políticas de salud pública.

Durante el proyecto, se debía “resguardar la implementación de un enfoque comprensivo y participativo, basado en derechos humanos y resguardando la confidencialidad. Que esto permita realizar una caracterización de uso de drogas y comportamiento sexual, a través de los discursos y observación de comportamientos de los propios participantes de eventos de Chemsex“.

Asimismo, la licitación señalaba que la investigación debía desarrollarse con “observadores participantes” de las comunidades LGBTI+ y no binaria. Esto, en espacios como fiestas privadas, eventos comerciales y locales donde se generan encuentros sexuales, como bares, saunas y clubes. Todo debía quedar registrado en un diario de campo, donde los investigadores debían realizar una “descripción densa” de lo que veían.

También, se definió un protocolo de actuación que establecía qué y a quiénes observar durante el estudio, aspectos físicos externos e internos, asuntos como los lugares de baile, el sexo, la interacción de los actores, la apariencia de los asistentes y su expresión de género.

Los reparos ad intra en el Minsal

El proyecto levantó una serie de alarmas en el Minsal y se mantuvo aunque no tenía la aprobación del comité ético de la cartera. El 20 de julio, 10 días después de que se publicara la oferta, el Centro de Estudios Germina se adjudicó por un año la realización del estudio.

Pero los problemas no tardaron en llegar. En una reunión que se realizó el 23 de noviembre, los encargados del estudio informaron de dos hechos relevantes para la investigación. El primero fue que uno de los investigadores resultó agredido en terreno. El segundo, en tanto, era que no se había iniciado la revisión ética del estudio. Esto último fue advertido más de una vez por la Subsecretaría de Salud Pública a la Diprece.

Al día siguiente, la División de Prevención y Control de Enfermedades suspendió el trabajo de campo de la investigación. Esto, hasta que el comité ético apruebe la indagatoria, que estaría a cargo de especialistas de la Universidad de Chile.

La consultora Germina descartó referirse al estudio, mientras la subsecretaría sostuvo que “el estudio mencionado no se llevará a cabo, hoy está en categoría de suspendido”. Agregaron que la decisión se comunicó al centro de estudio y que en enero de 2024, la repartición pública puso término anticipado al contrato.

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